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Los súper delegados y los súper ahorros (Por: Alejandra Ortega)

La autora, Alejandra Ortega, es subdirectora general de ATIEMPO.MX, con amplia trayectoria en medios de comunicación de Michoacán
La autora, Alejandra Ortega, es subdirectora general de ATIEMPO.MX, con amplia trayectoria en medios de comunicación de Michoacán

Estos delegados tendrán en sus manos los programas federales, concentrando mucho poder, pues serán los administradores de todo el recurso de la Federación para cada entidad. Es decir, serán en realidad como gobernadores paralelos.

Morelia, Michoacán, 16 de julio de 2018.- Muchas son las novedades que hay sobre la próxima administración de Andrés Manuel López Obrador, por ello, aunque haya otros temas en el radar, éste sigue siendo del que más se habla y hablará, no sólo por la trascendencia para los mexicanos, sino por el esquema diferente de gobierno que plantea.

El problema, me parece, es que han sido tantos los anuncios del tabasqueño que una buena parte de los ciudadanos poco se enteran de la relevancia de algunas de estas medidas que se pondrán en marcha el próximo 1 de diciembre.

Por ejemplo, es de llamar la atención que se hable de la revocación de la Reforma Educativa; de la creación de una Secretaría de Seguridad Pública, que desapareció en la actual administración Peñista; así como de revisar en el Congreso las iniciativas sobre la privatización del agua, y un tema toral y que causa controversia: La creación de súper delegados, una figura que concentrará mucho poder en las entidades y que estará ligada directamente a la Presidencia de la República como una estructura paralela a los gobernadores.

Bajo esta nueva modalidad, López Obrador ya ha anunciado que desaparecerán las delegaciones federales que operan en todos los estados del país y se sustituyen por un solo delegado federal en cada entidad, mismos que estarán subordinados a un Coordinador General, que será Gabriel García Hernández, un muy cercano colaborador del tabasqueño desde que era Jefe de Gobierno del Distrito Federal y estuvo también al frente de la Asociación Honestidad Valiente, que recababa recursos que luego tuvieron destinos inciertos.

De esta forma, el Coordinador General será el que defina las acciones y directrices por las que se regirán los 33 delegados en sus respectivos estados.

Y aunque no existe una figura así en la administración federal, los michoacanos ya tuvimos un experimento de Enrique Peña Nieto de ésta índole y creo que todos lo recordamos: le llamábamos el “Virrey Castillo” a Alfredo Castillo Cervantes, que fue enviado directamente por el Presidente del país con poderes plenipotenciarios para hacerse cargo de los principales temas en el estado, relegando a los secretarios y delegados federales, e incluso al mismo gobernador, porque quien tomaba las decisiones era el “Virrey”.

Y bueno, está por demás decir que evidentemente el experimento fracasó rotundamente, es más, complicó la situación económica y de inseguridad en todo el estado. Situación que hoy los michoacanos seguimos padeciendo.

Estos delegados tendrán en sus manos los programas federales, concentrando mucho poder, pues serán los administradores de todo el recurso de la Federación para cada entidad. Pero además tendrán injerencia en muchos de los temas de los gobiernos, como la supervisión de proyectos y contratos, además de la seguridad. Es decir, serán en realidad como gobernadores paralelos.

Y aunque la justificación es el ahorro al gasto público, preocupa que en lugar de eso, se esté haciendo una muy peligrosa concentración del poder en unas solas manos.

Pero además, el hecho de que los recursos y programas federales estén controlados por esta figura nos hace pensar que los gobiernos deberán buscar sus propios esquemas de recaudación y financiamiento y esto no es cosa menor. Hoy muchas entidades no cobran impuestos como el predial o la tenencia vehicular y en su lugar gestionan estos dineros federales. Sin embargo, es muy probable que los gobernadores se vean obligados a volver a poner algunos de esos impuestos.

El candidato ganador también ha advertido que como parte de su plan de austeridad bajará los salarios de los funcionarios de primer nivel en un 50%; se eliminará el seguro de gastos médicos mayores y la caja de ahorro especial. También se reducirán las subsecretarías y se pondrá fin a las pensiones de los ex presidentes, que hoy la reciben 3 de ellos, mientras que Felipe Calderón la dona íntegra a una institución de niños con cáncer.

También se reducirán a la mitad los gastos de publicidad del gobierno y se prohíbe el nepotismo, entre otras medidas.

Todo esto suena más a un anuncio populista que un verdadero proyecto de austeridad que pueda poner fin a la corrupción desde el gobierno, pues sus cuentas en realidad no representan un ahorro sustancial que pueda paliar la crisis económica del país o que represente un esquema de equidad entre gobierno y gobernados.

Asimismo, es cuestionable bajar a la mitad los salarios de los altos funcionarios y que sigan siendo eficientes en sus tareas, sobre todo en áreas en donde se requiere de una especialización en su labor; que no sean corrompibles y busquen otras formas de subsanar el recurso que ya no tendrán y que además su trabajo lo sigan haciendo con el mismo compromiso.

Y aunque ya algunas voces se han levantado contra el anuncio de los delegados especiales, como la del dirigente estatal del PRD, por considerar que esta medida es inconstitucional y se plantea promover una controversia constitucional desde Michoacán, como sucedió en 1996, cuando Víctor Tinoco quiso crear una figura semejante y que organizados los alcaldes del PRD lo echaron abajo.

Hoy, el problema es que la mayoría de los Congresos permitirá que todas las iniciativas y propuestas hechas por el presidente, por descabelladas que puedan ser, podrían ser aprobadas sin mucho problema, pero además, el control de los estados será también una realidad con estas nuevas figuras, que desde ahora se antojan para ser los próximos candidatos a gobernadores.

De esta forma, el proyecto de austeridad parece más una quimera que una propuesta efectiva y sensata. Los ahorros parecen ser menores e insignificantes contra toda la corrupción que existe, porque en donde están las fugas, los desvíos de recursos, son en otra parte y no en los sueldos de los funcionarios y hay que recordar que el anuncio es que no habrá despidos de ningún trabajador de base y las delegaciones que desaparecerán, podrían representar un gasto mayor pues se tiene previsto que se otorguen a los trabajadores facilidades y subsidios para que puedan cambiar de residencia.

Además, esto complicaría más los trámites que las personas hacen ante estas oficinas de las distintas dependencias, pues quien ocupaba una mañana completa para realizar diversos trámites en la Ciudad de México, hoy tendrá que pensárselo muy bien, porque varios de estos trámites los tendrá que hacer en distintos estados del país, con los costos para los usuarios que esto conlleve.

A final de cuentas los ahorros, se compensarán con los gastos que impliquen la implementación de estos nuevos esquemas, así que hasta ahora no se ven como propuestas realmente efectivas.

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