Editoriales

Reconozcamos a los Maestros / Horacio Erik Avilés Martínez

Nuestro colaborador de Atiempo.mx, Horacio Erik Avilés, es presidente de Mexicanos Primero en Michoacán y director del Polifórum digital de Morelia
Nuestro colaborador de Atiempo.mx, Horacio Erik Avilés, es presidente de Mexicanos Primero en Michoacán y director del Polifórum digital de Morelia

Es un hecho que hoy en el magisterio michoacano hay corruptos y simuladores, perezosos y prevaricadores de la vocación docente, camuflados entre los verdaderos maestros que han educado a los michoacanos durante décadas

Morelia, Michoacán, 25 de octubre de 2015.- En estos momentos en los cuales la coyuntura en el sector educativo michoacano apremia; justo cuando las declaraciones de los grupos de presión y la autoridad  se polarizan cada vez más, a la par que los asedios  a la sociedad civil de parte de los grupos de choque son más constantes y frontales, en franco desafío al gobierno estatal, es exactamente cuando más se necesita pensar en lo importante y trascendente, para evitar caer en el juego mediático y de provocaciones que están tratando de imponer los dueños del movimiento normalista y de la CNTE a la nueva administración estatal.

Es cierto que hay que resolver lo urgente, que es cumplir y hacer cumplir la legislación vigente en materia educativa; mientras que a la par, es imperativo remediar el enorme rezago en los indicadores educativos, así como en infraestructura y equipamiento, a la vez que pendientes administrativos que dejaron las administraciones que entregaron una Secretaría de Educación en el Estado capturada, colonizada y con redes de corrupción por doquier.

Sin embargo, lo verdaderamente trascendente, que es la educación de las próximas generaciones de michoacanos, quienes habrán de darle sentido y rumbo al desarrollo de nuestra entidad, requiere toda la atención, concentración, acopio de recursos y planeación para lograr definir y alcanzar tan altos objetivos. Específicamente, será cardinal lograr contar con el magisterio michoacano para que sea tangible el derecho a aprender en nuestra entidad. En esta lógica, el rol del maestro no puede ser concebido como el transmisor del encono social, sino debe ser reinterpretado como el del facilitador de oportunidades de desarrollo integral, el promotor del progreso de la comunidad de aprendizaje, así como de sus integrantes e implementadores de la política educativa nacional a ras de piso.

Es un hecho que hoy en el magisterio michoacano hay corruptos y simuladores, perezosos y prevaricadores de la vocación docente, camuflados entre los verdaderos maestros que han educado a los michoacanos durante décadas. La legislación aplicable en materia educativa se ha endurecido para lograr separar a los aviadores, comisionados y vividores del servicio público, esto es innegable. En ello está empeñada la palabra de los más altos funcionarios de la nación y del estado, ya que cada uno de ellos recibe recursos que deberían ser empleados para educar a los hijos de Michoacán, no para acrecentar el músculo que habrá de estrangular a la sociedad michoacana.

Sin embargo, cuando la beligerancia se haya disipado y exista orden en la nómina magisterial, quedarán los imprescindibles, los auténticos maestros, que son la gran mayoría de los trabajadores de la educación. ¿Por qué esperar a que pase ello para reconocer a los mejores maestros? Hoy, en medio de la lucha dialéctica entre el orden y el caos,  los maestros michoacanos se encuentran abandonados, a merced de los efectos colaterales que origina la implementación de la reforma educativa en violenta confrontación con el Gólem sindical, que herido en sus entrañas blande todas sus artimañas y redes de corrupción intentando que su contrarreforma educativa continúe operando en una entidad que consideró de su propiedad. Mientras tanto, las condiciones laborales de muchos docentes son infames e inhumanas.

El docente promedio está arrinconado entre las presiones de todas las fracciones sindicales, la ausencia de rectoría y de principio de mando en sus planteles, siendo bombardeado constantemente por la campaña de desinformación en torno a la nueva legislación en materia educativa, mientras que no acierta a vislumbrar sus efectos positivos en cada plantel, ya que los constantes anuncios de inyección de recursos a las escuelas no terminan de permear hasta las comunidades de aprendizaje más alejadas de Michoacán.

Por ejemplo, la Ley Reglamentaria de los Trabajadores al Servicio del Estado, reglamentaria del Apartado B del Artículo 123 constitucional, en lo que respecta a las condiciones laborales que debe proveer la parte patronal, no se cumple en la Secretaría de Educación en el Estado, que ha descuidado brindar materiales, herramientas, instalaciones, equipamiento y la capacitación debida a los trabajadores de la educación.

En un caso extremo, en Michoacán, los maestros que resultaron idóneos en el Examen de Ingreso al Servicio Profesional Docente 2014 y 2015, están sufriendo una persecución encarnizada por parte de la CNTE, cuyos militantes realizan acoso laboral sin que se les apliquen las sanciones correspondientes por sus actos indebidos. Hay muchos maestros, directores y supervisores  que han sido impedidos por la fuerza de que continúen realizando sus labores profesionales en su centro de trabajo. La autoridad, mientras tanto, es omisa y se intenta desentender de sus obligaciones.  Los funcionarios de la SEE deben de asimilar de una vez por todas que establecer una relación bilateral con los que tienen el monopolio extralegal de la violencia en el magisterio estatal es el camino hacia la ingobernabilidad, injusticia e ilegalidad en el sistema educativo estatal. Es momento que se priorice en la política educativa estatal a los docentes michoacanos y se haga justicia.

En caso contrario, seguirán las banderas  supuestamente reivindicatorias en las manos de la CNTE y  su brazo armado, el movimiento normalista, por lo que continuaremos padeciendo las nefastas consecuencias de sus medidas de chantaje. ¿Está dispuesta la autoridad a asumir como propio este reto ante el cual muchas administraciones previas han sido rampantemente omisas?

Innegablemente, el bien mayor es brindar los recursos suficientes a los maestros para que logren resultados de alto impacto en el aprendizaje de los estudiantes bajo su encargo. Y cuando esto suceda, hay que reconocerles, retribuirles y reivindicarles por todos los mecanismos a nuestro alcance. Siempre serán insuficientes los reconocimientos y retribuciones a los principales propulsores de la evolución del género humano y que han marcado nuestras vidas. La manzana en el escritorio del maestro tenía una razón de estar ahí.

Mexicanos Primero reconoce a los mejores maestros, a aquellos que logran resultados de alto impacto en el aprendizaje de sus pupilos, con lo cual contribuyen a cimentar el desarrollo integral de la nación. El Premio ABC se entregó el pasado miércoles 21 de octubre en magna ceremonia en el Alcázar del Castillo de Chapultepec y en esta edición se reconoció a diez maestros ejemplares que han logrado transformar las vidas de sus pupilos mediante el proceso de enseñanza –aprendizaje, en muchas ocasiones en condiciones francamente adversas. Es deseable que este esfuerzo ciudadano sea multiplicado por una cruzada estatal por la dignificación y arropamiento de los maestros, mientras que la política pública se sustraiga de la coyuntura y logre elevar su enfoque, para poner en el centro a los maestros, reconociéndolos, reivindicando su imagen, dando posibilidades de desarrollo y de educar  a un pueblo que lo que más necesita es precisamente educación.

Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles

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