Editoriales

Juan y los parquímetros / Hugo Gama

Hugo Gama es Maestro en Derecho por la Universidad La Salle México, así como abogado especialista en propiedad industrial
Hugo Gama es Maestro en Derecho por la Universidad La Salle México, así como abogado especialista en propiedad industrial

Prefiero cooperar 10 pesos a un franelero y a su familia que dejarme atracar “voluntariamente” por una empresa privada que se enriquecerá del espacio público y que no otorgará ninguna garantía adicional, no darán seguro contra daños, robo parcial o total

Morelia, Mich., 16 de octubre de 2013.- Juan Gutiérrez, originario del oriente michoacano, vivió gran parte de su vida en la comunidad de Las Grutas en el municipio de Ciudad Hidalgo, Michoacán, hijo, hermano, padre de familia y esposo. Cuando dos de sus hijos llegaron a la adolescencia, decidieron en casa mudarse a Morelia para que los muchachos pudieran realizar una licenciatura.

Desde su llegada a Morelia, Juan pasó momentos duros, la dificultad de encontrar un trabajo fue una constante, igual que otros han sufrido en esta ciudad, buscó un empleo que le permitiera obtener ingresos suficientes para poder satisfacer las necesidades de su familia, pero no tuvo éxito, ante dicha situación no tuvo otra opción que tomar el oficio de lavacoches o franelero en el centro histórico de la ciudad.

Juan es sin duda una de las personas más bondadosa que he conocido, muy buen padre, excelente esposo, buen mexicano, solidario y lleno de ilusiones, su gran misión era ver a sus hijos convertirse en profesionistas, hoy están a punto de lograrlo, aunque ya sin su papá. Juan murió de un infarto hace poco más de un año al interior de un vehículo que lavaba para poder ganar 30 pesos.

Juan es solo uno de los ejemplos de lucha, trabajo e ilusión que representan la gran mayoría de los franeleros y muchos subempleados o informales, sin embargo, un sector de la sociedad moreliana los tachan de delincuentes, como los grandes responsables de la inseguridad de la zona. A mi juicio esas posturas resultan ser ligeras, miserables y muestran lo alejado de ese sector social de la realidad de los morelianos, cada franelero tiene su historia, y seguramente nos sorprendería conocerlas.

El Ayuntamiento de Morelia propone instalar parquímetros en la zona centro de la ciudad, y uno de sus argumentos es “quitar el monopolio” de la vía pública a los franeleros, evitar que sigan apartando lugares, pidiendo cooperación o lavando autos, pero contradictoriamente pretenden privatizar las calles con parquímetros para que alguna empresa privada obtenga los grandes beneficios económicos por la explotación de los espacios de estacionamiento de la vía pública.

La medida que pretende el gobierno municipal con el auxilio mediático de la asociación Comerciantes y Vecinos del Centro Histórico, el Colegio de Arquitectos de Michoacán, así como de la promoción en redes sociales de los funcionarios municipales y estatales de extracción priista, en realidad es un atraco para la economía de los morelianos, mientras que un franelero se da por bien servido con una cooperación de 5 a 10 pesos por ocho horas o 30 pesos por lavar y cuidar un vehículo, los parquímetros cobraran hasta 10 pesos la hora, es decir, si usted trabaja en el centro tendrá que pagar 80 pesos diarios.

Los parquímetros quitarán el empleo a por lo menos 100 lavacoches de toda la colonia Centro de la ciudad, dejarán sin alimentos a 100 familias morelianas, pero nadie ha pensado en eso, los críticos de los franeleros solo se preocupan por los intereses gubernamentales y empresariales, no hay conciencia sobre los demás o por sus problemas, parece ser que esos críticos cada vez se alejan más del ser humano, su condición y sus necesidades, pero se preocupan más por las empresas, es decir, reconocen más derechos a las empresas y reducen el de las personas, y los gobiernos traducen ese sentir en leyes, reglamentos y decisiones de gobierno.

Debo ser honesto, prefiero cooperar 10 pesos a un franelero y a su familia que dejarme atracar “voluntariamente” por una empresa privada que se enriquecerá del espacio público y que no otorgará ninguna garantía adicional, no darán seguro contra daños, robo parcial o total, pero además llevará aparejadas sanciones o multas de tránsito en caso de no cumplir en tiempo y forma con el atraco “voluntario”, razón por la cual prefiero ayudar a una familia como la de Juan que por no tener otra opción laboral, el oficio de franelero o lavacoches fue su única oportunidad.

Invito al Ayuntamiento a reflexionar y ser más humanos, bien podrían capacitar y uniformar a los franeleros, organizarlos y que se conviertan en auxiliares de seguridad, tránsito y vialidad en la zona, los parquímetros no son opción para la economía de los morelianos, quitar a los franeleros no hará más segura la zona centro, por el contrario la acentuará, además es muy probable que por la falta de empleo, esa gente se convierta en recursos humanos a disposición de las fuerzas obscuras.

Con mucho cariño para Juan y toda su familia, que sé, están muy orgullosos de él.

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