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El giro del discurso / Diego Leal

Diego Leal es politólogo por el Tec de Monterrey; Maestro en Gobierno y Asuntos Públicos; y obtuvo en Madrid España, el Máster en Comunicación Política e Institucional
Diego Leal es politólogo por el Tec de Monterrey; Maestro en Gobierno y Asuntos Públicos; y obtuvo en Madrid España, el Máster en Comunicación Política e Institucional

Llama la atención ese cambio de discurso tan radical en tan pocos días, mismos que en los cuales no se ha visto un avance en la situación de inseguridad en el Estado salvo por la toma de las instalaciones del puerto de Lázaro Cárdenas y de la Policía de Vista Hermosa

Madrid, España, 25 de noviembre de 2013.- La tarde del 26 de Octubre, un grupo conformado por las denominadas guardias comunitarias o autodefensas entró en Apatzingán a manifestarse y a llamar a sus habitantes a constituir un grupo de autodefensa en la capital de la tierra caliente michoacana. Ese día, a pesar de ir armados, el ejército mexicano les impidió entrar en Apatzingán con sus armas, condición a la que accedieron y una vez en dicha ciudad, fueron recibidos en pleno centro con ráfagas de armas de grueso calibre.

Después de esa concentración, las autodefensas lograron un pacto con el ejército mexicano y con la policía federal. Elementos de las autodefensas nutrirían los puestos de control de las corporaciones estatales en la región de tierra caliente, con el fin de indicarles a los militares y federales, la ubicación y parajes por donde se mueve el crimen organizado en dicha región, es decir, un componente de inteligencia local a las tareas de seguridad del Estado, lo que supondría una nueva estrategia que podría decantarse en una eficacia no vista hasta el momento en la entidad.

Ante dicho anuncio, en la madrugada del día siguiente, y todo parece indicar como reacción al anuncio, la delincuencia organizada llevó a cabo ataques a las estaciones de la Comisión Federal de Electricidad en varios puntos del Estado y a gasolineras sobre todo en la capital. Dichos ataques, fueron catalogados como vandalismo por el Gobierno del Estado, no así por la Federación, quien vio en estos hechos, ataques terroristas que dejaron sin electricidad a poco menos de la mitad de los habitantes de Michoacán por algunas horas.

Con el regreso de Fausto Vallejo a la gubernatura, el actual gobernador, el día 28 de octubre dejó entrever la posibilidad y su deseo de reunirse con las autodefensas, lo cual vieron con agrado los líderes de éstas.

Sin embargo, a poco menos de un mes del pacto entre las autodefensas y las corporaciones de seguridad en el Estado, el gobernador Fausto Vallejo declaró el 20 de este mes, que no tolerará más incursiones de las autodefensas en otros municipios del Estado y que se les detendrá si lo intentan, discurso que fue secundado por la Federación en voz del secretario de Gobernación 2 días después.

El cambio del discurso es radical, de la cooperación y el diálogo a una abierta afrenta e incluso a una amenaza.

Llama la atención que tanto los presidentes municipales que fueron exiliados de sus palacios de gobierno, como los líderes de la delincuencia organizada, han solicitado la aprehensión y persecución de las autodefensas, incluso, el líder visible del cártel de los caballeros templarios ha solicitado que el trato de delincuentes no sea solo para ellos, sino también para las autodefensas, ya que señala, son provistas por otros grupos delincuenciales de estados vecinos.

Sea cierto o no, llama la atención ese cambio de discurso tan radical en tan pocos días, mismos que en los cuales no se ha visto un avance en la situación de inseguridad en el Estado salvo por la toma de las instalaciones del puerto de Lázaro Cárdenas y de la Policía de Vista Hermosa.

El gobernador tuvo la oportunidad de entablar una negociación con las autodefensas para trazar una ruta crítica que devolviera el Estado de Derecho en la región y con él, la desaparición de este tipo de organización paramilitar, además de apoyarse en ellas para que proveyeran de información a las corporaciones de seguridad estatales y federales para hacer más eficaz la estrategia de seguridad en el Estado.

Si bien es cierto que ese grupo de autodefensas es uno al margen de la Ley y que el gobernador debe cumplir y hacer cumplir la misma, las autodefensas se constituyeron por la ausencia total de la Ley en su territorio y por las constantes afrentas en que vivían sus pobladores en sus propios pueblos.

Este cambio de discurso y de acciones puede deberse a varias circunstancias. Tal vez el Ejecutivo, mediante un buen trabajo de inteligencia ha logrado identificar nexos de las autodefensas con grupos de la delincuencia organizada, como dicen sus rivales en el estado, o simplemente pretenden atajar el problema de las autodefensas en esos municipios para evitar que crezca y se vuelva un problema de mayores dimensiones en el Estado en espera de poder hacerles frente una vez que logren desarticular y detener al principal cártel en el Estado, ya que las autodefensas están delimitadas y visibles, mientras que los segundos se extienden por todo el Estado y algunos sitios más allá de Michoacán y sus operaciones son clandestinas, lo que los hace más difíciles de perseguir.

Lo cierto es que con el fin del pacto entre las autodefensas y las fuerzas del orden se pierde una gran oportunidad de adquirir información regional valiosa para hacer más eficaz la lucha contra la delincuencia organizada y se vuelve a una estrategia de reacción con los consabidos resultados hasta ahora.

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