Editoriales

El día que se paralizó Morelia (Por: Diego Leal Corral)

El autor es el Dr. Diego Leal Corral, catedrático de la Universidad Contemporánea de las Américas Morelia; con estudios en Comunicación Política en la Universidad Complutense de Madrid, así como en el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset
El autor es el Dr. Diego Leal Corral, catedrático de la Universidad Contemporánea de las Américas Morelia; con estudios en Comunicación Política en la Universidad Complutense de Madrid, así como en el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset

Si bien se aplaude la decisión presidencial de combatir el huachicoleo, sobre todo el institucional, se considera que la estrategia para garantizar el abasto a la población ha sido francamente errónea por no decir un rotundo fracaso

Morelia, Michoacán, 09 de enero de 2019.- En 1951 la 20th Century Fox exhibió en la pantalla grande “El día que se paralizó la Tierra” un thriller de Ciencia Ficción donde llegaba un OVNI a los Estados Unidos y estos al desconocer las intenciones del visitante lo hieren, lo que desencadena toda una historia que fuerza al visitante a paralizar la energía de la tierra por media hora con el fin de que la humanidad tome consciencia del papel armamentista que está siguiendo (la película se grabó durante la guerra fría) y cambie su modo de vida.

Pues bien, en Morelia, en las últimas dos semanas, sin OVNI de por medio, el gobierno federal ha cerrado los ductos por donde PEMEX enviaba el combustible de la refinería de Salamanca a las terminales de almacenamiento y reparto (TAR) con el fin de combatir el huachicoleo (que es la palabra de moda y que no es otra cosa que el robo del carburante por el crimen organizado) y con ello ha logrado semiparalizar la ciudad de Morelia entre otras en el estado de Michoacán y en nuestro estado vecino, Guanajuato además de parcialmente en otros estados.

Si bien se aplaude la decisión presidencial de combatir el huachicoleo, sobre todo el institucional (abrir un pozo, hacerle un hoyo al ducto y extraer el combustible, aunque parece sencillo, no lo es y se precisa del conocimiento técnico de personal capacitado por PEMEX), se considera que la estrategia para garantizar el abasto a la población ha sido francamente errónea por no decir un rotundo fracaso.

En redes sociales hay todo un debate acerca del porque no hay gasolina, la más sugerida por grupos que defienden al actual régimen dice que no hay gasolina en las estaciones de servicio porque estas compraban huachicol y entonces hasta ahora están volviendo a surtirse con PEMEX. Nada más falso. Ya el mismo gobierno dio a conocer la versión oficial y a pesar de ello, estos grupos y algunos periodistas siguen tratando de apuntar su dedo flamígero a otra parte con tal de que el costo político sea menor para el partido y el gobierno actual.

Lo importante de esta situación no es buscar culpables, sino resolver el problema que son dos, uno para la población, que es el desabasto de combustible, a pesar de que el mismo Presidente lo niegue, y otro es terminar con la corrupción en PEMEX que finalmente es un problema público, de todos y a la vez de nadie más que del gobierno.

Al igual que el ex Presidente Calderón cuando tomó Luz y Fuerza del Centro y acabó con la rampante corrupción en ese sindicato y en aquella paraestatal, López Obrador está siguiendo sus pasos en PEMEX. Ojalá su intervención y consecuencias duren poco, ya que al día de hoy muchos padres de familia, transportistas, comerciantes y corporaciones de seguridad y de salud están paralizados en nuestra ciudad, esperando con ansias el día que se diga que se reabrieron los ductos y que la distribución volvió a la normalidad.

Esta situación también debe orillar a pensar a nuestros legisladores a la hora de votar por la continuidad de la reforma energética que tanto criticaron. En ciudades como Querétaro, donde hay estaciones de servicio que importan su propia gasolina no han tenido problemas con el desabasto, ya que su distribución no depende de Pemex, sino de sus puntos de abasto del otro lado de la frontera. Si tuviéramos en Morelia estas empresas, al menos tendríamos gasolina y no las largas filas esperando que llegue la pipa que surta a las gasolineras desde puntos tan lejanos como San Luis Potosí. El problema del monopolio es que si este falla, no hay alternativas y eso es justo lo que estamos sufriendo y lo que se pretende terminar con la competencia en el sector energético (recordemos que México tiene una soberanía energética de solamente dos días).

Por el bien de todos, esperemos que pronto encarcelen a los culpables del huachicoleo y se termine esta crisis energética que está próxima a cumplir tres semanas en la capital michoacana y que ya incluso afecta a los vuelos tanto comerciales como industriales de León y Querétaro. Esperemos que la crisis no se agudice y llegue al diésel porque entonces hasta el comercio al mayoreo se terminaría y sufriríamos la escasez de productos de primera necesidad.

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