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El Evangelio Hoy: Cristo, Rey de Reyes y Señor de Señores

El autor es el Presbítero Mateo Calvillo Paz, vocero episcopal y colaborador de diversos medios de comunicación locales, regionales e internacionales
El autor es el Presbítero Mateo Calvillo Paz, vocero episcopal y colaborador de diversos medios de comunicación locales, regionales e internacionales

La realidad es el reino de Cristo que es rey de reyes. Lo demás es pasajero, es sólo una ilusión.

Morelia, Michoacán, 25 de noviembre de 2018.- En tu vida. Si el presidente se siente rey, está enajenado. En realidad, es un pobre mortal con la tarea de servir a los demás.

No hay nada más ridículo que un hombre que se siente Dios y se organiza una llegada al poder faraónica.

Dios habla. En su designio divino, Dios proyecta establecer su reino sobre los hombres y sobre el universo.

El pecado de Satanás fue querer ser igual a Dios. En su rebeldía y su negación a servir, introduce el pecado en la creación y el desorden en el corazón de las criaturas.

El designio de Dios es restablecer el orden en el universo y realiza su plan con infinita paciencia, a través de milenios y eras, en la larga historia de la salvación.

La historia llega a su momento culminante y definitivo, cuando el Hijo de Dios toma la condición humana en el vientre virginal de María, madre de Dios hecho hombre.

Cristo “el soberano de los reyes de la tierra… Nos amó y nos purificó de nuestros pecados con su sangre…” Revela el apóstol Juan.

Es necesario que los hombres y el universo reconozcan que Cristo es rey. Con dignidad de rey, habla a Pilato. El Mesías humilde, muestra una dignidad real. Pilato, su juez. “Soy rey  y vine al mundo para ser testigo de la verdad”.

El hijo de Dios, enviada nosotros cumple la profecía del profeta Daniel: “vi a alguien semejante a un hijo de hombre que venía entre las nubes del cielo”. El apóstol Juan contempla la misma visión: “miren viene entre las nubes y todos lo verán, aún aquellos que lo traspasaron (en su costado).

Como único rey, como Dios “… Recibió la soberanía, la gloria y el reino”.

Para el apóstol Juan, esta profecía se cumple cuando Cristo es levantado en alto, sobre la Cruz, cuando derrama su sangre y da la vida la tarde del viernes santo.

Ante Pilato, categóricamente afirma su condición: Es un rey que sirve y da la vida por las criaturas mortales y miserables.

Ser rey cubre otra realidad más alta, ser Dios, es la única grandeza y la única realidad. “Yo soy el Alfa y la Omega… El que es el que era y el que ha de venir, el Todo poderoso”.

Por realizar la salvación, “como cordero que fue inmolado es digno de recibir la sabiduría la fuerza y el honor (y todos los bienes que enumera el Apocalipsis). A él la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.

El Padre da, así, fundamento a todas las cosas en su muy amado Hijo, Rey del universo.

La salvación es el reino de Cristo, todos estamos llamados a trabajar en él .

Debemos vencer la tentación de sentirnos rey, centro del universo y someter todo a nuestra vanidad y capricho.

Debemos liberarnos de la esclavitud de vicios, bajas pasiones, ambiciones necias. Debemos luchar contra el pecado de soberbia, egoísmo, vanidad.

Estamos llamados a la sabiduría para buscar en todo la gloria de Dios.

Así nos constituimos en un reino de hijos de Dios, de sacerdotes y profetas que anuncian la buena noticia del reino de la verdad y de la vida, de la santidad y de la gracia, del amor, la justicia y la paz.

Vive intensamente. Elévate de este mundo material, pasajero, pecador, busca la vida espiritual y los bienes verdaderos.

Cristo está con nosotros. Cristo, el que vendrá en su gloria, está aquí. Nos alimenta con su cuerpo y su sangre.

En familia. Hay familias que viven sin Dios sólo para los negocios, conviértanse, busquen los bienes definitivos.

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