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Marcador político: Silvano 2 – Morón 0 (Por: Diego Leal)

El autor es el Dr. Diego Leal Corral, catedrático de la Universidad Contemporánea de las Américas Morelia; con estudios en Comunicación Política en la Universidad Complutense de Madrid, así como en el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset
El autor es el Dr. Diego Leal Corral, catedrático de la Universidad Contemporánea de las Américas Morelia; con estudios en Comunicación Política en la Universidad Complutense de Madrid, así como en el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset

La semana pasada tuvimos en Morelia dos temas controvertidos que dieron de qué hablar en la opinión pública. Por un lado, el desalojo del grupo denominado FNLS de la plaza Ocampo en pleno centro de la ciudad y por otro, la apertura del Ramal Camelinas

Morelia, Michoacán, 16 de octubre de 2018.- Como si fuera un partido de fútbol, la arena política en Morelia se mueve entre dos personajes que son las principales figuras públicas en el municipio. Por un lado el gobernador del estado, Silvano Aureoles, quien ha tenido algunas dificultades en la gobernabilidad del estado, no así en Morelia y por otra parte el actual y recién instalado presidente municipal de la capital, Raúl Morón.

Pues bien, la semana pasada tuvimos en Morelia dos temas controvertidos que dieron de qué hablar en la opinión pública. Por un lado, el desalojo del grupo denominado Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS) de la plaza Ocampo en pleno centro de la ciudad y por otro, la apertura del ramal Camelinas.

En ambos casos, la competencia para restaurar el orden y abrir una importante vialidad era del presidente municipal. Sabemos que en el centro de nuestra bella ciudad está prohibido el ambulantaje y lo que hizo el FNLS no fue otra cosa que disfrazar su movimiento social reclamando derechos para los indígenas instalando puestos ambulantes, con lonas incluidas a un lado de la catedral de Morelia.

Aunque los medios dieron cuenta de esto, la autoridad municipal optó por una salida “negociada”. Hablaron con los manifestantes-comerciantes pero no llegaron a ningún acuerdo. Sin embargo, varios medios de comunicación dieron cuenta de cómo este grupo no estaba respetando el bando municipal y como cada vez más comerciantes ambulantes se apostaban en el centro, lo cual dio origen a que los periodistas denunciaran este hecho y el grupo de manifestantes optó por ir a una radiodifusora y mediante el uso de la violencia pedir su derecho de réplica.

Este hecho, así como el limitar la libre circulación de varias personas de una notaría pública en el centro de Morelia por parte del mismo grupo de manifestantes dio pie a que el gobierno del Estado tomara la decisión de usar la fuerza pública para reestablecer el orden y el reglamento de la ciudad, quitando a los comerciantes ambulantes del centro, lo cual una buena parte de los morelianos lo aplaudimos. Si bien nunca se debe de usar la fuerza como primera opción, este grupo empezó a radicalizarse y frente a la inauguración de Morelia como sede de la reunión nacional de Pueblos Mágicos, el gobierno del estado optó por desalojar a los manifestantes de tan emblemática plaza.

El segundo tema fue el del ramal Camelinas. El presidente municipal había realizado una inspección de la obra federal en semanas previas donde escuchó a algunos vecinos inconformes con tal obra que ya está terminada así como observó algunos detalles causados por las lluvias y hay que decirlo, por la deficiente construcción. Todo estaba listo para su apertura, pero el presidente municipal se negó a recibir la obra sin antes atender las demandas de los afectados y los detalles de la obra.

Muchos morelianos, sobre todo a los que beneficiaría tal obra manifestaron su rechazo a que el presidente municipal dilatara la apertura de la obra por lo que se entendió como un capricho, a lo cual, el gobernador salió a anunciar que la obra se iba a abrir y la recibiría el estado, y no solo se quedó en eso, sino además, declaró: “de dónde me salieron algunos tan expertos del gobierno municipal; algunos nos deshicimos de ellos porque no tenían ni siquiera la capacidad y ahora son los grandes expertos en obras y vialidades”.

Como vemos, el gobernador tuvo el tino político de entrar a dos temas que eran competencia municipal y que ante la negativa u omisión del presidente municipal de resolver ambos temas, el gobernador vio la oportunidad de resolverlos dejando mal parado a Raúl Morón al que le sigue lloviendo (literal y en sentido figurado) por los baches que se expanden por toda la ciudad y si bien él se dio un plazo de tres meses, que fenece en diciembre, ya salió a decir que tengamos paciencia, que no cumplirá dicho plazo porque no ha dejado de llover.

Pues bien, si no resuelve Morón un problema de la agenda pública en el corto plazo, la luna de miel con el electorado moreliano puede que acabe demasiado pronto. Por lo mientras, las redes sociales y la ciudadanía no están nada contentas con el estado de las vialidades en la capital michoacana, creo que ese sería un buen tema que podría resolver y colgarse la medalla, el otro sería presentar denuncias por irregularidades de la anterior administración municipal, ya que si algo le pesó a Alfonso en campaña fue la imagen de corrupto que algunos adversarios políticos le endilgaron.

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