Editoriales

El Evangelio Hoy: No podemos conocer a Dios

Cristo nos descubre el misterio de Dios en la medida en que nuestra mente de criatura puede entender: Dios es tres personas y nos salva

Morelia, Michoacán, 16 de junio de 2019.- En tu vida. Todos los días invocamos a la Santísima Trinidad, nos persignamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Es triste que no tenemos una idea del Misterio tan grande que nos revela Jesucristo.

Dios habla. Dios realiza plenamente su proyecto de salvación: descubre quién es él: Dios en tres personas que cumple su promesa de salvarnos.

Fue una revelación progresiva a lo largo de milenios que fue preparando a los hombres para la venida de Cristo, el gran revelador. El manifiesta la ternura y fidelidad de Dios Papá, con su vida y sus palabras. Descubre a su Padre y nuestro Padre.

El vino a entregar su vida como víctima inocente para redimir a todos los hombres. Una vez consumada esta obra puede entregar al Espíritu Santo, Cuando muere en la cruz afirma San Juan: entregó el Espíritu.

A partir de entonces el Espíritu Santo viene a la Iglesia, se manifiesta como como Dios que realiza la redención en nuestras almas. Estamos en la era del Espíritu Santo que actúa con signos y palabras, los sacramentos, es la era sacramental. El Espíritu trabaja en las primeras comunidades dela Iglesia para ir constituyendo un pueblo de salvación.

Cristo y el Espíritu se manifiestan desde el principio de la historia de la salvación. Cristo es la sabiduría que acompaña al Creador en todas sus obras.

Toda esta obra nos da la posibilidad de ser santos, de alcanzar la vida eterna, nos da su esperanza que no falla y le da otra razón de ser a nuestra vida.

Es una obra grandiosa que hace inmensamente grande al hombre como canta el salmo 8.

Ya Dios puso su parte, pero falta la parte del hombre, la salvación no se realiza si el hombre no se convierte de su vida mundana de pecado, crimen, despojo, atropello y vive escuchando y siguiendo a Cristo con la moral más pura que establece el Maestro en el Sermón de la montaña.

Hay cristianos que viven sin Dios, no hacen nada para su salvación y se creen salvados, justificados cuando afirman: yo soy bueno, no mato, no robo, pero es un tirano con su mujer, un desobligado, un borracho que atormenta a sus niños. Es un ignorante que no tiene una idea de la moral muy exigente de Cristo. Las mamás olvidan a sus hijos porque les importa más el dinero y el celular.

Para conocer a Dios y entrar en su salvación es necesaria la conversión y entrar en el plan de Dios. Cada fiel de Cristo tiene la tarea de convertirse. Es una tarea también de los sacerdotes y de la comunidad: convertir a los fieles a Cristo.

En la gloria contemplaremos a Dios y lo veremos con él es, esta visión nos dará la felicidad, el amor, la plenitud, todo lo que puede hacernos inmensa y definitivamente felices.

Muchos andan perdidos queriendo construir un paraíso en este mundo, limitado, caduco, traicionero. Están llenos de cosas vanas y no trabajan el único negocio que vale la pena: encontrar a Cristo y ser salvados por él. Muchos andan ahogados en los placeres de los bajos instintos, los tiene agarrados el mundo y sus juergas y no tienen el más pequeño espacio para Dios.

Vive intensamente. Necesitas la conversión: encontrar a Cristo y seguir sus pasos, dejarte introducir en la salvación, vestirte de su gloria.

Cristo está aquí. Cristo viene a ti con el Padre y el Espíritu Santo, hace en ti su habitación cuando comes su cuerpo y bebes su sangre.

Para compartir en familia. Entra con tu familia en la familia de Cristo, haz entrar a tus hijos en la relación con el Papá Dios, y con el Espíritu Santo.

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