Editoriales

Incitatus, el Senado, el IFE y el PRI (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

El autor de este artículo es el reconocido Doctor Alejandro Vázquez Cárdenas
El autor de este artículo es el reconocido Doctor Alejandro Vázquez Cárdenas

La historia es terca e insiste en repetirse. La decadencia del senado imperial romano en la época de Calígula ya la podemos ver en el legislativo mexicano. Veamos el caso de la desatinada y comprobadamente ineficaz ley electoral mexicana, reformada, más bien destruida por los legisladores después de las elecciones del 2006.

Morelia, Michoacán, 30 de enero de 2018.- Estimado lector, ¿Desea saber porque en estas épocas estamos inundados, ahogados más bien,  por  cataratas de anuncios promocionando a los innumerables precandidatos? Millones de spot  saturan día y noche la radio y la televisión. Millones de pesos prácticamente tirados a la basura. ¿Por qué el actual INE y la Carabina de Ambrosio funcionan de manera parecida? La respuesta no es complicada, básicamente se lo debemos a la ingenuidad, por no llamarlo de otra manera más fea,  del Sr Felipe Calderón, que en una pésima jugada desmanteló el IFE de Luis Carlos Ugalde para supuestamente quedar bien  con los partidos, o sabe Dios qué pensaba en realidad. Es resultado, que es lo que importa, fue nefasto.

Una aclaración, este artículo fue escrito en el ya lejano 2007.  Y sin una bola de cristal. Retomo solo una parte para ilustrar nuestra tragedia.

“Cayo Julio Cesar Augusto Germánico, más conocido como Calígula, fue un emperador romano cuyo mandato transcurrió entre los años 37 y 41 DC.  Es considerado uno de los mayores tiranos de la historia del mundo. Este personaje, que desde su juventud dio muestras de graves desequilibrios mentales, ya como Emperador tuvo la ocurrencia de nombrar  a su caballo favorito, Incitatus miembro del Senado Romano.

Este hecho, que se consideraría  simplemente como un dato más de la locura de Calígula, tiene más fondo que el aparente. Muestra el enorme desprecio del Emperador a la actitud obediente, sumisa y servil de los senadores, conducta deseable en un equino, pero despreciable en un senador.

La historia es terca e insiste en repetirse. La decadencia del senado imperial romano en la época de Calígula ya la podemos ver en el legislativo mexicano. Veamos el caso de la desatinada y comprobadamente ineficaz ley electoral mexicana, reformada, más bien destruida por los legisladores después de las elecciones del 2006.

En México, vale recordarlo, una de las instituciones más desprestigiadas y con menor nivel de confianza  es el Poder Legislativo. Su credibilidad está por abajo incluso de la corrupta policía. Obviamente este sitio lo han ganado a pulso, entre otras razones, por los antecedentes y el actuar de muchos de sus integrantes.

En septiembre de 2007 fuimos testigos de una farsa montada por este poder legislativo. Los líderes de los tres partidos «grandes» se unieron para sacar adelante una pésima reforma electoral para destituir a los consejeros del IFE y debilitar su influencia. Por un lado, tanto el PAN como el PRI y el PRD buscaron más dinero para sus partidos y por otro lado buscaron aplastar a la autoridad electoral mandando el mensaje de que ellos, los legisladores, podían remover a su antojo a las cabezas del IFE cuando se les diera la gana.

¿Por qué destruyeron al IFE? Los partidos, pensando que los ciudadanos somos unos débiles mentales, afirmaron que es  porque «se le ha perdido la confianza», argumento idiota en grado superlativo. Si a alguien se le ha perdido la confianza, o más bien, nunca la ha tenido es precisamente a los legisladores y a los partidos políticos. ¿Fraude en las elecciones?, ese argumento solo existe en el terreno del delirio y la fantasía donde habita AMLO y sus fanáticos. Descabezar al IFE era comprensible en el PRD, incapaz de entender su derrota. Muy comprensible en el PRI, pues fabricaron un IFE «a modo» para preparar su retorno triunfal en el 2012. Pero, ¿El PAN? , ¿Donde tenían la cabeza? ¿A cambio de que destruyeron al IFE?

Lo dijo Antonio Álvarez Lima ex gobernador de Tlaxcala, con poca diplomacia pero con mucha sinceridad: «El grupo parlamentario del PRI chamaqueó al Presidente Calderón: le cambió espejitos fiscales por el oro del IFE. Cambiar un consejo incómodo, por otro formado por intelectuales orgánicos a modo».

Efectivamente, el PRI mostró inteligencia, el PAN mostró su inacabable candor y el PRD su profundo rencor. Ni modo, la jugada les salió bien,  pongámonos de pie y saludemos en el 2012 el retorno del  PRI.

¡Ah! Y una disculpa a la memoria de Incitatus, que fue un excelente caballo.

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