Los suspirantes… Y, ¿por qué se van los que se van?
La congruencia que los políticos suelen argumentar no suele ser con los principios de un instituto político, ni con cuestiones ideológicas, sino con sus proyectos personales; normalmente un político deja un proyecto cuando en el mismo ya no tiene el control o posibilidades de seguir ocupando posiciones
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Morelia, Michoacán, 02 de diciembre de 2014.- Cuando un político abandona a aquél partido del que por tantos años ha vivido, que la ha dado cargos, influencia y poder, normalmente argumenta que lo hace por congruencia y porque aquél instituto político que dejó ya no representaba aquellos principios básicos que le daban fundamento.
Es el caso reciente del fundador del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, así como del diputado local, Alfonso Martínez Alcázar, quien recientemente dejó las filas del PAN.
Lo cierto es que la congruencia que los políticos acostumbran argumentar no suele ser con los principios de un instituto político, ni con cuestiones ideológicas, sino con sus proyectos personales, o de grupo en ocasiones.
Normalmente un político deja un proyecto cuando en el mismo ya no tiene el control o posibilidades de seguir ocupando posiciones que le den influencia o poder.
Cuauhtémoc Cárdenas dejó al partido que él mismo fundó, después de que a través del mismo llegó a ser tres veces candidato presidencial y una vez jefe de Gobierno del Distrito Federal, además de que fue su trampolín para una serie de reconocimientos a nivel nacional e internacional, pero el PRD no es el único partido al que ha dejado, pues previamente dejó al PRI, que lo llevó a la gubernatura de Michoacán, porque en el mismo no permeó su intención de ser candidato a la Presidencia de la República.
Ahora, después de que se hizo del rogar por parte de aquellos grupos que lo impulsaban para regresar a la dirigencia nacional del sol azteca, se encontró con que no contaba con el consenso necesario y optó por deslindarse del asunto; después encontró en el caso Ayotzinapa el argumento perfecto para marcar distancia con la dirigencia de Carlos Navarrete Ruiz y “Los Chuchos”.
Con Alfonso Martínez pasó algo similar, después de ser diputado federal, candidato a alcalde de Morelia y diputado local por segunda ocasión, decide abandonar el barco del PAN cuando ve que sus aspiraciones por ser otra vez candidato a presidente municipal estaban por complicarse.
Pero estos no son los únicos casos. Hablando solo de temas locales y actuales, al PRD renunciaron otros dos diputados plurinominales por así convenir a sus intereses, más allá de que también argumentaron tener diferencias irreconciliables con lo que estaba pasando en el partido.
Uno de los casos es el de Uriel López Paredes, que hace menos de un año estaba considerado como un posible aspirante a la gubernatura y ahora anda en pos de una candidatura independiente, toda vez que el grupo que lideraba al interior del sol azteca, el Frente Democrático Cardenista, se fracturó y se quedó sin nada, sin la influencia y el poder al que estaba acostumbrado.
El otro caso es el de Selene Vázquez Alatorre, quien renunció por diferencias con el ex dirigente, Víctor Manuel Báez Ceja, pero ya no regresó, pues después de hacer sus cálculos políticos, se encontró con que su sueño de ser candidata a la gubernatura sería difícil en el PRD.
Hoy la vemos dialogando con el PT y Movimiento Ciudadano. Tal vez pudiera llegar a ser la candidata por los segundos, pero seguro que estará abierta a negociar, pues los políticos en general son más fieles a sus proyectos personales que a cualquier cuestión de índole ideológica.
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