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Llegar a viejo. Datos. (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

El autor de este artículo es el reconocido Doctor Alejandro Vázquez Cárdenas
El autor de este artículo es el reconocido Doctor Alejandro Vázquez Cárdenas

La vejez no es una enfermedad, es un estado de graduales cambios degenerativos, pero no es una enfermedad. Hay enfermedades propias de la vejez, lo mismo que hay enfermedades propias de la infancia; pero eso no quiere decir que la infancia sea una enfermedad, como tampoco es la vejez.

Morelia, Michoacán, 26 de diciembre de 2017.- Finaliza diciembre, buen momento para hablar de lo que poco se habla,  de la muerte y la vejez.  Termina 2017, año marcado por los escándalos de corrupción a cargo del Estado, una inflación ya preocupante, temblores,  pero sobre todo por un repunte de la violencia criminal como no se había visto en muchos años.

La esperanza de vida de un mexicano,  según datos del INEGI publicados en octubre del presente año, ronda los 75.3 años, lo cual, de entrada, es una buena marca, pues es prácticamente el doble de la esperanza de vida en México en el no muy lejano 1930. Sin embargo dicha “esperanza de vida” durante la primer década del siglo XXI se estancó, perdiéndose 2.2 años según investigadores del Colegio de México, atribuyéndose esto a la gran ola de crímenes que ha padecido el país en este último decenio , siendo precisamente octubre del 2017 el mes más violento contabilizándose más de 2,300 homicidios. Violencia aparte, las principales causas de muerte en México son enfermedades asociadas a la vejez, neoplasias, problemas y complicaciones de la diabetes y enfermedades cardiovasculares.

Pero, ¿qué debemos entender por «envejecer»?, pues envejecer es la creciente incapacidad del cuerpo de una persona de mantenerse por sí solo y realizar las cosas que hacía antes.  Las teorías del envejecimiento, todas, se refieren a un proceso primario que implica cambios graduales e inevitables, relacionados con la edad, mismos que aparecen en todos los miembros de una especie. Este tipo de envejecimiento es normal y sucede a pesar de la salud, el estilo de vida  y el carecer de enfermedades.

Pero, ¿cuándo empezamos a envejecer? ¿Y cuándo empiezan a hacerse evidentes los síntomas del envejecimiento?  Resulta que a partir de los treinta años la masa ósea ya no aumenta. También a partir de cierta edad, el cerebro ya no tiene la misma plasticidad para aprender tanto. La cuestión hormonal es básica: la menopausia en las mujeres, la disminución de testosterona en los hombres.  Hay quienes afirman que en realidad envejecemos desde que nacemos, pero más bien podemos afirmar que es cuando la mayoría de las  funciones empiezan a menguar más que a crecer: tenemos menos neuronas, menos nefronas, menos fuerza muscular, etc. Pero eso sí, más experiencia, más recuerdos y algunos afortunados tienen más billetes.

La vejez no es una enfermedad, es un estado de graduales cambios degenerativos, pero no es una enfermedad. Hay enfermedades propias de la vejez, lo mismo que hay enfermedades propias de la infancia; pero eso no quiere decir que la infancia sea una enfermedad, como tampoco es la vejez.

No olvidemos, una cosa es la “Edad cronológica” otra, muy diferente es la “Edad fisiológica”. Las distintas partes de la anatomía envejecen a ritmos diferentes; un ejemplo es el «arco senil» que aparece en los ojos de las personas viejas; generalmente tal cambio puede observarse alrededor de los 80 años, pero en otras personas puede notarse a los 50. La vejez es resultado inevitable del deterioro orgánico y mental y tal deterioro se hace lentamente visible a mediados de la vida. Podemos hacer el proceso más lento o acelerarlo dependiendo del estilo de vida que llevemos.

Finalmente, de una manera inexorable, unos antes y otros después, viene la declinación general. El individuo acaba retrayéndose de las actividades; su dependencia de los demás aumenta, si las relaciones con los otros son malas  el anciano busca el aislamiento y la soledad.  El temperamento puede tornarse agrio. Y por si faltaba algo; para los familiares, el hecho de tener la responsabilidad de personas mayores se vuelve un problema, el anciano se convierte en un estorbo.

Philip Roth describe magistralmente la “alta vejez” (alrededor de los 80 años) en unas cuantas palabras “Es una masacre, todo se va cayendo, todo se va acabando, se va la memoria, se va la agilidad, se va el cuerpo, se va absolutamente todo y va quedando una sombra”

A la fecha no existe remedio para la vejez; y si alguien no desea llegar a viejo el único remedio disponible es morir joven. Nunca veremos una foto de Marilyn Monroe o John Lennon de viejos; sus imágenes serán de jóvenes por siempre. ¿Que no deseamos padecer los achaques de la vejez?,  sencillo,  basta seguir el camino de «Sol» Roth (Edward G Robinson) en el distópico film «Cuando el destino nos alcance«; partiendo tranquilamente mientras escucha la música que siempre le agradó (Beethoven y Grieg) y observa bellas imágenes de un mundo que ya no existe.

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