DestacadasEditoriales

El México de las estafas / Alejandra Ortega

La autora, Alejandra Ortega, es subdirectora de ATIEMPO.MX, con una amplia trayectoria de más de 15 años en los medios de comunicación
La autora, Alejandra Ortega, es subdirectora de ATIEMPO.MX, con amplia trayectoria en los medios de comunicación

Hace unos días se hizo público un caso conocido como la «Estafa Maestra», que involucra a funcionarios federales como Alfredo del Mazo, Rosario Robles, Emilio Chuayffet, Emilio Lozoya, Gerardo Ruiz Esparza, e Ildefonso Guajardo entre otros, y están involucradas también universidades públicas y ciudadanos prestanombres con empresas fantasmas

Morelia, Michoacán, 10 de septiembre de 2017.- Es increíble la normalidad con la vemos los diferentes hechos de corrupción en nuestro país. Cada vez perdemos más esa capacidad de asombro. Tal vez porque ya estamos suficientemente indignados y hartos de esa clase política que saquea a manos llenas y sin pudor a este basto y rico México.

Hace unos días se hizo público un caso conocido como la «Estafa Maestra», que involucra a funcionarios federales como Alfredo del Mazo, Rosario Robles, Emilio Chuayffet, Emilio Lozoya, Gerardo Ruiz Esparza, e Ildefonso Guajardo entre otros, y están involucradas también universidades públicas y ciudadanos prestanombres con empresas fantasmas. Sin embargo, este caso no ha recibido la difusión ni la atención que merece por su gravedad.

Hablar de un robo de por lo menos 7 mil 670 millones de pesos, es más que escandaloso, es indignante, sobre todo cuando se trata de engañar a los más pobres de esta nación, a la gente que sufre de hambre en las zonas más marginadas, pues mucho de ese recurso, unos 2 mil 200 millones de pesos, con los que podríamos comprar unos ¡4 mil autos de lujo Mercedes Benz!, fueron robados por quienes están al frente de la Sedesol.

Pero eso es sólo una parte, pues en la investigación realizada por Mexicanos Contra la Corrupción y Animal Político, detectaron que de 2013 a 2015, el desvío y robo de recursos públicos involucraba a 11 dependencias de gobierno como Pemex, Sedesol, SCT, Sagarpa y SEP entre otras, y que son parte de esta enorme red de corrupción en el actual gobierno de Enrique Peña Nieto.

Además de 8 universidades públicas como la UNAM, La Universidad Autónoma del Carmen, la del estado de Morelos, de Tabasco y el politécnico del Golfo de México, que con la complicidad de sus autoridades concretaron el robo y desvío de más de mil millones de pesos.

Estamos hablando de miles de millones de pesos que fueron a parar a cuentas de empresas inexistentes, pero que por supuesto tienen dueños y muy poderosos que pueden llevar a cabo este tipo de operaciones con total impunidad y sin temor alguno, y eso lo indica el que se sirvan con la cuchara más grande que se pueda.

Las investigaciones arrojan que de entre los montos desviados hay más de 3 mil 433 millones de pesos que simplemente desaparecieron y nadie sabe en dónde están.

Estas cifras son difíciles de digerir y de comprender, porque nadie de los ciudadanos comunes y corrientes, con trabajos normales, podríamos siquiera imaginar tener una pequeña parte de ese dinero. Nuestras vidas y las de nuestros hijos y nietos, no alcanzarían para acumular tal riqueza, tal vez por eso es tan difícil dimensionar el grado del atraco a nuestro país. Y esto es sólo una muestra de las numerosas estafas que seguramente los gobiernos hacen con nuestro dinero.

Es comprensible entonces que los ciudadanos desconfiemos y estemos enojados con los políticos que en lugar de administrar toda la riqueza de México, se aprovechan de ello y roban, devolviendo casi nada a los ciudadanos, por eso no tenemos una buena infraestructura, no tenemos empleos bien remunerados, no tenemos viviendas dignas, ni una educación de calidad.

Esto en un país que claro que parece tercermundista, a pesar de ser petrolero, a pesar de tener dos salidas al mar, como muy pocos países, de tener una enorme biodiversidad y gran riqueza en recursos naturales y minerales. Por supuesto que no deberíamos padecer hambre, no debería haber tantos pobres, pues este país genera muchos recursos económicos que alcanzarían muy bien para todos.

Aquí el problema es que padecemos de un mal muy grave, que parece que se contagia y se vuelve cada vez más peligroso: la corrupción de los gobiernos e instituciones. Simplemente es así, los ciudadanos parecemos rehenes de ellos.

Por esto, seguramente el asunto del #FiscalCarnal interesa mucho al PRI y tratarán de tener un Fiscal General de la República a modo, que tape las muchas fugas de dinero público, pero también que proteja a los funcionarios.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba