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Michoacán y la CNTE, miedo o incompetencia / Alejandro Vázquez Cárdenas

El autor de este artículo es el reconocido Doctor Alejandro Vázquez Cárdenas
El autor de este artículo es el reconocido Doctor Alejandro Vázquez Cárdenas

Hablando de política se afirma que el primer acto de corrupción de un funcionario es aceptar un puesto para el cual no está preparado ni tiene las competencias necesarias. Y no se ocupa mucho intelecto para confirmar lo anterior, los ejemplos sobran, cuestión de abrir los ojos.

Cuarta Ley de Murphy

“Dejadas a su aire  las cosas tienden a ir de mal en peor”

Morelia, Michoacán, 06 de diciembre de 2016.- Hablando de política se afirma que el primer acto de corrupción de un funcionario es aceptar un puesto para el cual no está preparado ni tiene las competencias necesarias. Y no se ocupa mucho intelecto para confirmar lo anterior, los ejemplos sobran, cuestión de abrir los ojos.  

La incompetencia puede ser concreta y circunscrita a un determinado espacio, por eso observamos en ocasiones  que una persona es muy buena en algunas cosas pero muy incompetente en otras, por ejemplo cuando hablamos de alguien que es muy bueno estudiando pero que no puede aplicar correctamente esos conocimientos en la práctica, un buen trabajador que resulta un mal directivo, o un político más o menos diligente, simpático y verborreico que cuando tiene una posición que le obligue a tomar decisiones simplemente se paraliza.

La incompetencia es un mal que se ha exacerbado en esta época, pues cada vez hay  mayor exigencia, mayor estrés, mayor presión sobre todo lo que hacemos, el resultado final es que la persona se ve afectada en su estado de ánimo, en sus conocimientos, en su concentración, en sus habilidades.

En el caso concreto de los funcionarios públicos incompetentes, en el momento de verse obligados a tomar decisiones, los inteligentes descubren que han llegado a su nivel de incompetencia y rápidamente buscan asesoría y apoyo. El problema se presenta con los que ni cuenta se dan de su incompetencia, esos continúan en su nuevo puesto sin resolver los que deben de resolver, postergando indefinidamente los problemas, siguiendo la política del avestruz, impermeables a las críticas, ciegos antes los señalamientos y causando daño a su entorno.   

Para complicar las cosas, en ocasiones aparte la incompetencia, se agrega el miedo, pues como dijo Nietzsche, cuando miras al abismo este te devuelve la mirada. El miedo es, sin lugar a dudas, uno de los grandes sentimientos con los que cuenta el ser humano. Sin miedo no podríamos hacer frente de forma eficaz y rápida a los peligros. Pero, cuando este  se convierte en un manto que nos cubre  de forma constante, en una sensación ominosa perenne,  entonces el miedo se convierte en una pesadilla paralizante, en la antesala de una situación que obligadamente debemos evitar.

México, desde hace decenios, vive épocas económicamente  difíciles, con poco trabajo y mal pagado, una educación por los suelos, una inseguridad progresiva, un aparato de justicia disfuncional que arroja una inaceptable impunidad del 95%, auge imparable del narcotráfico aliado a funcionarios y una corrupción impresionante en casi cualquier nivel político-administrativo.

Michoacán está peor, es un Estado pobretón, ancestralmente rezagado, prácticamente sin industrias de importancia y para colmo asolado por el crimen organizado que en su momento penetró todos los niveles de gobierno. Y como si nos faltara algo, el último clavo del ataúd para cerrar el destino de Michoacán, tenemos a la beligerante y agresiva CNTE, estructura que aparte de haber arruinado al parecer definitivamente el nivel educativo del Estado se ha encargado, en compañía de sus hordas de “normalistas”,  de fastidiar severamente la vida de los ciudadanos ante la mirada indolente  de las autoridades. Se contabilizan por miles los empleos perdidos a consecuencia de las criminales acciones de la CNTE.

¿Por qué el C Gobernador ha sido incapaz de aplicar la ley a la CNTE? ¿No quiere o no puede? ¿Se lo impide compromisos inconfesables? ¿Es por miedo o por simple incompetencia?  El sentir de muchos es que al C. Gobernador  el Estado se le escurre entre los dedos sin que se atreva a aplicar la ley. ¿Quieren las autoridades saber lo que la gente opina de ellos? dense una vuelta por las redes sociales y lean los comentarios de los lectores a cada artículo donde los mencionan.

Mal panorama para todos, en estos próximos años entre Trump, EPN, Silvano, la CNTE  y la imparable delincuencia el futuro de Michoacán es más que negro.

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