Fanatismo, odio y resentimiento (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)
Tema interesante, de vigencia absoluta en estos tiempos de la 4T; odio y resentimiento, sentimientos que identifican a muchos de su simpatizantes; desde el más obtuso “viene viene” hasta al más cotizado de los profesionistas
Morelia, Michoacán, 19 de mayo de 2020.- Puede pasar en cualquier plática entre conocidos y otros no tanto; puede ser en un café, en el trabajo, en una reunión social, en el lugar más inverosímil (un quirófano); el asunto es que al comentarse de manera incidental algún tema político sorpresivamente nos topamos con alguien que con vehemencia y excitación digna de mejor causa nos manifiesta, en un tono desafiante, su total apoyo a «X» mesías y su secta.
En ese momento, con mayor o menor sorpresa, nos damos cuenta de las virulentas filias y fobias que porta esa persona, corroboramos que no acepta ni tolera argumentos en contra y es impermeable a todo razonamiento.
En ese instante nos damos cuenta que estamos no frente a un simpatizante, sino de un fanático.
Y si esta persona insiste reiteradamente en externar su odio a determinado grupo social o político o a un determinado personaje y de paso descalificar a todos los no que piensen como él, el asunto es más grave pues se trata ya no tan solo de un fanático sino de un resentido social.
La denominación «resentido» aplica a una persona que guarda una intensa inconformidad, especialmente cuando ello influye en su vida habitual. «Resentimiento» es aquel sentimiento de enojo hacia algo o alguien por sentirse perjudicado.
Muchos lo definen como un sentimiento caracterizado por un rencor sordo, frecuentemente inconsciente, de envidia u odio impotente, que se manifiesta en críticas, comentarios o insinuaciones que desprestigian a la persona que es objeto del resentimiento.
Este sentimiento se emparenta con el odio, sentimiento que como sabemos tiene sus raíces en la venganza y en la defensa de los intereses propios.
Pero aclaremos, ¿qué es el odio? Sucintamente el odio es definido como un sentimiento negativo, de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa o situación, así como el deseo de evitar o destruir aquello que se odia.
¿Qué causa el odio? Darwin decía que sus raíces estaban en la venganza y en la defensa de lo que consideramos intereses propios. “Si hemos sido o esperamos ser agredidos por alguien (…) ese alguien nos será desafecto; y el desafecto se convierte fácilmente en odio”. Fromm coincide con la visión de Darwin: el odio surge como respuesta a la “amenaza (de alguien o de algo) a los intereses vitales de una persona.
¿Y cuales son las características del resentimiento? Resentimiento es evocar un sentimiento de hostilidad contra una persona o personas que consideramos que nos han tratado mal; es rencor reprimido sobre un acontecimiento negativo que ha sucedido; molestia que se siente cuando se habla de una determinada persona. Incapacidad para perdonar, incapacidad de dejar pasar y olvidar; dolor emocional no resuelto que se siente cuando no se logra aceptar una pérdida; es el resultado de pensar que se fue víctima de un trato injusto (fraude), es el rencor hacia una persona o grupo que se considera que ha impedido lograr ciertos objetivos (les robaron la elección).
¿Cómo lo podemos detectar? El resentimiento se manifiesta cuando la persona presenta hacia un individuo o grupo los siguientes datos: Pone mala cara, escasamente disimulada, ante la presencia o mención de la persona objeto del resentimiento. Habla invariablemente con franca hostilidad o de manera degradante de él, ella o de ellos. Se siente bloqueado en sus esfuerzos de crecimiento personal. Se refugia en un círculo de personas con similares características, leyendo solo periódicos y revistas afines, sin poder entender que son medios que al manipular dolosamente las noticias retroalimentan la ira y resentimiento de sus crédulos lectores empeorando su ya incómoda y miserable existencia.
Tema interesante, de vigencia absoluta en estos tiempos de la 4T; odio y resentimiento, sentimientos que identifican a muchos de su simpatizantes; desde el más obtuso “viene viene” hasta al más cotizado de los profesionistas. Mal asunto, producto indeseable de una sociedad enferma.
Alejandro Vázquez Cárdenas
