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De Primera Mano… Negociación con Trump, nada qué celebrar

Hoy el gozo se fue al pozo. Después de la patética celebración del sábado en Tijuana, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a demostrar quién es el que manda en la relación entre su país y el nuestro.

Morelia, Michoacán, 10 de junio de 2019.- Hoy el gozo se fue al pozo. Después de la patética celebración del sábado en Tijuana, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a demostrar quién es el que manda en la relación entre su país y el nuestro.

Más rápido de lo que cualquiera se hubiera imaginado fueron aplacados los ánimos triunfalistas de aquellos que querían hacernos creer a todos los mexicanos que los negociadores enviados por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la Cuarta Transformación habían estado a la altura para negociar al tú por tú con el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo.

Para empezar, no se puede hablar de una “negociación” cuando una de las partes (México) cede a todo lo que quiere la otra (Estados Unidos), incluso a más cosas de las que inicialmente se habían planteado.

Nuestro propio gobierno nos quiere engañar y pretende que creamos que los aranceles con los que amagó Trump hace unos días fueron cancelados, cuando el mandatario estadounidense ha dicho en todo momento que se trata de una “suspensión”, no de una cancelación.

Es decir, todo aquello que se celebró el sábado como un triunfo fue la autorización de una prórroga de 90 días que nos concedió el gobierno de Estados Unidos, pues en ese plazo se hará una revisión para verificar que el gobierno mexicano esté cumpliendo con todo aquello con lo que se comprometió.

Lo que en voz del propio Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, se ha reconocido como parte de los acuerdos es:

  1. Contener la migración de Centroamérica hacia Estados Unidos.
  2. El envío de 6 mil efectivos de la Guardia Nacional a la frontera sur de México para controlar las caravanas migrantes.
  3. Convertir a nuestro país en tercer país seguro para recibir y mantener a todos aquellos que soliciten asilo en el vecino país del norte mientras esperan entre 9 y 14 meses en lo que se atiende su trámite.

Como lo he dicho desde hace años, Donald Trump está convirtiendo al territorio mexicano en su muro de contención ante los inmigrantes que vienen llegando en sospechosas caravanas, financiadas por intereses internacionales, no sólo de los países centroamericanos, sino de Haití, África, Europa y Asia.

Pero lo más patético de todo es el hecho de que López Obrador y sus fieles hayan hecho una serie de compromisos de empleo, salud y vivienda en beneficio de los migrantes extranjeros que cruzan territorio mexicano.

Es increíble que se pretenda demostrar con esas afirmaciones que se defendió la soberanía nacional, cuando en los hechos pasó todo lo contrario. Como si al mandatario federal se le hubiera olvidado que es el presidente de México y es a nosotros los mexicanos a los primeros que nos tiene que rendir cuentas.

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