Editoriales

Del Boston tea party al terrorismo en Michoacán / Jorge Álvarez Banderas

Nuestro colaborador de ATIEMPO.MX, Jorge Álvarez Banderas
Nuestro colaborador de ATIEMPO.MX, Jorge Álvarez Banderas, reconocido profesional y académico en materias legal y fiscal

En el devenir de la historia de la humanidad, las inconformidades sociales siempre han estado presentes cuando de cargas tributarias se trata, los actos delincuenciales o terroristas en Michoacán no están ligados al tema impositivo, pero sí tienen una connotación económicamente clara

Boston, Massachusetts, 30 de octubre de 2013.- Hace casi ya 240 años en el puerto de Boston, Massachusetts, tuvo lugar el denominado “motín del té” por parte de los colonos americanos contra Gran Bretaña, en el que se lanzó al mar todo un cargamento de té, como consecuencia de la aprobación en 1773 de una carga tributaria por la importación del té a las colonias sin previa consulta, mediante la denominada “Ley del té” (Tea Act).

Lo cierto fue que la imposición de un tributo beneficiaba de alguna manera por parte del gobierno británico a la “Compañía Británica de las Indias Orientales” al quedar exenta del pago a cambio de pagar un arancel colonial que era más bajo, el té vendido por esta empresa venía proveniente de China.

Los pobladores de Boston consideraban que el nuevo gravamen era un intento más del parlamento británico para mermar la autonomía de la colonia en América y azuzados por los comerciantes acaudalados, disfrazados de indios mohawk, sin robar nada de tres embarcaciones atracadas en el muelle de Griffin abrieron las cajas de té y las arrojaron por la borda, 45 toneladas de té flotaron durante semanas en las orillas alrededor de Boston, todo lo anterior fue el 16 de diciembre de 1773.

Hoy 29 de octubre de 2013, he tenido la oportunidad de estar en dicho lugar en Boston, MA; siguiendo de cerca la discusión en la Cámara de Senadores de la aprobación de la llamada “Reforma Fiscal 2014” en mi país México, anoche leía un mensaje del “Ejército Popular Revolucionario” (EPR) que advertía a los legisladores que los llamaba “delincuentes de traje y corbata” porque con sus acciones estaban propiciando un malestar en la población; mientras que en mi estado natal Michoacán, recién se salía de una serie de ataques terroristas que la autoridad estatal denominaba como “actos delincuenciales” y que el titular del ejecutivo estatal recién reintegrado al ejercicio público, reconocía por la mañana ante una reportera el ingreso de más cárteles de la droga a la entidad, mientras que se rumoraba de su reingreso al hospital por su delicada condición física.

En el devenir de la historia de la humanidad, las inconformidades sociales siempre han estado presentes cuando de cargas tributarias se trata, los actos delincuenciales o terroristas en Michoacán no están ligados al tema impositivo, pero sí tienen una connotación económicamente clara.

Es momento de que el Estado brinde la seguridad a la población, antes que se desborde lo que hasta ahora veo, ya se les salió de control.

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