Editoriales

El servidor público al servicio del Estado

Nuestro colaborador de A TIEMPO.MX, Gonzalo Gabriel Estrada Cervantes
Nuestro colaborador de A TIEMPO.MX, Gonzalo Gabriel Estrada Cervantes

“Las transiciones dependen de la administración de dos sentimientos: el temor y la impaciencia. El temor de quienes se alejan, la impaciencia de quienes están llegando”: Julio María Sanguinetti, “extodo” de Uruguay


México, D.F. a 28 de junio de 2013. A una década de vigencia de la Ley del Servicio Profesional de Carrera en la Administración Pública Federal y al diez por ciento del ejercicio temporal del gobierno del Presidente Peña Nieto el debate sobre el nivel de los puestos de la administración pública que deben seguir o estar sujetos a la Ley es permanente. Se discute en el Congreso de la Unión y es tema recurrente de columnistas de prensa.


Es innegable que las administraciones públicas como las empresas privadas inviertan en capital humano y seleccionen a los mejores perfiles para sus puestos de trabajo bajo los principios de mérito, igualdad de oportunidades y equidad de género. En el caso de la empresa privada el costo-beneficio lo reclama y en las administraciones públicas la sociedad misma.


La historia de la administración pública en México en sus distintos órdenes federal, estatal y municipal está plena de ejemplos de fracaso en programas y acciones en favor de los administrados por, entre otras causas, un servidor público deficiente que había respondido más a filias partidistas sin tener conocimientos técnicos y académicos en la materia de su encargo y por el temor a que derivado de los vaivenes electorales concluyera su ciclo, sin más. Esto ha significado una cantidad importante de recursos humanos y económicos tirados al vacío. De acuerdo con datos de la Secretaría de la Función Pública de 2008 a la fecha se han invertido 492 millones de pesos en el rubro de modernización de estructuras y profesionalización de recursos humanos.


México ha avanzado en consolidar un Servicio Profesional de Carrera a nivel federal que responda a los fines del Estado y no a los fines particulares de partidos o grupos políticos; cuenta con sistemas para evaluar el desempeño de los servidores públicos y su permanente capacitación. Más que tratar de modificar la Ley en sentido de reducir el nivel de puestos sujetos a ella, debe reformarse en sentido de que sea obligatorio que los Comités Técnicos de Selección estén conformados no solo por servidores públicos de las propias instituciones sino también por especialistas externos miembros de la academia y otras instituciones ciudadanas. Tal como se pretende hacer actualmente con la selección de los comisionados del Instituto Federal de Telecomunicaciones y de la Comisión Federal de Competencia Económica.


Las administraciones públicas modernas de los países más avanzados del orbe han consolidado ya estos Servicios Civiles de Carrera. Retroceder en lo que se ha logrado en México en la materia sería mermar la acción de gobierno en beneficio de la sociedad. Los servidores públicos realmente comprometidos con la sociedad deben estar blindados a los vaivenes y componendas políticas. El Estado, el Gobierno, es de todos y de nadie a la vez, somos corresponsables de su buena marcha; debemos conservarlo y fortalecerlo siempre con las mejores mujeres y hombres por el bien de la nación. Debe consolidarse en la realidad el Servidor Público al servicio del Estado.


Y aludiendo a la frase de Sanguinetti fusionar los sentimientos del temor y la impaciencia en uno sólo: el del beneficio a la sociedad y al país.

*El autor es licenciado en Derecho, especialista en Derecho Agrario; Maestro en Ciencias en Desarrollo Rural Regional; Maestro en Derecho Ambiental y de la Sostenibilidad; Diplomado en la Unión Europea.


Comentarios y sugerencias: chaloes@hotmail.com

 

 

 

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