Editoriales

El humano y sus errores (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

El autor de este artículo es el reconocido Doctor Alejandro Vázquez Cárdenas
El autor de este artículo es el reconocido Doctor Alejandro Vázquez Cárdenas

Los mexicanos echamos a perder a México. Porque es más cómodo estirar la mano para recibir una dádiva que partirse el lomo en un trabajo. Porque es mejor “estar bien” con el poderoso que decir la verdad. Cuando se vio que “el que no transa no avanza”.

Morelia, Michoacán, 04 de diciembre de 2018.- ¿Cuántos errores puede cometer un humano? Al parecer un número inimaginable, pues es evidente que nadie escarmienta en cabeza ajena y el número de posibilidades de que alguien cometa un error es prácticamente infinito. Y nada de que con los años se comenten menos errores, pues todos, a la edad que sea, estamos expuestos a cometer desde una pequeña tontería hasta una megababosada de gran calibre. Esto aplica tanto al individuo en forma aislada como a una sociedad completa del país que se nos ocurra. Da igual que se trate de un de atrasado país del África subsahariana o una potencia mundial como lo son los EUA o Reino Unido, todos, en algún momento han cometido graves errores en sus políticas tantos internas como externas. Por mencionar solo dos, el resultado del referéndum sobre el Brexit en UK y la elección de un patán como Trump en los EUA.

México no es la excepción, en el catálogo de errores nacionales debemos ocupar uno de los primeros lugares, solo así se explica cómo es que siendo un país con dos siglos de existencia, que no padeció en su suelo ningún problema en las últimas dos conflagraciones mundiales , que ni de lejos sufrió lo que padecieron Alemania o Japón con sus dos bombas nucleares, un país que dispone de una gran cantidad de valiosos recursos naturales, minería, petróleo, costas, puertos, una geografía y un clima envidiable, ausencia de esas guerrillas que han padecido otros países latinoamericanos como las FARC en Colombia, Sendero Luminoso en Perú, terrorismo como el Uruguay con los Montoneros etc. etc. y con una enorme frontera con el principal consumidor mundial, a pesar de todo lo anterior nos encontremos a la cola de los países industrializados , en el último furgón de la tecnología, con una educación ruinosa , de las peores de la OCDE, con unas universidades que jamás han estado dentro de las primeras 100 del mundo a pesar de ser muchos más antiguas que Harvard y Yale, un país que depende de muchas importaciones de artículos básicos hasta prácticamente el 100% de la tecnología y electrónica.

¿Cómo es posible que un país como Corea del Sur, que en 1953 era más pobre que la mayoría de las naciones latinoamericanas e encuentre a años luz delante de nosotros? La experiencia del país ha sido motivo de múltiples análisis para comprender qué fue lo que permitió ese crecimiento económico tan rápido.

Para Jasper Kim, profesor de la Universidad Ewha en Seúl, la respuesta fue apostar por el único recurso que tenía en abundancia: su gente.

Tanto el gobierno como el pueblo se dieron cuenta del valor de la educación e invirtieron en ello de modo extraordinario. ¿Mérito de quien? de un gobierno que tomó las cosas en serio privilegiando la educación por sobre todo y un pueblo laborioso, con dignidad, responsabilidad y orgullo. Así de fácil. Y así de difícil.

Mario Vargas Llosa, en su novela «Conversación en la Catedral» hace una de las preguntas más parafraseadas: ¿En qué momento se jodió el Perú? En el caso de México, sobran los “momentos,” mismos que se pueden rastrear hasta la Colonia cuando el rey de España pretendió regular desde el otro lado del Atlántico la vida de la Nueva España, y el virrey pronunció la frase «acátese pero no se cumpla». Cuando esa costumbre de poner la norma lejos de la realidad se continuó en la era independiente, fingiendo un estado de derecho y sobre todo cuando la sociedad se acostumbró a esa simulación. Cuando el tiempo hizo costumbre la cultura de la corrupción.

Los mexicanos echamos a perder a México. Porque es más cómodo estirar la mano para recibir una dádiva que partirse el lomo en un trabajo. Porque es mejor “estar bien” con el poderoso que decir la verdad. Cuando se vio que “el que no tranza no avanza”. Porque la filosofía de millones de nuestros trabajadores es “Yo hago como que trabajo y ellos hacen como que me pagan”. Porque nuestro sistema educativo es una basura, y como basura que es, solo produce basura. Y así podemos seguir enumerando.

¿Tenemos remedio? Si, mejorando nuestra educación y cambiando nuestra mentalidad y cultura. Pero eso será en otro siglo, con otras generaciones, con estas definitivamente no, vean lo que han elegido como mandatario, un analfabeta funcional con problemas severos de personalidad.

Alejandro Vázquez Cárdenas

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