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¿Diputados universitarios? (Por: Jorge Luis Hernández Altamirano)

El autor, Jorge Luis Hernández Altamirano, es Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la UNAM y Maestro en Ciencia Política por El Colegio de México
El autor, Jorge Luis Hernández Altamirano, es Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la UNAM y Maestro en Ciencia Política por El Colegio de México

Unas de las instituciones peor evaluadas por la ciudadanía son las Cámaras Legislativas, especialmente la de Diputados, que según una encuesta de octubre de 2017 (El Economista) alcanza apenas la calificación de 4.8 en una escala de 0 a 10, sólo por encima de los sindicados (4.6) y los partidos políticos (4.4)

Morelia, Michoacán, 12 de noviembre de 2018.- Las instituciones democráticas cada vez gozan de peor imagen en México, no se trata sólo de un efecto de la crisis del sistema representativo, en realidad está mucho más relacionado con la práctica diaria de esas instituciones. Los escándalos de corrupción, las muestras de desconexión respecto de la sociedad y la evidente incapacidad, en poco ayudan a superar esa mala imagen.

Unas de las instituciones peor evaluadas por la ciudadanía son las Cámaras Legislativas, especialmente la de Diputados, que según una encuesta de octubre de 2017 (El Economista) alcanza apenas la calificación de 4.8 en una escala de 0 a 10, sólo por encima de los sindicados (4.6) y los partidos políticos (4.4).

Y es que no hace falta esforzarse demasiado para recordar personas y acciones ridículas, que no justificaron ni un segundo su presencia en San Lázaro o en la nueva sede del Senado.

Por eso, se entiende que cada vez sea más común la existencia de propuestas para exigir que los diputados tengan como requisito obligatorio la posesión de un grado de licenciatura, así lo manifestó una petición ciudadana en la plataforma change.org en octubre pasado. Esa misma idea, fue insinuada por el Senador por Nuevo León Samuel García, claramente en el contexto del legislativo actual, en el cual 46% de los diputados no tienen título universitario (Excélsior, 2018)

Lo cierto es que, más allá de que puedan ser populares, estas propuestas son poco serias; en la medida en que nada nos garantiza que aquellos que poseen títulos universitarios tengan mayores capacidades para la representación política. Sin contar que, al derecho al voto pasivo, es decir a ser candidato, no le pueden ser impuestos requisitos exagerados que dejen fuera a gran parte de la población (no universitaria), pues la pregunta es ¿si la mayoría no tiene educación superior no es normal que sus representantes tampoco la tengan?

Pero, que estas propuestas sean inviables y a todas luces inconstitucionales, no debería terminar con el debate sobre cómo mejorar la calidad de nuestros cuerpos legislativos. Sobre todo, cuando sobran ejemplos de iniciativas no sólo mal redactadas o desactualizadas, sino evidentes plagios que demuestran la poca técnica y rigor de muchos de los integrantes de estos cuerpos deliberativos.

¿Cómo conseguir que los diputados, sin importar su escolaridad o experiencia, propongan iniciativas serias? En Nos Une creemos que una de las vías, es asegurándonos de que su equipo de trabajo, y el del Congreso en general, estará integrado por personal calificado y experto; capaz de traducir las ideas e inquietudes de los representantes electos democráticamente, en leyes y propuestas útiles para toda la sociedad.

El servicio civil de carrera al interior de los Congresos estatales es un paso fundamental en aras de la consolidación de un grupo de expertos que, independientemente de los colores, orienten y faciliten los trabajos de la Legislaturas; fortaleciendo su sentido de pertenencia a la institución, al tiempo que ellos reciben condiciones adecuadas para su desarrollo profesional y, los demás, garantías y métodos para evaluar su desempeño.

Pero los factores de discrecionalidad no deben desterrarse sólo de la burocracia de la Cámara, lo cual ya es un gran inicio, sino de la propia conformación de los cuerpos de asesores de cada legislador, que si bien deben conservar el derecho final a escogerlos, si deberían cubrir esas posiciones observando algunos requisitos mínimos: un catálogo general, que garantice que los funcionarios pagados con recursos de las Cámaras serán efectivamente utilizados para hacer labor legislativa y no de tipo político territorial o personal, en los peores casos.

Muchos de los nuevos diputados han expresado su deseo de hacer una Cámara más austera respecto del uso de recursos, valdría la pena utilizar esa apertura para comprometerles a ser más eficaces; la profesionalización de su actividad es un paso indispensable para conseguirlo.

Por eso, en Nos Une, estamos preparando una propuesta de profesionalización del servicio civil legislativo para presentarla a los diputados del Congreso Local de Michoacán. Creemos que los michoacanos merecemos una Cámara Legislativa capaz en el que el criterio para la asistencia legislativa no sea sólo el apoyo electoral.

Al tiempo.

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