Editoriales

Desiderata Legal: Todas las mujeres, todos los derechos, todos los días

Es importante resaltar que la transformación de valores rumbo al respeto de los derechos humanos de las mujeres, debe de ir encaminado a garantizar como valor el principio de igualdad entre hombres y mujeres, no sólo formal sino real

Morelia, Michoacán, 10 de marzo de 2020.- Hablar de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, particularmente este año 2020 en México, nos lleva a decir que hay mucho por hacer para lograr la igualdad de género. Es un momento histórico, y no lo digo como celebración: 10 feminicidios diarios nos hablan de la violencia contra las mujeres, la más cruel, la más extrema. Si esto pasa en el nivel final de la violencia física, ¿qué sucede con el resto de modalidades de esta terrible pandemia social?

De fondo, es importante resaltar que la transformación de valores rumbo al respeto de los derechos humanos de las mujeres, debe de ir encaminado a garantizar como valor el principio de igualdad entre hombres y mujeres, no sólo formal sino real.

Las mujeres sólo tendrán igualdad de acceso a la justicia, y la violencia contra la mujer sólo será eliminada, cuando se construya una cultura que las conciba como iguales y no como inferiores, pues ésta es la causa estructural de la violencia contra las mujeres.

La aceptación cultural y silenciosa de la dominación masculina es el obstáculo más recurrente para la prevención, protección y sanción de la violación de derechos de las mujeres. Es la persistencia de imaginarios sexistas, donde la violencia contra las mujeres tiene un alto grado de permisividad. Los estereotipos, actitudes y expectativas de la sociedad hacia las mujeres continúan siendo un desafío, que debe ser reconocido y atendido por el Estado.

Es necesario que el Estado Mexicano asuma su tarea de prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos de las mujeres y asegure una vida libre de violencia y discriminación a las mujeres. Orientar culpas con dirección al pasado o a corrientes conservadoras, no resuelve el problema. La solución va mucho más allá.

Aún en todos los espacios públicos y privados, las voces de mujer se diluyen en las prácticas desiguales y discriminatorias cotidianas. Es entonces, necesario fortalecer las estrategias a fin de consolidar ese camino hacia la igualdad y la cultura de la paz, que llegue a las mujeres en todas las regiones del país; difícil tarea ante un panorama gris, en donde las cifras actuales aún nos exponen la vulneración de derechos de las mujeres, en espacios que deberían ser los más seguros para las personas, como es el hogar, pues resulta que es uno de los más violentos.

Ante el aumento de la violencia y el desmembramiento social, urge promover una cultura de respeto y comprensión hacia las mujeres y las niñas, para derrotar los mitos y prejuicios de la subcultura machista, transformar esas estructuras de desprecio por una sociedad en donde exista la igualdad, pugnar por el respeto de los derechos humanos, impulsar la participación igualitaria de género en la toma de decisiones de la vida familiar, social, laboral, económica y cultural con una postura crítica y transformativa de la realidad.

En México, la violencia contra las mujeres ha alcanzado niveles extremos, encontrando sin duda su expresión más infame en el feminicidio que, de acuerdo a lo establecido en la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, se define como la forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado, conformada por el conjunto de conductas misóginas que pueden conllevar a la impunidad social y del Estado y puede culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta de mujeres, que es hoy, lamentablemente, nuestra realidad.

Michoacán, el nuevo modelo educativo (Por: Trinidad Rojas Arreola)

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