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De Primera Mano / Mal arranque del ciclo escolar

Nuestro director, Nicolás Casimiro; periodista con 14 años de trayectoria y con experiencia en radio y diversos medios impresos, electrónicos y agencias informativas
Nuestro director, Nicolás Casimiro; periodista con 14 años de trayectoria y con experiencia en radio y diversos medios impresos, electrónicos y agencias informativas

Mal empieza la semana para el que ahorcan en lunes. Así dice el refrán y algo similar podría aplicarse a lo que ocurre en el arranque del ciclo escolar para miles de infantes y adolescentes michoacanos

Morelia, Mich., 20 de agosto de 2013.- Mal empieza la semana para el que ahorcan en lunes. Así dice el refrán y algo similar podría aplicarse a lo que ocurre en el arranque del ciclo escolar para miles de infantes y adolescentes michoacanos.

Una vez más, los maestros de la Sección 18 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) han vuelto a mutilar el calendario escolar, a sólo unas horas de que el Gobierno de Michoacán había anunciado su interés de que por esta vez sí se cumplieran los 200 días hábiles del calendario escolar.

El pretexto es lo de menos, pero en esta ocasión se oponen a la reforma educativa y dicen que también a todas las reformas estructurales a nivel federal, de lo que ya estamos hartos miles, tal vez cientos de miles, de michoacanos, es de que una vez más sean los estudiantes los más afectados por la lucha de los trabajadores de la educación para defender sus privilegios sindicales.

En un sinnúmero de ocasiones hemos escuchado a los profesores del ala radical del magisterio michoacano argumentar que con sus marchas están educando y que todo lo hacen con el único fin de mejorar la educación, lo que es totalmente una falacia.

¿Por qué? Porque esas generaciones de michoacanos que hoy están sin empleo, o con trabajo muy mal remunerado o trabajando jornadas extenuantes en Estados Unidos porque en su tierra no tienen oportunidades, incluso varios más hasta delinquiendo con el pretexto que sea, esas generaciones que hoy viven en la desesperanza y mantienen en la desesperanza al resto de Michoacán, son precisamente el producto de las luchas magisteriales que empezaron a finales de los ochentas.

Por supuesto que no todos, pero miles de paisanos desde hace más de 20 años se han visto afectados por maestros que suelen no estar en las aulas, que cada vez salen menos preparados, que entran al magisterio por conveniencia económica, no por vocación, que sólo ven por sus intereses sindicales y políticos, no por la educación.

Recientemente he escuchado a profesores y defensores de ellos hablar de que aquellos que criticamos a la CNTE no la conocemos por adentro y no sabemos lo difícil que es estar ahí, que sufren mucho cuando van a trabajar, que sólo ellos saben de toda la problemática que diariamente deben enfrentar en su labor y de lo complejo que es andar en las marchas, mítines y plantones.

Eso podría ser parcialmente cierto, pero así como dicen que nosotros no conocemos su mundo tan difícil -dicen ellos-, ellos tampoco conocen la realidad del resto de los trabajadores, entre quienes habemos muchos que no tenemos más de 3 meses de vacaciones al año, que no trabajamos sólo 207 días y a los que nos pueden fácilmente despedir si faltamos 3 días a trabajar.

Señores maestros de la CNTE, si sufren mucho haciendo lo que hacen y a los demás también nos perjudican, ya es hora de que vayan dejando de hacerlo.

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