Editoriales

El pulso de la calle… ¡y de las redes sociales…!

En solidaridad con mis amigos brasileños Fabio Silva y Francine Krüger
En solidaridad con mis amigos brasileños Fabio Silva y Francine Krüger / Gonzalo Gabriel Estrada Cervantes

Mal hacen los políticos en perder contacto con sus representados y no saber interpretar el pulso de la calle y ahora también de las redes sociales. Son caminos para el que viene ¡y para el que va!

 

México, D.F., 21 de junio de 2013.- En campaña electoral los políticos o sedicentes políticos recorren incansablemente caminos, calles y veredas para lograr verse favorecidos en las urnas por el voto de un cada vez más desencantado pueblo. Les urge transmitir sus “ideas”, sentimientos y una retahíla de buenos propósitos para los que menos tienen. Derrochan sonrisas, tiran rostro, tiran carteles y mucha propaganda a donde aparecen tocados por el “photoshop”; algunos distan enormemente de su rostro real con el de los carteles e imágenes. A veces hasta el absurdo.

 

Se presentan con una humildad y transparencia que embelesa a una audiencia que les sirve de telón de fondo para sus fines democráticos o a veces para sus fines inconfesables.

 

Cuando el voto los favorece, agradecen a toda regla a los electores y hacen la gira de las gracias. Prometen volver cuantas veces sea necesario y el electorados se los demande para escuchar sus demandas y apoyar sus gestiones. Muchos en efecto vuelven pero solo cinco minutos y a tomarse la foto, y en vehículos último modelo, así sean de izquierda o de derecha. Pocos vuelven con frecuencia y mantienen el contacto permanente con el electorado.

 

El elector, al menos aquí en México, tiene memoria política corta; recuerda más la dádiva en cualquiera de sus miles de formas a la hora de decidir el voto que las escasas ideas concretas del actor político, si es que éste las llega a tener. Esta circunstancia y la falta de interés del electorado para darle seguimiento al ejercicio de “su representante” favorecen una mediocre actuación de los mandatados, que se circunscribe, en el caso de los diputados y senadores, y de regidores también, a pasar lista de asistencia y cobrar religiosamente dietas y demás emolumentos.

 

Hoy sin embargo, merced a las nuevas tecnologías podemos darles seguimiento a algunos políticos que se atreven a dar cuenta de sus actividades diarias, algunas intrascendentes y otras dentro de sus adecuadas funciones. Muchos se han montado en la red como estrellas de radio, cine y televisión; a otros si se les ve en uso de tribuna y con  planteamientos claros y de peso. De éstos quisiéramos que  hubiera más y no de los que solo cantan noticias, estadísticas, referencias de notas sacadas de la red y cantan hasta la hora de amanecer, es decir, cantamañanas.

 

Hay hartazgo del electorado medianamente informado por el desempeño laboral de los políticos y la ingente cantidad de dinero que se derrocha diariamente en campañas mediáticas y sainetes sin sentido. Hay hartazgo de la prepotencia e indiferencia con que algunos actúan. Lo hay también de sus desvaríos en la vida privada trasladados luego a la vida pública. El porcentaje de los políticos que mantienen congruencia con su decir y hacer es poco, pero por fortuna lo hay.

 

Bueno es que van existiendo vías para la expresión puramente ciudadana; sin estar atados a partidos que ya no, o que nunca, le han representado, y que sin embargo mantienen secuestrada a la democracia y la han convertido en negocios de familia; ahora familias enteras se dedican al quehacer político sin haber siquiera repasado la definición de lo que es la política, el Estado y la sociedad.

 

Mal hacen los políticos en perder contacto con sus representados y no saber interpretar el pulso de la calle y ahora también de las redes sociales. Son caminos para el que viene ¡y para el que va!

 

* El autor es licenciado en Derecho, especialista en Derecho Agrario; Maestro en Ciencias en Desarrollo Rural Regional; Maestro en Derecho Ambiental y de la Sostenibilidad; Diplomado en la Unión Europea.

 

Comentarios y sugerencias: chaloes@hotmail.com

 

 

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