Editoriales

Pacifismo, Ucrania y el Pacto de Munich

Putin, un ex agente de la siniestra KGB soviética evidentemente añora los tiempos de Guerra Fría, la época en que la URSS era una superpotencia que dominaba la mitad de Europa, amenazaba a Occidente y controlaba con puño de hierro a sus países satélites

Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra… elegisteis el deshonor, y ahora tendréis la guerra”

Winston Churchill

Morelia, Michoacán, 22 de febrero de 2022.- Quien olvida su historia está condenado a repetirla”. Es una frase del filósofo español Jorge Ruiz de Santayana y está escrita a la entrada del bloque número 4 del campo de Auschwitz. Santayana, vale la pena recordar, fue junto con William James y John Dewey, un destacado representante de la corriente filosófica denominada “pragmatismo”.

El actual conflicto en Ucrania, que mantiene a medio mundo en vilo por la posibilidad de un conflicto nuclear, ha sido desencadenado por la ambición expansionista de la Rusia de Putin, y visto en perspectiva, es una reedición del drama acaecido el pasado siglo XX, ese que tuvo como protagonistas a la extinta República de Checoslovaquia, su región de los Sudetes y por el otro lado a la agresiva y expansionista Alemania nazi de Adolf Hitler. Este episodio, que para muchos es considerado como la mayor y más costosa claudicación diplomática de Occidente frente la ambición de Hitler, está fielmente retratado en una película de reciente factura “En víspera de la guerra”. Por cierto bastante recomendable.

Putin, un ex agente de la siniestra KGB soviética evidentemente añora los tiempos de Guerra Fría, la época en que la URSS era una superpotencia que dominaba la mitad de Europa, amenazaba a Occidente y controlaba con puño de hierro a sus países satélites, encarcelando y matando a todo disidente. De origen humilde, inteligente, ambicioso, su formación como policía al servicio de un régimen tiránico lo ha marcado de por vida. Y no va a cambiar.

A partir de la caída de la URSS, víctima de sus contradicciones internas, Occidente ha bajado progresivamente la guardia. Sin enemigos visibles EUA y la OTAN permitieron en su momento que una empobrecida Rusia, pero con un arsenal atómico impresionante y con un líder ambicioso, invadiera y se anexionara Crimea en 2014. Crimea, vale la pena recordar, era , a partir de la disolución de la URSS, un territorio en disputa entre Ucrania y Rusia , y que después de 24 años de estar bajo administración ucraniana de un momento a otro Rusia dijo que era suyo, la invadió y organizó un referéndum que supuestamente demostró que Crimea y su ciudad principal, Sebastopol deseaban pertenecer a Rusia. Nadie lo creyó, pero tampoco nadie hizo mayor cosa para impedir esta anexión.

En fin, esos son datos de una historia reciente, algunos lo recordarán, pero puedo asegurar que pocos, muy pocos en realidad, recordarán y verán las similitudes entre esta acción de la Rusia de Putin y la firma del llamado «Pacto de Munich».

¿Qué pasó el 30 de septiembre de 1938? Nada más ni nada menos que la entrega de un país pacifico a una potencia ambiciosa y beligerante. Ese día Inglaterra y Francia cedieron la región de los Sudetes, perteneciente a Checoslovaquia, a la Alemania nazi.

Los ministros Neville Chamberlain de Inglaterra y Edouard Daladier de Francia, seguidores de la llamada «política de apaciguamiento» cedieron a las amenazas de Hitler. Checoslovaquia entregaría a Alemania los territorios de los Sudetes, los cuales incluían importantes centros industriales y de comunicación, y los alemanes a cambio, se «comprometían» a no atacar al resto del Estado checo y mantener la paz en el futuro.

El resultado; el fortalecimiento industrial del III Reich, la desaparición de Checoslovaquia como país y un año después Alemania invade Polonia, violando cuanto tratado de «Paz» había firmado, desencadenándose la II Guerra Mundial, con un costo superior a los 45 millones de muertos. La mayor masacre que ha visto la humanidad en toda su historia.

¿Cómo se dio esta muestra de extrema cobardía por parte de las naciones europeas? La respuesta se encuentra en una corriente muy en boga en la primera mitad del siglo XX, el «Pacifismo».

¿Qué es el pacifismo? Se puede definir como la oposición a la guerra y a otras formas de violencia. Incluye variantes absolutas y otras más generales y prácticas. Los pacifistas absolutos se oponen a todas las guerras y a cualquier forma de violencia; los pacifistas relativos pueden diferenciar las posturas respecto a las características de cada conflicto.

La Historia nos ha mostrado, una y otra vez, que no es la bondad lo que manda, sino la resolución, la energía, la superioridad industrial y tecnológica y la actitud práctica. No se puede borrar este hecho con lamentaciones y juicios morales. Es así como el hombre está hecho; es así como la vida está hecha, es así como la Historia está hecha. Si vis pacem, para bellum es una máxima latina que significa «Si quieres la paz, prepara la guerra».

Enseñanzas: Nunca ceder al chantaje.

Alejandro Vázquez Cárdenas

Recordando a su alteza serenísima (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

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