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Prostitución / Erik Avilés

Nuestro colaborador de Atiempo.mx, Horacio Erik Avilés, es presidente de Mexicanos Primero en Michoacán y director del Polifórum digital de Morelia
Nuestro colaborador de Atiempo.mx, Horacio Erik Avilés, es presidente de Mexicanos Primero en Michoacán y director del Polifórum digital de Morelia

El dinero por sí mismo no genera los males que enturbian al sistema deportivo, sino su manejo. Tal vez el mejor ejemplo que haya habido en la historia michoacana es el Festival de Ajedrez de Linares-Morelia, donde se dispendió miserablemente dinero que debió de haberse destinado al desarrollo ajedrecístico de los estudiantes michoacanos

Morelia, Mich., 22 de noviembre de 2013.- Mucho se ha opinado respecto a la influencia del dinero en el sistema deportivo. Es innegable que es imprescindible para construir infraestructura y para realizar equipamiento, contratar entrenadores y para poder competir en condiciones dignas respecto a los deportistas de otras latitudes. Empero, en incontables ocasiones hemos sido testigos de la perniciosa influencia del manejo que se hace de los recursos económicos, pervirtiendo las finalidades originales de la práctica deportiva, orientadas hacia generar convivencia, promover la cultura física y competir de manera sana y constructiva entre las naciones, hermanando a la humanidad sin distingo de raza, género o condición socioeconómica.

El dinero por sí mismo no genera los males que enturbian al sistema deportivo, sino su manejo, aprovechándose la actividad deportiva para generar sistemas de apuestas, para seudoprofesionalizar atletas y cooptar jugadores del equipo rival, para organizar torneos y campeonatos en los que los únicos beneficiados son una caterva de vivales, en un proceso inductivo, donde deportistas, entrenadores y organizadores son sumergidos en una espiral en donde buscan a toda costa obtener ganancias con el mínimo esfuerzo, convirtiéndose en vedettes, proxenetas y tahúres del deporte.

Así, encontramos a quienes sin sustento biográfico alguno, en su afán de vivir de los deportistas se autoproclaman líderes, promotores y presidentes de clubes, escuelas, ligas y asociaciones fantasmagóricas, sacándoles dinero a los deportistas con engaños y llevándoles a apoyar a grupos políticos, valiéndose de la precariedad moral de participantes de cuarta categoría ávidos de dinero o reconocimiento haciéndolos abandonar el sendero de ejemplaridad que en esencia implica la práctica sistemática del deporte federado.

Tal vez el mejor ejemplo que haya habido en la historia michoacana es el Festival de Ajedrez de Linares-Morelia, donde se dispendió miserablemente dinero que debió de haberse destinado al desarrollo ajedrecístico de los estudiantes michoacanos. 36 millones de pesos se esfumaron impunemente, abandonando a un puñado de ajedrecistas michoacanos que a la fecha siguen creyendo deben recibir dinero del ajedrez, siendo que ni su nivel competitivo ni su vocación de servicio son coherentes con sus expectativas. Es tiempo de modificar el rumbo y de trabajar reconstruyendo el tejido social ajedrecístico, procurando el desarrollo deportivo del estado y dejando en el basurero de la historia los intentos por prostituir al ajedrez estatal, recuperando la vocación intrínsecamente educadora del deporte-ciencia.

Twitter: @Erik_Aviles

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