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Educación Michoacana: Recuento y prospectiva (Por: Erik Avilés)

Nuestro colaborador de Atiempo.mx, Horacio Erik Avilés, es presidente de Mexicanos Primero en Michoacán; fue director del Polifórum Digital de Morelia; y, actualmente es secretario técnico del Consejo Ciudadano de Morelia
Nuestro colaborador de Atiempo.mx, Horacio Erik Avilés, es presidente de Mexicanos Primero en Michoacán; fue director del Polifórum Digital de Morelia; y, actualmente es secretario técnico del Consejo Ciudadano de Morelia

Y la gran interrogante educativa en México es si en 2019 por fin vendrá la construcción y validación ciudadana del modelo educativo nacional, la cual debe contener un modelo educativo completo, desde formación inicial de docentes, pasando por educación inicial hasta educación superior

Morelia, Michoacán, 28 de diciembre de 2018.- Cada fin de año solemos reflexionar sobre qué tanto nos acercamos a lo idealizado y cómo lo intempestivo superó lo planificado. 2018 significó un puente entre la ignominia y el modelo de educación al que aspiramos. Hubo novedades, acciones y reacciones que impactaron en el sistema educativo estatal de diversas formas. Se dieron pasos importantes y a la vez nos cuestionamos colectivamente lo sucedido en el ámbito educativo durante el último sexenio.

El 2018 inició con amenazas de bloqueos en Michoacán, con resabios de impago a trabajadores de la educación y con el sabor agridulce de boca que dejó la asonada de cobrar derechos por constancias de estudio por parte del Gobierno del Estado, hecho que fue contenido en el Congreso del Estado.

Si bien, la aplicación de la Prueba PLANEA en educación básica no tuvo éxito, tampoco la jornada de lucha de la CNTE, la cual fracasó estrepitosamente en la entidad en su convocatoria golpista, por lo que no debe de ser interpretada como un hecho realmente lesivo al logro educativo de los niños, niñas y jóvenes michoacanos, ya que apenas si tuvo eco. Aunado a lo anterior, por tercer año consecutivo, no se firmó una minuta entre el Gobierno del Estado y la Sección XVIII de la CNTE, lo cual continuó en la línea de contener la acumulación de déficit presupuestal.

Se presentó el modelo educativo nacional para educación básica, el cual, si bien no fue propiamente innovador, por fin fue un planteamiento completo y articulado. En Michoacán, la implementación del nuevo modelo educativo se anunció, pero parece que no existen las condiciones para lograr la universalidad de su aplicación durante este ciclo escolar. Situaciones logísticas, presupuestales y el bloqueo recibido de los opositores a las reformas educativas fueron factores que incidieron en el resultado al cierre del 2018, consistente en haber logrado solamente avances parciales. Al respecto, es importante señalar que, en general, la normatividad vigente en materia educativa avanzó en su implementación.

En este año, las campañas políticas a nivel nacional versaron en torno a las acusaciones de corrupción, las cuales marcaron las elecciones, por lo que millones de mexicanos se volcaron a votar por un cambio. El sector educativo no fue la excepción y la precariedad de las escuelas mexicanas, la pobre defensa de los derechos de los maestros, el gasto suntuario en publicidad y en la realización de un proceso evaluativo que no contó con legitimidad en su diseño generaron las condiciones para que los grupos de interés dentro del sistema educativo nacional asumieran una posición política que gravitó en el sentido de los sufragios emitidos.

Asimismo, bajo amenazas de un posible boicot, arrancó el Ciclo Escolar 2018 -2019 sin mayores aspiraciones que hacer bien las cosas en la entidad federativa. A mediados de septiembre se realizó el II Encuentro Estatal de Consejos de Participación Social en la Educación y semanas después, el Gobernador del Estado dio su III Informe de Gobierno, en donde se remarcó lo avanzado pero también quedó claro el enorme reto que implica transitar de la posesión incremental de la  rectoría del sector educativo hacia la conformación y articulación del modelo de gobernanza que se requiere para garantizar la participación plena de los michoacanos en la educación, reto mayúsculo que constituye una asignatura pendiente a resolverse durante los próximos años.

Aunado a lo anterior, en virtud de la iniciativa de reforma educativa que hace un par de semanas remitió el Presidente de la República al Congreso Federal y de sus posibles efectos, sin duda en la entidad hay mucha expectación e incertidumbre sumadas, que por darse en pleno periodo vacacional no surte mayor efecto. Sin embargo, en caso de no tomarse decisiones ni marcar la línea de trabajo a seguir, el retorno a clases en enero puede complicarse hasta convertirse en un impasse lesivo para el derecho a aprender de los estudiantes michoacanos.

Por otra parte, el poder de los sindicatos se ha constreñido en buena medida, dado que se ha limitado la incidencia de las cúpulas gremialistas en los asuntos públicos, tal y como hace algunos años sucedía, en los que intentaron incluso impulsar a sus líderes a ocupar el Solio de Ocampo.

Al respecto, en lo general, los municipios, el gobierno estatal y la federación han hecho un buen trabajo en territorio michoacano en cuanto a no otorgar prebendas extraordinarias a favor de grupos sindicales específicos. Paralelamente, definitivamente ganó el Gobierno del Estado con visibilizar a nivel nacional la problemática en materia de finanzas educativas, subiendo el tema a la agenda pública, en lugar de seguir, como año tras año se solía hacer, absorbiendo el costo político y guardando un ignominioso silencio cómplice. El desenlace de este tema lo conoceremos en 2019.

Hoy en día, indudablemente el control de la Secretaría de Educación en el Estado lo posee el gabinete educativo, ya que ha sabido ejercer sus atribuciones en un verdadero laberinto que constituye el sistema de actores clave y grupos fácticos, los cuales en su momento tenían a la SEE prácticamente inmovilizada y a su merced. Si bien, falta aún mucho para poder decir que el Gobierno del Estado tiene pleno control de la educación estatal, a mitad del sexenio es preciso destacar que se rompieron inercias que entregaban  el destino de las actividades, recursos y procesos de las instituciones educativas en manos de quienes medraban con ellas.

Lo anterior no necesariamente ha sido lesivo para la defensa de los derechos laborales, ya que al acotarse la extralimitación que buscaba generar presencia y control omnímodos de la vida de los michoacanos, los sindicatos han retomado su camino de luchar por el respeto de los derechos de sus agremiados, especialmente en el marco de la crisis financiera que impactó en prácticamente todo el sector educativo local, el cual vino a insuflar una dosis importante de legitimidad a diversos liderazgos que lucían en franca decadencia, porque les entregó banderas plenas de justicia social por las cuales luchar. Por ende, para el auténtico sindicalismo fue un buen año, porque la situación les permitió reivindicar sus causas originales y fundantes.

En cambio, para las hegemonías de cada fracción sindical 2018 fue verdaderamente tortuoso, ya que se exhibieron falencias en materia de democracia interna, transparencia y rendición de cuentas, lo que llevó a las bases de prácticamente todos los sindicatos a conformar corrientes críticas y activismo interno en pro de impulsar nuevos liderazgos que derrocaran las viejas prácticas, actos de corrupción y vicios enquistados en movimientos de bases a los cuales con esa clase de actos indebidos les retiran credibilidad y razón de ser. Caso especial es el de la Sección XVIII de la CNTE, en donde se promueve la revocación de mandato de la actual dirigencia, la cual de cualquier forma irá a un proceso estatutario de renovación en el VIII Congreso Seccional de Bases, con fecha, lugar y términos de referencia por definir para 2019.

Respecto a los representantes del magisterio michoacano que participaron en el proceso electoral y lograron obtener cargos públicos, aproximadamente a mediados del 2019, concluirá el periodo de curva de aprendizaje para los flamantes funcionarios, con lo que estaremos en condiciones de analizar si los ahora servidores de los michoacanos que fueron impulsados desde el sindicalismo magisterial preservan identidad y conciencia de clase, privilegiando a los grupos de los que son originarios y desde cuya representación accedieron a la función pública. Cabe la opción de que, en lugar de fortalecer grupos gremialistas, los ahora servidores públicos decidiesen asumir una postura digna y congruente con tan alta responsabilidad, para verdaderamente gobernar para todos el pueblo. Veremos cuál es la decisión que toman al respecto.

Como consecuencia de lo anteriormente reseñado, podemos concluir que el 2018, si bien fue un año de claroscuros, fue favorable en cuanto al ejercicio del derecho a aprender para los michoacanos, ya que se consolidó la ruptura de inercias y vicios pretéritos, así como se implementaron acciones institucionales para continuar con la evolución del sistema educativo estatal. Permanecemos aún distantes del ideal, pero la experiencia ganada durante este ciclo debe servir para forjar la educación del mañana.

Especialmente, en el marco del nuevo orden que se busca construir en materia educativa por parte del gobierno federal actual será muy importante que colectivamente diseñen e implementen mecanismos de participación para que, de lo ya recorrido, se pueda tomar lo pasado como basamento, experiencia u área de oportunidad, para así reivindicar la identidad educativa nacional y prospectar el horizonte futuro, atendiendo también los retos globales e incorporando el estado del arte de la ciencia, tecnología e innovación a las aulas.

Definitivamente, 2019 no será un año apacible, habremos de estar muy atentos y participativos en torno a la educación nacional, estatal, la de nuestros hijos y por supuesto, la propia.

Esperemos que los funcionarios del gabinete educativo no olviden que gobernar es cumplir y hacer cumplir la ley, ya que habrá que estar pendientes del destino que correrá el magisterio nacional con la supresión de la fracción III del Artículo 3° Constitucional, ya que, al eliminarse completamente, el famoso tema de la evaluación de permanencia, cualificada como punitiva, se llevó consigo también al vacío el anclaje constitucional del ingreso y la promoción dentro del servicio profesional docente. Con ello, se abrirán puertas para que, una vez más, integrantes corruptos de las cúpulas sindicales hagan cera y pabilo con las plazas docentes, lucrando con ellas.  Veremos si se toman cartas en el asunto y mediante el envío de un alcance a la iniciativa, se llenan los intersticios de la iniciativa que envió AMLO el pasado 12 de diciembre al Congreso Federal, que resultarían muy lesivos en caso de su aprobación irrestricta; o bien, si es el poder legislativo el que acota el espacio para evitar que la corrupción medre una vez más con los trabajadores de la educación, quienes son los más inmediatos garantes del derecho a aprender de los mexicanos.

Aunado a lo anterior, esperemos que el gabinete educativo de la nación no olvide que gobernar es consensuar, diseñar, implementar y evaluar la política pública. Habrá necesidad de definir una gran cantidad de procesos en el sistema educativo, ya que además de la consabida y anunciada reingeniería estatal, así como del cotidiano programa de austeridad mandatado por el Congreso del Estado, habrá que esperar la toma de decisiones en el marco de la cancelación del acuerdo, así como en las reformas al marco jurídico vigente que se realicen a nivel nacional y estatal, para de esta forma poder lograr una auténtica transformación educativa en las aulas.

Paralelamente, el funcionariado del sector educativo también debe tomar en cuenta que gobernar implica presupuestar. Con el reacomodo del gasto público proyectado tanto a nivel nacional como estatal para 2019 corresponderá a los servidores públicos de segundo y tercer nivel lograr implementar las medidas de política pública que garanticen el derecho a aprender desde diversas aristas, con el presupuesto que se les asigne. Será un verdadero reto en diversos ámbitos hacer funcionar sus respectivas dependencias con la serie de modificaciones que recibieron las respectivas partidas presupuestales, muchas de las cuales dejaron funciones sustantivas de la educación prácticamente sin techo financiero.

Por otra parte, habrá que seguir la pista al sindicalismo magisterial michoacano, tanto en educación básica como en los subsistemas de educación media superior y superior, ya que vienen procesos de renovación, que no podrán sustraerse a los vientos de cambio que soplan en la nación y en la entidad en particular. Especial atención requerirán los procesos electorales ya previstos en el calendario, tales como el VIII Congreso Seccional de Bases de la Sección XVIII de la CNTE, el de renovación de la dirigencia de la Delegación D-III-6, el posible nombramiento de un Secretario General de la Sección 18 del SNTE, así como elecciones análogas en diversas fracciones sindicales en subsistemas educativos respectivos.

Y la gran interrogante educativa en México es si en 2019 por fin vendrá la construcción y validación ciudadana del modelo educativo nacional, la cual debe contener un modelo educativo completo, desde formación inicial de docentes, pasando por educación inicial hasta educación superior, que recupere la identidad y saberes comunitarios a la vez que el estado del arte en cuestiones de ciencia y tecnología, que forme las destrezas, saberes, actitudes y competencias necesarias para forjar al modelo de ciudadano que requerirá la sociedad mexicana en el mediano y largo plazos.

Para Michoacán quedan grandes retos para 2019 en el sistema educativo estatal, a saber:

  • Garantizar la inclusión y la equidad para que las escuelas michoacanas sean auténticas comunidades de aprendizaje en donde se impulse el derecho a aprender en su máxima expresión, desde educación inicial hasta posgrado.
  • Resolver el rezago histórico en infraestructura, equipamiento y asignación de personal en cientos de planteles precarios en la entidad.
  • Respetar los derechos laborales de los trabajadores de la educación, desde su formación inicial hasta la actualización y capacitación continuas, así como garantizar el pago puntual de sus salarios ya debidamente devengados, así como prestaciones ya adquiridas.
  • Implementar colaborativamente mecanismos de gobernanza, colaboración y participación ciudadana en todos los planteles escolares de la entidad, articulándose de forma municipal y estatal, para que la escuela pública sea asunto de todos y, por ende, sea arropada por la ciudadanía.
  • Que la autoridad educativa se responsabilice totalmente por la dotación de recursos dignos y suficientes para que las escuelas de la entidad sean un modelo de la sociedad futura que estamos construyendo colectivamente y se garantice el principio constitucional de gratuidad educativa.

Y usted, amable lector, ¿qué espera para el sistema educativo michoacano para 2019? Por ahora, le deseo un feliz y próspero 2019, lleno de aprendizajes significativos.

Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles

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