Editoriales

Partidos / Teodoro Barajas Rodríguez

El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas
El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas

Los principales partidos políticos viven su crisis, ya no asumen posiciones ortodoxas sino ocurrentes, la mira es fija en próximas elecciones porque en sentido estricto se fundaron para ello aunque mucho de lo que proponen se convierte en paja

Morelia, Michoacán, 09 de agosto de 2015.- México vive desde hace mucho tiempo una transición que se detiene en un camino sinuoso, entre curvas coyunturales para llegar a una democracia frágil como contradictoria porque los cambios de fondo no se consolidan, competidores que buscan el poder al precio que sea ya desprovistos de ideología.

Los principales partidos políticos viven su crisis, ya no asumen posiciones ortodoxas sino ocurrentes, la mira es fija en próximas elecciones porque en sentido estricto se fundaron para ello aunque mucho de lo que proponen se convierte en paja.

El Partido Revolucionario Institucional aún ahora depende de un gran elector que es el presidente Enrique Peña Nieto, las formas con su vieja liturgia del poder no se han reformado, Manlio Fabio Beltrones asumirá en los próximos días la dirigencia del tricolor, aunque el legislador sonorense no es del grupo oriundo del Estado de México que actualmente despacha en Los Pinos. Manlio Fabio colaboró de cerca con dos priistas de la época del partido hegemónico, uno de ellos un fino ideólogo como lo fue Jesús Reyes Heroles, otro fue un operador eficaz para su causa que en estos tiempos resultaría anacrónica, nos referimos a Fernando Gutiérrez Barrios.

Digamos que si el sonorense asume el mando del PRI retornan los llamados políticos-políticos para tomar distancia de una tecnocracia que no ha rendido frutos desde que tomaron el poder en la gestión de Miguel de la Madrid para continuar con Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo.

El PRI ha sido una especie de sparring de los gobiernos de esa extracción, ha pagado costos de los dislates de sus denominados “jefes natos” como se les llamó a los mandatarios de ese origen, actualmente no tiene el tricolor una definición ideológica, antaño pregonaba un nunca entendido “nacionalismo revolucionario”, dicha categoría osciló entre la izquierda y la derecha, como lo ejemplificaron Lázaro Cárdenas del Río y Carlos Salinas. Dos caras distintas de una misma moneda. Tesis y antítesis con una síntesis nebulosa.

El Partido de la Revolución Democrática en voz de su dirigente nacional Carlos Navarrete,  anunció que puede haber cambios en la cúpula, ya el Consejo Nacional perredista avaló la propuesta. Con excepción de Michoacán, en donde Silvano Aureoles ganó cómodamente la gubernatura, en otras plazas del país registró dolorosos reveses para, incluso, perder bastiones en la propia capital que ahora gobierna con un cuadro no afiliado como lo es Miguel Ángel Mancera.

En el Partido Acción Nacional los enconos internos se expresan de muchas maneras entre los grupos dispersos, algunos apoyan a Gustavo Madero, otros van con Moreno Valle, incluso con la corriente, por así llamarle, de Felipe Calderón y Margarita Zavala. Actualmente disputan la dirigencia Javier Corral Jurado y Ricardo Anaya, el primero con un discurso más fresco que apunta a los orígenes del instituto fundado por el ex rector de la Universidad Nacional Manuel Gómez Morín, el segundo es ubicado afín al actual presidente del CEN albiazul.

En fin, en los partidos se habla de cambios, pero los que ocupa el país parecen distantes.

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