Editoriales

En cuarentena / Gonzalo Gabriel Estrada Cervantes

El autor es licenciado en Derecho, especialista en Derecho Agrario; Maestro en Ciencias en Desarrollo Rural Regional; Maestro en Derecho Ambiental y de la Sostenibilidad; Diplomado en la Unión Europea
El autor es licenciado en Derecho, especialista en Derecho Agrario; Maestro en Ciencias en Desarrollo Rural Regional; Maestro en Derecho Ambiental y de la Sostenibilidad; Diplomado en la Unión Europea

A nadie tomó por sorpresa que existía la posibilidad de que Jesús Reyna estaría involucrado con el crimen organizado. Pero ¿cuántos más “servidores públicos” de lo que queda del Gobierno de Michoacán están en la mira de la PGR para ponerlos en cuarentena?

México, D.F., 08 de marzo de 2014.- A nadie tomó por sorpresa que existía la posibilidad de que Jesús Reyna estaría involucrado con el crimen organizado. Pero ¿cuántos más “servidores públicos” de lo que queda del Gobierno de Michoacán están en la mira de la PGR para ponerlos en cuarentena?

Eso, lo iremos sabiendo en las próximas horas de parte de la autoridad, pues a nivel de calle los nombres circulan día a día y no sólo de este gobierno actual sino de anteriores.

Queda la impresión de que la PGR actúa siempre a destiempo. La sociedad michoacana tiene la información completa de cuáles funcionarios y políticos tienen nexos con el crimen organizado en Michoacán desde siempre. Lo que resulta intolerable desde cualquier punto de vista es la alta traición al estado y sus instituciones y a la ciudadanía michoacana.

¿A cambio de qué políticos y funcionarios se han amafiado? ¿Poder político, poder económico? Sea cual fuere la motivación, nos queda claro que lo que menos les interesa a partidos políticos y sus integrantes, sean del color que sean, es la sociedad en general. Puede más su ambición por el poder, per se, que el bienestar mínimo de la población michoacana.

Lo que debemos cuestionarnos como sociedad es, hasta cuándo vamos a permitirles a estos sedicientes funcionarios públicos y representantes populares sigan violando las leyes en nuestro perjuicio.

Es momento de alzar la voz y la mano y señalar con rigor y responsabilidad que nos han fallado y nos han traicionado.

La cuarentena debiera extenderse a todos los actores administrativos y políticos involucrados con el crimen organizado.

Sólo así recobraremos un poco la confianza en las instituciones federales. No hay vuelta de hoja. Faltan muchos más: sí lo hizo la mano, lo sabía la tras.

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