Editoriales

El Evangelio Hoy: Espera gozosa del único Salvador

El autor es el Presbítero Mateo Calvillo Paz, vocero episcopal y colaborador de diversos medios de comunicación locales, regionales e internacionales
El autor es el Presbítero Mateo Calvillo Paz, vocero episcopal y colaborador de diversos medios de comunicación locales, regionales e internacionales

La Iglesia anuncia al pueblo de Dios sumido en la miseria y las injusticias que el Dios bueno viene con la gloria y la alegría.

Morelia, Michoacán, 09 de diciembre de 2018.- En tu vida. los amigos de Juan viven las fiestas de fin de año: compras, regalos, cenas y comidas, brindis. Olvidan a Cristo.

Muchísima gente vive a ras de la tierra, ignoran los valores espirituales, cuenta el cuerpo no el espíritu y sus placeres.

Dios habla. A todos los que presten sus servicios en esta comunidad les doy las gracias apreciando su ayuda. Como Pablo “pido por ustedes… Porque han colaborado conmigo en la propagación del Evangelio.… Que su amor siga creciendo más y más y se traduzca en un mayor conocimiento y sensibilidad espiritual”.

Rezo para que puedan ser libres ante las seducciones del mundo, las invitaciones a gastar, a consumir porque “así podrán escoger siempre lo mejor y llegarán limpios e irreprochables al día de la venida de Cristo llenos de los frutos de la justicia… Para gloria y alabanza de Dios”.

No caigan en la trampa de los comerciantes ni de los líderes de este mundo que sólo se aprovechan de los débiles para sus intereses de dinero.

Hay que seguir al señor en un cambio de actitud, él es totalmente diferente tiene otra riqueza y otro poder. El es quien hace grandes cosas por los pobres. “Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora nuestra suerte, señor, entre gritos de júbilo”.

EL pueblo de Dios sufre por sus pecados y por la maldad de los hombres prepotentes y opresores. Israel es llevado al destierro y conoce terribles sufrimientos, tal vez más que los emigrados en el Norte y los pobres e indígenas de este país.

Para Israel termina el tiempo de su destierro, sus pecados han sido expiados Dios le muestra su misericordia. El profeta Baruc le anuncia:

despójate de tus vestidos de luto y aflicción”.

¿Es una lección para el pueblo de México? El pueblo también comete muchos pecados: el primero, abandonar a Dios, vivir sin él, adorando el dinero, siguiendo inmoralmente las pasiones instintivas, cometiendo toda clase de excesos,  robando, concentrando el dinero y dejando millones de gentes en la miseria, el hambre, la enfermedad, legislado sobre pecados.

Hay que escuchar a Dios y obedecerle para que nos salve de la corrupción y nos dé la vida de seguridad y abundancia, el sentido de los acontecimientos.

A lo más profundo y vergonzoso de esta situación de injusticia, mentira, ambiciones perversas, de tantos crímenes abominables viene el señor. Dios se acerca con su salvación.

Porque el señor guiara a Israel … Escoltándolo con su misericordia y su justicia.”

Dios viene a librarnos de nuestros enemigos, y sus padrinos de los protegen. Es el Dios que nos salva de la corrupción, la impunidad, el despojo y la muerte, del asesinato, los secuestros y despojos. Pero el pueblo debe despertar y estar atentos, preparados para su venida.

Cuando se cumple el tiempo señalado por Dios, en un momento preciso, Dios entra en la historia humana. Su salvación no es un mito, se ubica en un momento preciso de la historia.

En ese momento aparece el más grande de los profetas, ya en el tiempo del Mesías, Juan el Bautista y predica en la comarca del Jordán la invitación a reconocer los pecados y a arrepentirse. Lucas proclama las palabras del profeta Isaías: “preparan el camino del señor…”

Es la invitación de Jesús para esta gente del mundo materialista, de placer y negocio. Que se ahoga en los pecados y no tiene lugar para Dios. Que celebra la navidad sin Cristo.

Vive intensamente. Escucha el llamado de Cristo, conviértete, cambia tu manera de pensar, de actuar, de desear.

Cristo está con nosotros. Cristo está aquí, nos urge a la conversión, el que empezó su camino en su Natividad.

En familia.  Hay familias que viven sin Dios sólo para las fiestas, conviértanse, busquen la salvación de Cristo.

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