Editoriales

México vs. Brasil: Economía y Fútbol (Parte I) / Yadhira Y. Tamayo Herrera

Tamayo Herrera es abogada con maestrías en administración pública y políticas públicas (ITESM), ingeniería en Imagen Pública (CCIP); actualmente cursa el Doctorado en Derecho en la Universidad Panamericana
Tamayo Herrera es abogada con maestrías en administración pública y políticas públicas (ITESM), ingeniería en Imagen Pública (CCIP); actualmente cursa el Doctorado en Derecho en la Universidad Panamericana

A principios de junio de este año, el ex presidente de Brasil, Lula da Silva, en un seminario que organizó el periódico español “El País” en Portoalegre, Brasil, objetó tajantemente que México sea el país en ascenso de América Latina. Dijo que lo que México está presumiendo hoy, Brasil lo hizo hace veinte años.

México, D.F., 24 de julio de 2014.- A principios de junio de este año, el ex presidente de Brasil, Lula da Silva, en un seminario que organizó el periódico español “El País” en Portoalegre, Brasil, objetó tajantemente que México sea el país en ascenso de América Latina. Dijo que lo que México está presumiendo hoy, Brasil lo hizo hace veinte años. Y que vino a México a averiguar personalmente sobre los fundamentos de la economía mexicana y que todo es peor que en Brasil.

Peña Nieto se ha dado a la tarea de mostrar en el extranjero un México cuerno de la abundancia, floreciente económicamente. Los mexicanos sabemos que no existe tal, pasamos actualmente por problemas económicos muy serios. Sin embargo, ¿por qué un ex presidente brasileño se toma la molestia de hablar (mal) de México? ¿Qué interés le mueve?

La competencia por la inversión extranjera, eso mueve a países como los nuestros. Por eso Peña Nieto va y presenta a México como un país pujante, que creará mucha riqueza en el corto plazo. Y Brasil hace lo mismo… y todos los países con economías “emergentes”, como les dicen ahora a los que no son tercer mundo, pero tampoco son países desarrollados y ricos. Los gobiernos de estos países buscan atraer dinero para que sea invertido en su territorio, y así se generen empleos, se paguen más impuestos… se mueva la economía pues.

En 2012, Brasil decidió romper el acuerdo de libre comercio de una década que tenía con México y comenzó a cobrar impuestos a la importación de vehículos de producción mexicana. Su presidenta, Dilma Rousseff se había manifestado molesta porque México se beneficiaba más de ese acuerdo que Brasil y ella necesitaba proteger la industria automotriz de su país metiendo un freno automotriz a México.

Hace poco les compartía aquí sobre la situación económica de Brasil días antes del mundial de futbol: seis de cada diez brasileños desaprobaban que Brasil fuera la sede del Mundial dado que origina gastos excesivos en un momento en que hay una economía difícil para ellos. Había –y sigue habiendo- descontento y desaprobación con el desempeño de su presidenta Dilma Rousseff.

Otro cuadro. En 2012 México gana a Brasil en el futbol olímpico. El futbol brasileño está catalogado entre los mejores de mundo. Un periódico brasileño escribió el 11 de agosto del 2012: “Brasil cae frente a México. La (medalla de) plata tiene el sabor de la derrota para un equipo que llegó a Londres con una sola misión: romper el ayuno y ganar la de Oro”. Tres Olímpicos, doce años lleva Brasil ganando la medalla de plata que les sabe muy amarga.

¿Cuál era el ambiente en Brasil durante los juegos del Mundial de Futbol recientemente celebrados cuando jugaba México? ¿Qué pasó el día que fue eliminado México en el partido contra Holanda? ¿Por qué están cuatro mexicanos en la cárcel en una celda de castigo saliendo cada dos días al sol por media hora por el supuesto delito de lesiones graves contra un abogado de familia pudiente, hijo de un alto funcionario del Gobierno de Céara, el estado federal del cual es capital la ciudad de Fortaleza? ¿Por qué no tienen el derecho de salir bajo fianza y enfrentar el juicio desde sus domicilios, derecho que todos los brasileños tienen?

Sobre el caso jurídico de estos ex diputados que enfrentan un juicio en un país que no es el suyo y en un idioma que no es el suyo, y donde los desencuentros entre países tienen un peso específico, hablaremos en mi próxima colaboración.

 

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