Editoriales

No perder la esperanza / Yadhira Y. Tamayo Herrera

Tamayo Herrera es abogada con maestrías en administración pública y políticas públicas (ITESM), ingeniería en Imagen Pública (CCIP); actualmente cursa el Doctorado en Derecho en la Universidad Panamericana
Tamayo Herrera es abogada con maestrías en administración pública y políticas públicas (ITESM), ingeniería en Imagen Pública (CCIP); actualmente cursa el Doctorado en Derecho en la Universidad Panamericana

Muy pertinente la carta de obispo Patiño, que invita al pueblo a unirnos, a formar comunidad, a ser solidarios unos con otros porque sólo así podemos solucionar la problemática que enfrentamos, y sobre todo, por encima de todo, nos invita a no perder la esperanza

México, D.F., 01 de noviembre de 2013.- El obispo de Apatzingán, Miguel Patiño Velázquez, alzó la voz sobre lo que sucede en Apatzingán y Michoacán. En una carta publicada en el semanario católico “Desde la Fe” habla con un serio conocimiento del terrible momento que atraviesa Michoacán que sólo un observador inteligente y valiente hace, menciona conceptos de justicia y Estado sobre las características de estado fallido que está cobrando Michoacán con el tino de un experto en ciencia política, e invita a no perder la esperanza y a hacer comunidad como líder espiritual que es. No dejen de leerla.

El fin de semana pasado acaecieron momentos que tornaron más álgida la situación de nuestro Michoacán. No, no es el regreso del gobernador Fausto Vallejo, sino el ataque a 18 estaciones de Comisión Federal de Electricidad en Michoacán, así como a gasolineras. Muchos expertos afirman que esos ataques tienen toda la intención de provocar terror en la ciudadanía aunque el ataque directo es a lugares que representan al Estado Mexicano, en concreto, por la administración de la energía eléctrica y de los hidrocarburos. También muy importante fue la entrada a Apatzingán de 3000 personas de los grupos de autodefensa invitando a la ciudadanía a que se organice como ellos y conformen un “Consejo Estatal de Autodefensas”. Esto ocasionó que el Ejército tomara el poder en esa ciudad.

Ante tan grave situación ya se han oído algunas sugerencias desde el Senado de la República como que se declare en Michoacán desaparición de poderes o que se elaboren nuevas formas de soluciones integrales, porque lo que es una realidad es que lo que lo que se ha hecho hasta ahora, definitivamente no ha funcionado.

El miércoles pasado escuché con Carmen Aristegui al ex gobernador de Michoacán Leonel Godoy y a Luisa María Calderón, senadora y ex candidata a gobernadora por Michoacán en su mesa de discusión titulada “La violencia en Michoacán”. Me pareció muy interesante y les comparto algunas de sus aportaciones.

Cocoa Calderón, habló de que en Michoacán ha habido una descomposición social brutal al menos de los últimos 40 años. Y que hoy hay una valoración distinta de la vida, que se comprende cuando un muchacho prefiere estar armado, vivir en el riesgo y tener dinero en vez de ir a la escuela. Con respecto a los grupos de autodefensa dice que la gente simplemente se hartó de que el gobierno no les diera seguridad y así surgieron. Dio datos duros de cómo el sistema penal mexicano está colapsado.

Leonel Godoy dice que hay estudios que aseguran que el cobro de piso y la extorsión es la principal fuente de ingresos de la delincuencia organizada, ya no el narcotráfico. Que lo que vive Michoacán es un fenómeno complejo del que hay que hacerse cargo pero que no se va a resolver de inmediato. Por eso –dice él- el gobierno federal actual se equivoca al asegurar que en un año va a haber resultados.

Si bien la estrategia actual, se dice, tiene un énfasis en el tema social y la coordinación, no es suficiente. El gobierno federal es el principal responsable de coordinar esta lucha. Crimen organizado es una estructura que no sólo es un brazo delincuencial, pero también con brazos empresarial, político, recaudatorio y de comunicación social, esto hace que sea un fenómeno que debe plantearse la lucha de diferentes aristas.

Godoy aseguró que “la declaración de Felipe Calderón de la guerra contra el narcotráfico fue una decisión correcta pero insuficiente”.

Carmen Aristegui mencionó a expertos que hablan que alrededor del narcotráfico hay 22 delitos correlacionados. Y mencionó la carta del Obispo Patiño de Apatzingán fechada el 15 de octubre que “pone el dedo en la llaga” al asegurar que el estado de Michoacán tiene las características de un estado fallido y que los grupos criminales se lo disputan como si fuera un botín. Refirió un reportaje hecho en el periódico El Economista que dice que los cobros exigidos a los aguacateros superan los 2,460 millones de pesos al año de extorsiones y que por ello muchos de estos productores se han tenido que salir del estado.

Aristegui entrevistó al Gobernador Vallejo quien asegura sólo son 6 ó 7 municipios en Michoacán en los que hay conflicto. A lo que Godoy y Calderón reviraron diciendo que no es aceptable que la autoridad estatal ni siquiera reconozca la magnitud del problema.

Ante estas situaciones uno se siente rebasado. Precisamente por eso, es muy pertinente la carta de obispo Patiño, que invita al pueblo a unirnos, a formar comunidad, a ser solidarios unos con otros porque sólo así podemos solucionar la problemática que enfrentamos, y sobre todo, por encima de todo, nos invita a no perder la esperanza.

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