Desaparición de poderes / Gonzalo Gabriel Estrada Cervantes
Estamos secuestrados, a merced de la buena de Dios. Las instituciones y sus representantes se hundieron en el más profundo descrédito, resolviendo su vida económica y llenado su ego de poder y lucimiento personal; los ciudadanos de a pie, pues simplemente no existimos, ni les importamos
México, D.F., 02 de mayo de 2014.- A los miembros de CIPORMICH
De vergüenza ajena y propia por ser michoacanos son los últimos acontecimientos que están ocurriendo en la entidad. Comprobado quizás a destiempo por la autoridad federal lo que ya todos sabíamos: políticos y policías coaligados con el crimen organizado, ésta es la más pura definición de crimen organizado. Políticos emanados de todos los partidos metidos hasta las manitas en el trapicheo de mercancías prohibidas y de negocios sucios. Y el ciudadano solo mirando y siendo víctima constante de agresiones de todos los bandos y bandoleros que actúan impunemente en el Estado y en sus municipios y localidades todas.
Estamos secuestrados, a merced de la buena de Dios. Las instituciones y sus representantes se hundieron en el más profundo descrédito, resolviendo su vida económica y llenado su ego de poder y lucimiento personal; los ciudadanos de a pie, pues simplemente no existimos, ni les importamos.
Nunca habíamos tenido un congreso de 40 autómatas, extraviados entre los recovecos de las curules que ostentan para servir solo ellos saben a quién y quizás sus cargos se los deben a grupos que actúan al margen de la ley.
Hoy solo el cuarenta por ciento de los ciudadanos simpatizaría por algún partido político según encuesta reciente. En Michoacán quizás solo el veinte por ciento, eso apurando el voto duro de cada “instituto político”.
El estado se hace añicos por más que quieran apuntalarlo con declaraciones pueriles, banales, fuera de toda razón elemental.
No nos hemos enterado como ciudadanos que somos los mandantes del Gobierno y no sus súbditos. Y que somos mayoría y que podemos imponer el gobierno que necesitamos, no el que nos han heredados los personajes políticos de los últimos cuarenta años en Michoacán.
Hoy requerimos salir organizados y desde cualquier trinchera, sin violencia, exigir desaparición de poderes en Michoacán; Nos han vejado , mancillado y no garantizan la elemental garantía constitucional de seguridad y libre tránsito.
Es el momento de decir no a corruptas instituciones como los partidos políticos y abordar la vía de ciudadanos independientes para recuperar Michoacán.
El propio Gobierno Federal ha impuesto un pragmatismo político, cuestionable constitucionalmente, con el nombramiento de un gobierno alterno, en consecuencia, si puede lo más puede lo menos: desaparecer poderes en Michoacán, nombrar un gobierno ciudadano de transición y acabar de una vez por todas con quienes nos han traicionado y violentado al extremo de haber perdido la tranquilidad.
Si estás de acuerdo mandemos una carta o una simple oración al Gobierno de la República y al Congreso Federal, vía redes sociales o en papel, con la simple leyenda: Desaparición de poderes en Michoacán: Gobierno Ciudadano de Transición.
