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Los suspirantes… ¿Y el calderonismo?

En la pasada elección cada quién de los de ese grupo interno jaló por su lado. Otros de plano se desaparecieron. Parecería que no había liderazgos que los aglutinaran.
En la pasada elección cada quién de los de ese grupo interno jaló por su lado. Otros de plano se desaparecieron. Parecería que no había liderazgos que los aglutinaran.

En el PAN algo pasó, y para Luisa María Calderón y sus más cercanos bien valdría la pena preguntarse si los “calderonistas” le fallaron al “calderonismo” o si es éste último el que les está fallando a los “calderonistas”, antes conocidos como panistas “tradicionales”

Morelia, Michoacán, 24 de septiembre de 2015.- Si un grupo político salió debilitado después de las elecciones de este año en Michoacán ese fue el “calderonismo”, que al interior del PAN representa la dos veces candidata a la gubernatura, Luisa María Calderón Hinojosa.

En el PAN algo pasó, y para Luisa María Calderón y sus más cercanos bien valdría la pena preguntarse si los “calderonistas” le fallaron al “calderonismo” o si es éste último el que les está fallando a los “calderonistas”, antes conocidos como panistas “tradicionales”.

¿Por qué lo digo? Porque en la pasada elección cada quién de los de ese grupo interno jaló por su lado. Otros de plano se desaparecieron. Parecería que no había liderazgos que los aglutinaran.

La nueva derrota de Luisa María arrastró a la baja en el PAN también a los candidatos del grupo mayoritario de Marko Cortés Mendoza, así como al de Salvador Vega Casillas, pero dejó prácticamente fuera y sin posibilidades a su propia gente.

Marko Cortés podrá haber tenido una victoria pírrica, si se quiere, pero se quedó con las dos diputaciones federales y la coordinación de Acción Nacional en la Cámara de Diputados, 5 de 6 diputados en el Congreso del Estado y 7 de 8 alcaldes en Michoacán. Y además, pronto se hará con la dirigencia estatal.

Mientras tanto, ¿qué pasó con el calderonismo?

Germán Tena Fernández, ex dirigente estatal del PAN, se sumó a la campaña de Silvano Aureoles, y hoy lo acompaña a casi todos los eventos en espera de su recompensa.

Julio Castellanos Ramírez, ex alcalde de Zamora, ex diputado federal y ex oficial mayor de la Sedesol federal, también se sumó al proyecto silvanista y hoy suena fuerte para un cargo en su gobierno, posiblemente la Secretaría de Contraloría.

Salvador López Orduña, dos veces alcalde de Morelia, ex diputado federal y dos veces candidato a la gubernatura, se sumó a las campañas del PRI, con Chon Orihuela a la gubernatura y con Jaime Darío Oseguera Méndez a la alcaldía. En las dos perdió.

Alfonso Martínez Alcázar, ex diputado federal y dos veces  diputado local, el más exitoso de todo ese grupo, salió del PAN y hoy es el primer presidente municipal independiente de Morelia.

José Antonio Plaza Urbina, ex diputado local, ex delegado de la Sedesol y ex candidato a la dirigencia estatal panista, se sumó al proyecto de Alfonso Martínez y hoy forma parte de su gobierno independiente.

Rosa Hilda Abascal Rodríguez, como alcaldesa de Zamora jugó contra los candidatos del PAN, porque en las elecciones internas los que ella impulsaba perdieron. Hoy se analiza la posibilidad de expulsarla del partido por apoyar a los candidatos del PRI y del PVEM.

Hugo Anaya Ávila, ex alcalde de La Piedad, también jugó contra los abanderados panistas, sobre todo después de que los candidatos markistas lo marginaron en la elección interna, cuando buscaba una diputación plurinominal.

Daniel Chávez García, ex diputado federal y ex delegado federal del Infonavit en Michoacán, se alejó del partido y ahora espera a entrar en funciones como consejero del Itaimich.

Berenice Álvarez Tovar, ex diputada federal, impulsada por debajo del agua por Germán Tena, sondeaba la posibilidad de buscar la dirigencia estatal del PAN, pero el haberse conflictuado con casi todo el equipo de Luisa María durante la campaña y el fortalecimiento del equipo de Marko Cortés, la han dejado prácticamente fuera de la contienda.

Hoy el “calderonismo” en Michoacán ha quedado por los suelos y no se ve cómo pueda levantarse. Más valdría que los integrantes que le quedan busquen integrarse propositivamente al trabajo del partido, si es que desean seguir ahí. Por su parte, el grupo mayoritario haría bien integrarlos, en no dejarlos ir y darles voz, porque tienen elementos valiosos y en algún momento ambas posturas internas panistas se van a ocupar mutuamente.

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