Editoriales

Día Escolar de la No Violencia y la Paz / Yadhira Y. Tamayo Herrera

Tamayo Herrera es abogada con maestrías en administración pública y políticas públicas (ITESM), ingeniería en Imagen Pública (CCIP); actualmente cursa el Doctorado en Derecho en la Universidad Panamericana
Tamayo Herrera es abogada con maestrías en administración pública y políticas públicas (ITESM), ingeniería en Imagen Pública (CCIP); actualmente cursa el Doctorado en Derecho en la Universidad Panamericana

La OCDE advierte que hoy México ocupa el primer lugar – si, ¡primer lugar!- de bullying o acoso escolar entre alumnos de secundaria. Y peor aún, ¡va en aumento! afectando al cuarenta por ciento de los casi 19 millones de alumnos que en nuestro país cursan primaria y secundaria

México, D.F., 31 de enero de 2014.- El 30 de enero se conmemora el Día Escolar de la No Violencia y la Paz, es una jornada educativa que comenzó en España y se eligió esa fecha recordando que Mahatma Gandhi falleció un 30 de enero de 1948.

Hay otras fechas para conmemorar la no violencia y la paz. Se conmemora el Día de la No Violencia, el 2 de octubre, aniversario del natalicio de Gandhi también instituido por la ONU (Organización de las Naciones Unidas). La ONU instituyó el 21 de septiembre como el Día Internacional de la Paz, con el fin de “reforzar las los ideales de paz en todas las naciones y pueblos del mundo”.

Oír hablar de “bulling” está de moda y por eso no está de más tantos días para recordar la paz y la no violencia. Quizá los abuelos y los papás recuerden que siempre hubo compañeros “jodones”, “peleoneros”, abusivos con los compañeros.

Sin embargo, la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos) advierte que hoy México ocupa el primer lugar – si, ¡primer lugar!- de bullying o acoso escolar entre alumnos de secundaria. Y peor aún, ¡va en aumento! afectando al cuarenta por ciento de los casi 19 millones de alumnos que en nuestro país cursan primaria y secundaria sin importar si son escuelas públicas o privadas.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos afirma que de 2011 a 2013 el acoso escolar aumentó de un 30% a un 40%, es decir, cuatro de cada diez alumnos sufren de bullying o acoso escolar.

No, no aplica minimizar el problema diciendo “son cosas de niños”, como si eso fuera sinónimo de “no tiene la menor importancia”. Este tema precisamente ha llamado la atención porque estos niños abusados terminan suicidándose, e incluso, ya oyó usted en las noticias el caso de Zapopan, Jalisco donde dos adolescentes de quince años fueron asesinados porque abusaban a un hijo de un presunto narcotraficante en prisión.

Y las agresiones derivadas del “bullying” cada vez son más graves: el año pasado en Guanajuato un niño casi muere por los golpes que le propinaron al negarse a fumar; en Sonora, una niña de Jalisco casi fue asfixiada sólo por tener acento diferente a sus compañeros y en Jalisco tres niños de entre 8 y 9 años, le mutilaron el prepucio con unas tijeras a otro compañero en el baño de la escuela. Estos casos están documentados pues llegaron a la prensa y a las autoridades.

En 2008, la Secretaría de Educación Pública hizo la primera encuesta en nuestro país para medir este fenómeno, los resultados fueron sorprendentes: 44.6% de los alumnos hombres y 26.2% de mujeres, entre 15 y 19 años, reconoció haber abusado de sus compañeros. ¿Y si le sumáramos los que no lo admitieron? Peor aún, según el Observatorio Ciudadano de Justicia, los niños y jóvenes abusadores, copian formas de la delincuencia organizada, haciendo “cobro de piso” o “cobro de cuotas” en primarias y secundarias.

En las escuelas se proyectan los problemas y valores de la sociedad. Prácticas de actos humillantes, denigrantes verbalmente, golpes, discriminación parecen a simple vista “válidos” en una sociedad donde impera la ley de la selva “el más grande se come al chico”.

Por eso es tan importante educar en valores como la tolerancia, el respeto a la dignidad de la persona humana, la solidaridad. Pero también es importante que en casa, se siembre mucha confianza y cariño, para que los niños no se callen cuando vean o sean víctimas de acoso escolar.

Y Gandhi nos previene: “El hombre no posee el poder de crear vida. No posee tampoco, por consiguiente, el derecho a destruirla”.

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