Editoriales

Diputada no memes / Teodoro Barajas Rodríguez

El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas
El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas

Recientemente una diputada local de Sonora por el Partido Verde quien responde por el nombre de Selma Gómez propuso una iniciativa de ley para multar a quien difunda “memes” difamatorios en las redes sociales hasta por el orden de los 24 mil pesos, monto que se podría incrementar si hubiese reincidencia

Morelia, Michoacán, 08 de mayo de 2016.- La clase política se caricaturiza a si misma con frecuencia, parecen estar interesados muchos de sus integrantes en exhibir su ignorancia, petulancia y, en muchos casos, una superlativa estulticia que los muestra como lo que realmente son, es decir bucaneros.

En múltiples ocasiones hemos sido testigos del desempeño de políticos que parecen provenir de la edad de las tinieblas, ayunos de formación cultural, propensos al exabrupto, la insoportable levedad del ser es manifiesta en muchos de ellos.

Recientemente una diputada local de Sonora por el Partido Verde Ecologista de México quien responde por el nombre de Selma Gómez propuso una iniciativa de ley para multar a quien difunda “memes” difamatorios en las redes sociales hasta por el orden de los 24 mil pesos, monto que se podría incrementar si hubiese reincidencia. Así es la perla de la legisladora que seguramente dedicó muchas horas de sesudas reflexiones para clarificar el multicitado asunto para librarse de la crítica que la mayoría de las veces es bien ganada por esa oligarquía que despacha desde los congresos.

El país se derrumba por una impunidad asquerosa, la inseguridad no ha dejado un solo día de galopar, la injusticia y violaciones a los derechos humanos son la peligrosa constante, aunque la legisladora Selma Gómez parece no dase cuenta, enfila sus esfuerzos para presentar una propuesta maridada con la censura que hace evocar los consistorios de la inquisición.

Por situaciones como la descrita cada vez se desprestigia más la actividad pública, el debate debe ser acerca de temas necesarios, impostergables, la violencia cobra víctimas, los feminicidios no disminuyen, la educación vive un momento de crisis, el desempleo aumenta el ejército de los desocupados. El acento debería ponerse en tales asuntos y no en tópicos que exaltan la frivolidad con una alta dosis de mediocridad.

El desprestigio de los actores políticos se mide de diversas maneras, incluso el que tengan cierto auge las candidaturas independientes no deja de ser un reflejo de tal situación, la partidocracia resulta cansina para muchos electores que suelen optar por el abstencionismo.

La agenda política del país es abultada, los temas que merecen la discusión seria y razonable no terminan, apostarle a censurar los memes es intentar sustraer los cuestionamientos aderezados con humor negro en un país en el cual la risa refleja los dramas.

No cabe duda que en muchos casos se camina de lo sublime a lo enteramente ridículo, de ahí el creciente descrédito de los actores políticos. Es tiempo de que despierten la inteligencia.

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