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El Evangelio Hoy: El amor sorprendente de Dios

El autor es el Presbítero Mateo Calvillo Paz, vocero episcopal y colaborador de diversos medios de comunicación locales, regionales e internacionales
El autor es el Presbítero Mateo Calvillo Paz, vocero episcopal y colaborador de diversos medios de comunicación locales, regionales e internacionales

El amor de Dios es inmenso, sorprendente por los hombres pecadores, ingratos, de lo peor. Es increíble tanto amor divino.

Morelia, Michoacán, 11 de marzo de 2018.- En tu vida. Los hermanos que asaltan, que asesinan y cometen crueldades increíbles, actúan así por un gran vacío de amor.

Muchos hermanos han sufrido rechazo, agresión, abandono. Han vivido sin amor, sienten que nadie los ama.

Dios habla. La Cuaresma es un camino para llegar al gran acontecimiento de la Pascua, el acontecimiento central del mundo y de la vida de fe en Cristo.

Necesitamos ponernos en marcha en ese camino, vivir una experiencia de búsqueda y de encuentro con Dios. La Palabra de Dios ilumina la autopista, poner letreros y señalamientos. Otra cosa son las diversiones mundanas en la playa.

Necesitamos seguir a Jesús de cerca, escuchar su palabra y recoger la sabiduría extraordinaria que él muestra en el Evangelio. Sus amigos Juan el Evangelista y Pablo nos traen una revelación preciosa que hace Jesús.

La condición humana es lamentable, en lo personal y en lo social. Somos testigos de los pecados asquerosos y muy crueles que salen del corazón del hombre.

El libro de las Crónicas conserva el recuerdo de la miseria moral y espiritual del hombre y de toda la maldad que comete. “Todos los un sacerdotes y el pueblo multiplicaron las infidelidades, practicando todas las abominables costumbres de los paganos y mancharon la casa del señor…”

La perversión y la inmundicia moral son peores en nuestros días: fornican personas del mismo sexo, adoptan niños inocentes. Todo mundo hace el mal, gravemente, arrebatan, aplastan la vida de los hermanos, hemos llegado a lo más bajo de la decadencia, a la descomposición social, a un caos infernal.

En otras ocasiones y lugares, Dios ha destruido el mundo a causa de la conducta perversa de los hombres.

A este mundo miserable pecador, Dios lo ama con infinita ternura. La declaración de Jesús es absolutamente sorprendente, demasiado bella para ser verdad, por encima de la lógica humana.

“Porque tanto amó Dios al mundo que le entregó a su hijo único para que todo el que crea en él tenga la vida eterna”.

El Hijo de Dios sella esta afirmación con la entrega de su vida. Como la serpiente de bronce es levantado en alto. Es la muerte en la cruz que se hace actual cuando el sacerdote consagra el PAN y lo levanta ante las miradas de todos.

¿Qué tanto valemos para Dios, para su amor? Como afirma Pablo en la Carta a los Efesios, “la misericordia y el amor de Dios son muy grandes porque nosotros estábamos muertos por nuestros pecados y él nos dio la vida con Cristo y en Cristo nos ha resucitado y con él nos ha reservado un sitio en el cielo … Dios muestra por medio de Cristo Jesús la incomparable riqueza de su gracia y su bondad para con nosotros”.

Podemos estar tranquilos porque somos amados por el Amor Eterno. Podemos saltar de alegría. Hay que seguir a Jesús para experimentarlo y vivir gozosos y pasar por el mundo derramando amor.

Que Dios haga sentirse amado a un pueblo humilde y despreciado, que recibe tanto rechazo y humillaciones de los poderosos de la tierra que se aprovechan de ellos, fingiéndoles amor con gran habilidad.

El amor para los pobres existe y llega a través del único Mesías que no pide nada a cambio, que quiere comunicar sus riquezas. Podemos sentirnos amados, absolutamente dichosos. El amor existe, Dios es amor y se manifiesta entre nosotros por Jesucristo.

Vive intensamente. Hazte discípulo, seguidor de Jesús. Escucha su palabra. la Cuaresma es tiempo, entra en la dinámica del amor.

Cristo con nosotros. Aquí está Cristo, el más grande amor, te invita a su mesa, te alimenta con su cuerpo y con su sangre.

Para platicar en familia. No sólo la persona, toda la familia, los más humildes son amados de Dios con un amor sorprendente, absoluto, incondicional, hasta lo infinito.

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