Editoriales

Diálogo: Una ojeada crítica al “Informe”

Es hora de despertar. Necesitamos ser inteligentes y libres para conocer a nuestros servidores y aprobarlos o reprobarlos según sus hechos.

Morelia, Michoacán, 02 de septiembre de 2019.- ¿Qué informa el presidente que no haya informado un sus “mañaneras”?

Hay un gran despliegue publicitario, con dinero de los impuestos.

Como ser dotado de inteligencia y voluntad, el más humilde de los mexicanos debe formarse una opinión crítica sobre este hecho republicano.

Por su dignidad alta e inviolable, el ciudadano debe hacerse su juicio valorativo, reflexionado y fundamentado, de la gestión de la cosa pública y de los actores, empezando por el presidente.

El puesto del primer mandatario tiene una grandeza y una responsabilidad única. Sus actos oficiales son trascendentes para la vida la nación. Hacen historia en el sentido propio de la expresión.

El gobierno pretende que el informe es perfecto y que toda la gestión pública es perfecta. ¿Han oído ustedes hablar a los gobernantes de errores y de fracasos?

¿Dónde está su filosofía? Por su misma naturaleza, el ser humano comete siempre errores y las obras humanas siempre tienen limitaciones, defectos, fracasos.

Es una enfermedad innombrable de los políticos pretender que son superhombres, que todo lo hacen bien.

Ese error de perspectiva ocasiona que no se conozca la realidad y que se trabaje con datos falsos encaminando la obra al fracaso. Los ejemplos son incontables en México.

En el informe de Manuel Andrés hay falsedades, imprecisiones, errores.

Un primer gran error es lenguaje, no es un discurso transparente, sencillo, valiente que presente la realidad entera.

Es un lenguaje amañado en el que se cargan las tintas y se engrandecen los logros, que son muchos. En los discursos de los servidores públicos pretenden que no hay maldad ni error ni fracaso. El lenguaje es pretencioso, fantasioso, se presentan cuentas alegres, se minimizan o se maquillan los fracasos. El aumento de la violencia no se acepta, se presenta como trabajo que todavía queda por hacer. Los casos son incontables en el discurso.

No es un informe con datos sólidos y realistas. Los especialistas han señalado todas las falsedades que fueron pronunciadas, y muchísimas más afirmaciones sin sustento, la presidencia no tiene los documentos que confirman las afirmaciones. Así, las pérdidas por los huachicoleros que disminuyeron en un 94%. ¿A qué datos corresponde esta cifra?

El ser humano es inteligente, homo sapiens, debe vivir como los sabios no como los brutos. Para la vida personal y la vida social en democracia, es fundamental conocer a las personas. No podemos tomar al hombre honesto por un criminal ni viceversa.

Hay que conocer a los actores sociales, con mayor razón a los servidores públicos.

El servidor público se entrega tal como es en todo lo que hace y dice. A veces es complicado porque tales personas usan máscara y tienen un arte refinado para fingir, mentir, “envolver” a las personas sencillas.

Lo que no hay que hacer. Creer en las palabras melosas, halagüeñas, en actitudes de una bondad desmedida, de una virtud demasiado bella, de palabras encantadoras como las que la zorra le dijo al cuervo, en un paraíso para el pueblo como lo prometen Hugo Chávez y todos los populistas.

Al árbol se le conoce por sus frutos, hay que ver el pasado de los servidores, sus logros y sus crímenes como la toma de la avenida Reforma y de la tribuna para impedir la toma de posesión del presidente espurio.

La persona se entrega en las palabras. Así cuando la persona directa o implícitamente habla mucho de sí mismo, con astucia, busca el aplauso y cuando gasta la mitad de las palabras en descalificar a los adversarios y ridiculizarlos.

Es hora de despertar, de conocer a nuestros líderes para hacer nuestra opción a favor o en contra.

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