Editoriales

IMSS, una tragedia que se pudo evitar (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

Ahora, con la llegada el mesianismo de la 4T el futuro del IMSS ya no es sombrío, es definitivamente negro. Todo me hace pensar que su certificado de defunción ya está escrito y firmado, solo falta ponerle fecha y hora.

Morelia, Michoacán, 28 de mayo de 2019.- El Instituto Mexicano del Seguro Social nace oficialmente el 19 de enero de 1943 como respuesta a la necesidad de otorgar atención médica a la población trabajadora. Vale recordar que antes de la existencia del IMSS la atención médica corría por cuenta del patrón y la Virgen de Guadalupe,  lo cual equivale a decir que virtualmente no existía.

El nacimiento del IMSS no fue fácil, desde su inicio enfrentó rechazo y bloqueo por parte de los segmentos patronales de esa época, ayudados, para colmo de las vergüenzas, por algunas centrales sindicales,  incapaces de entender el concepto de seguridad social. Para ellos el trabajador era una pieza barata y desechable

Actualmente nadie duda de la importancia del IMSS que es, con mucho, la mayor institución médica de México

A 76 años de su fundación, el IMSS atiende casi 74 millones de derechohabientes.

Su red hospitalaria es considerada la más grande y moderna de América Latina. Y ya superada, no sin grandes trabajos , la crisis financiera en que se encontraba en 2012, el Seguro Social logró un superávit cercano a los 15 mil millones de pesos en los últimos años, recortando, en muchas ocasiones en forma brutal, los gastos en muchas de sus áreas. Resultado, finanzas más o menos sanas pero un ausentismo no cubierto, plazas sin cubrir y equipos médicos cada día más viejos y algunos de plano obsoletos. Eso sí, algunas unidades “escaparate” en pocos Centros Médicos, mismas que recuerdan las aldeas Potemkin. Conclusión;  a tropezones pero el IMSS sobrevive, o sobrevivía, pues no contábamos con la 4T.

Durante la década de los 60s y gran parte de los 70s  el IMSS vivió la que fue su mejor época; se crearon los grandes centros hospitalarios, la cobertura se amplió a todo el país y se contrataron excelentes médicos para los servicios de asistencia y enseñanza.

Con los años, al incrementar la cobertura sin aumentar los recursos, el Instituto inicia un progresivo declive.  El IMSS sobrevive, cierto, pero con graves carencias derivadas de una mala administración y peor planeación. ¿El resultado? Un Instituto totalmente rebasado, no tiene ni médicos, ni camas ni recursos para atender con calidad y oportunamente a la totalidad de sus pacientes.

¿Cómo se llegó a esta tragedia? Los motivos son  múltiples pero hay que partir de una verdad incómoda. El IMSS, como toda institución mexicana es manejada por nuestra poco eficiente clase política, por lo tanto no debe extrañarnos que presente sus mismos  vicios. ¿Cuales? Corrupción en las compras, amiguismo en los nombramientos, asignación de contratos de construcción a prestanombres y un contrato colectivo de trabajo diseñado para tener controlado al sindicato.

El personal, sobre todo médico, está profundamente desmotivado y su mayor expectativa que era llegar vivos a la jubilación ya no la tienen desde que entró en funciones el sistema AFORE, que condena al trabajador a morir de hambre a los pocos años de jubilado. A despecho de quien lo niegue, no hay ni ha existido un adecuado reconocimiento a la calidad médica, en el IMSS, fuera de pagos por antigüedad y puntualidad, gana lo mismo el bueno, el malo y el feo. Esta es la principal razón por la cual excelentes especialistas han renunciado el IMSS.

Y si la evolución del IMSS en México es deprimente, en Michoacán es capítulo aparte, aquí está peor que en muchos otros estados. Un ejemplo de eso es la historia de la construcción y demolición del Hospital Regional de Morelia, una pérdida multimillonaria en una institución ya de por sí quebrada, y su posterior construcción en la peor y más lejana área geográfica posible por así convenir a los intereses económicos de unos cuantos.

El resultado final de todo esto es que el IMSS incumple con su postulado básico, atender enfermos con oportunidad y calidad. Entendamos, el IMSS se diseñó para atender a los  trabajadores y sus familias, no para población abierta, para eso está Salubridad. Cargarle la atención de personas que nos son trabajadores es pervertir su función y desfondarlo financiera y operativamente; y eso es criminal.

Y ahora, con la llegada el mesianismo de la 4T el futuro del IMSS ya no es sombrío, es definitivamente negro. Todo me hace pensar que su certificado de defunción ya está escrito y firmado, solo falta ponerle fecha y hora.

Descanse en paz el Instituto que en su momento hizo su mejor esfuerzo por la salud de los mexicanos.

Alejandro Vázquez Cárdenas

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