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Elecciones de lodazal / Teodoro Barajas Rodríguez

El autor es Maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas
El autor es Maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas

La competencia electoral del próximo año seguramente será pasada por campañas de odio, desprestigio y estiércol, los signos de la realidad así lo pronostican, los intereses en pugna son mayúsculos, habría que fiscalizar los gastos porque suelen ser estratosféricos y casi nadie repara en los topes financieros

Morelia, Michoacán, 05 de marzo de 2017.- La competencia electoral del próximo año seguramente será pasada por campañas de odio, desprestigio y estiércol, los signos de la realidad así lo pronostican, los intereses en pugna son mayúsculos, habría que fiscalizar los gastos porque suelen ser estratosféricos y casi nadie repara en los topes financieros.

Ya en los comicios del año 2006 se vivió una competencia en la que las calumnias estuvieron a la orden del día, parecía una contienda en súper libre como se dice en el argot de las luchas, modalidad sin árbitro. Al final del día el entonces Instituto Federal Electoral fue rebasado y todos recordamos el final polémico que dio el triunfo a Felipe Calderón.

Los partidos en crisis apuestan a sus figuras, algunos ciudadanos han optado por la vía independiente aunque aún falta un importante trecho para definir  candidaturas, ya algunas se visualizan por anticipado como sucede con Andrés Manuel López Obrador.

El Partido Revolucionario Institucional luce muy abajo en las encuestas, le ha correspondido ser el sparring del gobierno debilitado del presidente Enrique Peña Nieto, han quedado en el pasado los recuerdos anclados de lo que fuera una potencia partidista desde que se diseñó por Plutarco Elías Calles en 1929, surgió desde el poder y el origen marca a las organizaciones políticas como lo postuló Max Weber.

La simbiosis partido-gobierno del viejo PRI ya no es concebible, se fueron afianzando otros elementos que dieron mayor margen a la democracia que aún no termina por concretarse pero si ha tomado distancia de los moldes incubados por el autoritarismo que anulaba cualquier intento para establecer un sistema de partidos, se vivió una larga y pesada simulación.

No obstante, todo indica que los partidos, por causas diversas, viven una crisis evidente que les ha desfigurado ideológicamente, algunos son derivados de rupturas; otros han acogido a cuadros de diversas procedencias en el auge pragmático para alcanzar el poder, así sin más matices.

El estado de México representa un termómetro para al final hacer los cálculos rumbo a los comicios del 2018, hasta hace unos días se hablaba de un empate técnico entre los aspirantes del PRI, PAN y Morena; el PRD parece rezagarse ante los disensos de las numerosas tribus internas.

A medida que se aproximen los tiempos establecidos para la contienda federal del próximo año seguro van a multiplicarse las campañas de manipulación, el reguero de medias verdades y mentiras absolutas hasta el infinito. No se puede afirmar ahora como sentencia profética quién ganará, ahora se puede  hablar de favoritos pero no es un asunto definitivo, en política puede suceder cualquier cosa que altere el escenario final.

Habrá que revisar al final cuántos candidatos independientes participarán, se han enlistado Jorge G. Castañeda, Pedro Ferriz y algunos más.

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