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Maximato cuatritransformado (Por: Rubén Alcántar)

La presidencia es consciente de sus alcances, sabe que es imposible cerrar el sexenio con la aceptación que comenzó, no hay manera, por ello el interés de desarrollar la estrategia, meramente electoral, que habrá de preservar el proyecto

Morelia, Michoacán, 05 de septiembre de 2019.- Desde la llegada de la 4T, una de las principales interrogantes respecto a esta, ha sido el tema de la reelección, un tema que sin duda a muchos inquieta y no es para menos, puesto que a pesar de que el presidente jura y perjura que no lo hará, gran parte de la población teme otra cosa.

No nos engañemos, y aunque en veces la 4T demuestra errores y muy marcadas deficiencias, para nada es proyecto al aire, el presidente, aunque algunos lo duden, por los comentarios que emite, conoce bien la ley, y tan la conoce, que sabe que la reelección no es una opción, ni legal, ni por supuesto popular.

Sin embargo, esto no quiere decir que no quieran mantener el poder, suena lógico, se busca la continuidad al proyecto que comenzó en diciembre pasado; la presidencia sabe que llegó por el respaldo popular, como también sabe que de la manera que obtuvo este, lo puede perder, por ello el trasfondo de la 4T.

La presidencia es consciente de sus alcances, sabe que es imposible cerrar el sexenio con la aceptación que comenzó, no hay manera, por ello el interés de desarrollar la estrategia, meramente electoral, que habrá de preservar el proyecto.

Un aparentemente muy bien diseñado plan, montado en las 266 coordinaciones regionales y territoriales en las que operará, cuando opere, la Guardia Nacional, puntos estratégicos, no olvidemos que es en estos puntos donde se centra la mayor parte de la población, mayoritariamente urbana y electoralmente valiosa, en los cuales se centrará el esfuerzo por tratar de restablecer la seguridad, hecho que acompañado, con mayor parte de los programas sociales, busca demostrar que la estrategia funciona, por el otro lado, el resto del país, fuera de estas regiones, no sirve en la estrategia.

El plan se legitima de manera jurídica, en la construcción del sistema que el presidente busca, desmantelando las reformas, tanto energética como educativa, ha ido reemplazando por funcionarios afines, a los encargados de los organismos autónomos, para que estos operen a su favor, y que de no ser así, pone en tela de juicio la existencia de dichos institutos y les amenaza su existencia.

El tema político y empresarial, ha sido también controlado, a base de amenazas con iniciar investigaciones penales, buscando difamar, o al menos descalificar, a cuanto opositor se plantee hacerle frente, busca reformar el sistema electoral, para que este permita que dicha estrategia de continuidad, se logre, y aunado a esto, se busca adoctrinar a nuevos adeptos, con la creación de sus mencionadas 100 nuevas universidades públicas.

No nos engañemos, muchas de las ideas de este plan traerán beneficio al pueblo de México, ese no es el tema a discutir, pues por su puesto es una realidad, como también lo es el hecho de que este beneficio tiene un fin meramente electoral, el mismo presidente ha aceptado que, el éxito del 1 de julio fue el haber trabajado la secciones electorales, es entonces con este diseño que la estrategia cobra sentido, saben que no deben ganar las 68436 secciones electorales para preservar el proyecto, solo necesitan de una fracción de estas, ubicada en las 266 coordinaciones para ganar.

Debo aceptar que el diseño de la estrategia es muy bueno, podría llamársele hasta sofisticado, por el hecho de llevar el clientelismo electoral a una manera más estratégica, más específica y mejor dirigida que los proyectos anteriores, contando con reclutadores partidistas disfrazados de “servidores de la nación”. Por ahora no existe personaje, figura o partido, que pueda hacerle frente a tan sofisticado plan, es decir, a menos que algo realmente extraordinario ocurra, el plan marchará sin contratiempos.

Así que como comencé, no habrá reelección (o al menos no es lo que el plan indica), pero esto no quiere decir que no tendremos Morena para rato y López Obrador para siempre. Nunca ha sido un secreto la admiración del presidente por el General Lázaro Cárdenas, y hoy queda más claro que nunca, que hasta el haber sido parte del Maximato, impuesto por Plutarco Elías Calles, es de admiración para él, siendo así que pone todos sus esfuerzos en lo que pinta a ser “El Maximato Cuatritransformado”. 

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