Editoriales

Diputados estultos / Teodoro Barajas Rodríguez

El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas
El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas

A una mayoría de diputados locales michoacanos no les importa que instituciones y muchas personas se manifiesten contra el maltrato animal, no les preocupa que hayan elevado a “patrimonio cultural” las corridas de toros que son un ritual de sangre y sufrimiento, no tienen sensibilidad

Morelia, Michoacán, 06 de septiembre de 2014.- Vivimos la segunda década del siglo XXI, la posmodernidad le llaman algunos a este lapso temporal, a nivel internacional cada vez son más los colectivos que se pronuncian en contra del maltrato animal porque es ya una tendencia generalizada. No obstante, hay quienes marchan en una especie de retrogradación como sucede con una buena parte de los diputados locales de Michoacán quienes elevan a patrimonio cultural a las corridas de toros.

La frivolidad, el desparpajo y la ignorancia cabalgan en la materia gris de algunos de estos representantes populares quienes no dan cuenta de sus actos, están becados con una cuantiosa dieta, y no les importa lo que opine la sociedad, es decir la gente que paga sus salarios más que decorosos.

Michoacán ha registrado en la última década acontecimientos plagados de inseguridad, corrupción e impunidad, pese a tantos eventos delicados, tenebrosos y que aún ahora se pagan los costos, los señores diputados parece no se dan cuenta, sus dirigentes partidistas se reparten culpas y los legisladores rechazan los temas trascendentes para mejor optar en declarar a las corridas de toros como patrimonio cultural.

Conozco a la mayoría de diputados, estoy seguro que muchos no tienen idea de lo que votaron, a una mayoría no les da por cultivarse, no legislan más bien hacen gestiones, no argumentan más bien descalifican a sus oponentes, es de flojera su praxis.

En los últimos tiempos diversas instituciones han luchado contra el maltrato animal, caso concreto nuestra Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo en el periodo del actual gobernador Salvador Jara Guerrero realizó diversas actividades a tono con la prosapia nicolaita, en defensa de seres vivos, así como diversos grupos de la sociedad civil.

A una mayoría de diputados locales michoacanos no les importa que instituciones y muchas personas se manifiesten contra el maltrato animal, no les preocupa que hayan elevado a “patrimonio cultural” las corridas de toros que son un ritual de sangre y sufrimiento, no tienen sensibilidad, sorprende que un veterinario como Salvador Galván Infante vote a favor de ese penoso asunto.

Los legisladores que votaron a favor no escuchan, no realizaron ni una sola consulta, les valió porque no se sienten con la obligación de rendir cuentas a nadie. Algunos de ellos tienen la mira puesta en el próximo proceso electoral y se harán los simpáticos para pedir el voto, Alfonso Martínez Alcázar quiere ser presidente municipal, Fidel Calderón desea contender para ser gobernador. El reciclaje de siempre.

Un toro que sufre diversas lesiones para recibir la estocada en el ruedo y al final la puntilla, deja la sangre en la arena, hay quienes aplauden esto, pero para muchos es una manifestación salvaje que no tiene arte sino una gran vileza, a la mayoría de michoacanos no les gustan las corridas, pero a los diputados eso no les importa, ellos van a lo suyo y punto. Qué pena me dan.

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