Editoriales

Ideologías totalitarias (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

El autor de este artículo es el reconocido Doctor Alejandro Vázquez Cárdenas
El autor de este artículo es el reconocido Doctor Alejandro Vázquez Cárdenas

El totalitarismo es una forma de Estado, es decir, una forma de organizar los componentes de un Estado. Consiste en la creación de una ideología que permite al líder o su grupo diseñar proyectos personales, con una  legitimidad sostenida por la fuerza y la intolerancia.

Morelia, Michoacán, 13 de marzo de 2018.- En esta época de campañas políticas es común escuchar a representantes de diversos partidos hablar sobre  «totalitarismo», pero  queda la duda al escucharlos si efectivamente estos personajes saben, bien a bien, que significa el término “totalitarismo”.

El totalitarismo es una forma de Estado, es decir, una forma de organizar los componentes de un Estado. Consiste en la creación de una ideología que permite al líder o su grupo diseñar proyectos personales, con una  legitimidad sostenida por la fuerza y la intolerancia.

El Totalitarismo se caracteriza al igual que su pariente el Autoritarismo en la falta de reconocimiento de la libertad y los derechos del hombre. Una de las principales diferencias entre Totalitarismo y Autoritarismo es que en el totalitarismo existe una negación de la libertad y los derechos individuales, desconociendo además la dignidad de la persona humana.

El totalitarismo considera el Estado como un fin en sí mismo, y por tanto lo maximiza, el poder del estado totalitario lo puede todo porque lo abarca todo. Mussolini ejemplificó perfectamente esto en el eslogan «todo en el Estado, todo para el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado». En otras palabras, no es el Estado para el hombre, sino el hombre para el Estado.

El totalitarismo es profundamente antidemocrático, el poder se unifica en una sola persona o un grupo reducido que sobreponen la razón de Estado por sobre la razón humana. Así mismo controla completamente al sistema educativo y la prensa, reduciendo sus facultades a la mera reseña y promoción de los avances científicos, deportivos y tecnológicos ya que estos se utilizan para bien del sistema y sus miembros. Los principales exponentes fueron el nazismo, el fascismo y el comunismo.

Algo diferente es el Autoritarismo, este es una forma de gobierno caracterizado por un marcado énfasis en la autoridad del Estado. Básicamente es un sistema político controlado por los legisladores electos mismos que suelen permitir un cierto grado de libertad. Puede definirse como un comportamiento en el que sobresale una persona o institución por sobre cualquier individuo.

La distinción entre  un régimen autoritario y un totalitario es que en el autoritarismo el gobierno no pretende controlar la vida privada de sus ciudadanos al punto de convertirlos en personas reeducadas para adorar al régimen, como lo es en Cuba y Corea del Norte. En el caso del autoritarismo el Estado, que controla prácticamente todos los medios de difusión masiva; televisión radio, periódicos etcétera prefiere controlar a la población por medio de sus aparatos de propaganda, por ejemplo ofreciendo espectáculos y promoviendo actividades que le distraigan de las preocupaciones políticas; para esto se presta muy bien la televisión y la radio.

Las ideologías totalitarias han terminado fracasando. El nazismo fue derrotado militarmente, pero su reinado del terror quedó como ejemplo para la historia; un ejemplo que jamás debe repetirse. El fascismo de Mussolini igual; el comunismo demostró su inoperancia al caer la URSS víctima de sus propias contradicciones. Actualmente se encuentra en el basurero de la Historia.

Finalmente hablemos de la Dictadura. ¿Qué es una dictadura? Es un gobierno que invocando el interés público, ejerce su gestión sin tener en cuenta las leyes constitucionales de un país; no representa (ni le interesa) la voluntad general y no permite ninguna oposición a su línea política. La ley no existe para ellos.

Se diferencia de los regímenes totalitarios de gobierno porque la dictadura no tiene una ideología elaborada, no  busca el apoyo de las masas, su democracia, si existe,  es una farsa, en ocasiones muy elaborada, pero farsa a fin de cuentas, y no trata de cambiar la sociedad.

¿Ahora comprende, estimado lector, la afortunada expresión de Vargas Llosa calificando al México priísta como «La dictadura perfecta»? Expresión, que dicho sea de paso, le costó la salida intempestiva de México. Ahora bien, ¿Deseamos vivir en una dictadura?  Infórmense y razonen antes de votar.

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