Editoriales

País jodido (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

El autor de este artículo es el reconocido Doctor Alejandro Vázquez Cárdenas
El autor de este artículo es el reconocido Doctor Alejandro Vázquez Cárdenas

La esencia de la cita romana “pan y circo” se mantiene vigente, al día y perfeccionada gracias al ingenio mexicano, ese que por desgracia ha dotado también a los políticos de las herramientas necesarias para poder dar lo que ahora llamamos “Atole con el dedo”; esta administración que entra ya ha demostrado ser experta en eso. Grandes peroles con atole están siendo repartidos… con el dedo.

Morelia, Michoacán, 20 de noviembre de 2018.- Procedente del Imperio Romano nos llega la frase «panem et circenses«; literalmente «pan y juegos de circo», abreviada en la actualidad a «pan y circo». La frase, creada en el siglo I por el poeta Juvenal, en su origen describía la costumbre de los emperadores de regalar trigo y entradas para los juegos como forma de mantener al pueblo distraído de la política.

El diseño era sencillo, algo de alimento regalado, pero sobre todo, frecuentes y prolongados espectáculos en el gran coliseo de Roma construido por Vespasiano. El pueblo se mantenía entretenido siguiendo la suerte de su o sus gladiadores favoritos, el sangriento espectáculo de las luchas de fieras contra humanos y fieras contra otras fieras.

Destacó en este tipo de actividades Claudio Druso Germánico, más conocido por su primer nombre, Nerón. Estos derroches se financiaban por medio del saqueo de pueblos y provincias romanas. Uno de los más desquiciados emperadores, Cómodo, (hijo de Marco Aurelio) tenía por costumbre disfrazarse de Hércules y bajar a la arena a matar animales con arco y flecha para felicidad y delirio de los espectadores (en este personaje se inspiraron para el rol de emperador en la película «Gladiador»).

En nuestro atribulado México, si bien tenemos políticos que se creen la reencarnación de Apolo, su locura no ha llegado al extremo de ponerse a luchar contra leones y tigres en algún estadio. Y como no se trata de traer y matar centenares de grandes felinos la vieja y eficaz receta de «pan y circo» se ha tenido que adaptar, reconozco que con éxito, a las actuales condiciones de la sociedad.

Pan y circo en Roma, telenovelas y fútbol en México, pilares fundamentales para mantener distraídos y abriendo la boca a los jodidos habitantes de este país. Importa mucho el desempeño y habilidades de «x» jugador, las posibilidades de calificar de tal o cual equipo, la villanía de los árbitros, las infidelidades de «Z» estrellita de la pantalla, las desventuras de la sufrida heroína y la maldad de la villana , o villano, en la telenovela de moda.

El escritor italiano Nicolás Maquiavelo, utilizó esa expresión en su libro “El príncipe”, para referirse a que “se debe distraer al pueblo, con fiestas y espectáculos; es decir, si al pueblo se le da pan y circo, no tendrá tiempo para razonar sobre otras cosas por estar entretenidos y se dispondrá del poder a su conveniencia”. ¿Eso pasa en México? Ciertamente sí. Todo aquello que sirva para evitar que la gente sepa o vea lo importante se utiliza sin pudor alguno.

Y aunque en la actualidad en nuestro México el tiempo ha hecho que las cosas hayan evolucionado, la esencia de la cita romana se mantiene vigente, al día y perfeccionada gracias al ingenio mexicano, ese que por desgracia ha dotado también a los políticos de las herramientas necesarias para poder dar lo que ahora llamamos “Atole con el dedo”.

Esta administración que entra ya ha demostrado ser experta en eso. Grandes peroles con atole están siendo repartidos… con el dedo.

Alejandro Vázquez Cárdenas

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