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Reforma energética: La próxima presidencia regalada / Diego Leal

Diego Leal es politólogo por el Tec de Monterrey; Maestro en Gobierno y Asuntos Públicos; y obtuvo en Madrid España, el Máster en Comunicación Política e Institucional
Diego Leal es politólogo por el Tec de Monterrey; Maestro en Gobierno y Asuntos Públicos; y obtuvo en Madrid España, el Máster en Comunicación Política e Institucional

Lo peor es que esa reforma, a la que se opuso el PRI en su momento, le dará a este último partido las armas para “cacarear un huevo” que le negó a los gobiernos panistas, y recursos que irán a parar a programas sociales que nutrirán el músculo corporativista tricolor

Madrid, España, 16 de diciembre de 2013.- Sin quererlo, y aplaudiendo la gesta, el PAN acaba de entregarle al PRI la próxima Presidencia de la República. La reforma energética atraerá capitales como nunca en la historia a la vez que la producción petrolera aumentara vertiginosamente lo que contribuirá a captar recursos extraordinarios.

Dichos recursos, a pesar de estar en una buena parte etiquetados, según la reforma, irán a parar a programas sociales que nutrirán el músculo corporativista tricolor, que sumados a sus 10 millones de votantes duros, lo convertirán en un contrincante muy difícil de vencer.

En principio, el PAN contempló que la Reforma Política iba a equilibrar y sobre todo, a servir de contrapeso a esos cañonazos de dinero que el gobierno tendrá a su disposición, sin embargo, para a mi entender, quedó demasiado corta y no equilibrará, en el futuro inmediato, las oportunidades para el partido en el gobierno y para la oposición.

Digo que el PAN le entregó al PRI la Presidencia no sólo porque el gobierno priísta tendrá más recursos, también porque en el terreno del discurso político, el PAN le obsequió, en el primer año de su gobierno sus propuestas para un México más próspero.

Que no se me entienda mal, no estoy en contra de la reforma energética, me parece una reforma necesaria y un acierto, sin embargo, al hacerlo en el primer año de gobierno del Presidente Peña Nieto, el PAN le dará al menos 4 años más para concretar una serie de programas e inversiones, que a menos que suceda un cataclismo económico mundial, una monumental torpeza por parte de la administración federal, o continúe la tendencia de inseguridad en el país, las encuestas que hoy están a la baja en la aceptación del Presidente, muy seguramente subirán a lo largo de su periodo gubernamental, y con ello la simpatía a su partido.

Si creemos que el PAN obtendrá el crédito por los recursos extraordinarios que se generen en el país y por las inversiones, no solo estaremos ciegos, sino locos. Lo peor es que esa reforma, a la que se opuso el PRI en su momento, le dará a este último partido las armas para “cacarear un huevo” que le negó a los gobiernos panistas, y dejará sin discurso al partido albiazul de cara al electorado indeciso de ideología centro-derecha, que es la mayor parte del país y la que suelen pelearse estos dos partidos.

El PAN perdió la oportunidad de obtener mayores ganancias al aprobar, en los tiempos que exigió el PRI, la reforma energética. No vieron que al salirse el PRD del pacto, ellos tenían el sartén por el mango y se conformaron con sacar del consejo de administración de PEMEX a Romero Deschamps y su sindicato, como si eso fuera a mermar las jugosas aportaciones que la empresa estatal hace al sindicato y como si con eso fueran a debilitar la maquinaria electoral del PRI.

Creo que el PAN perdió la jugada de ajedrez por medio de la llamada jugada “mate del pastor”, apenas empezando el sexenio y ya se quedó sin discurso, sin propuesta y entregándole al gobierno recursos nunca antes vistos en la administración pública nacional, mismos que el gobierno de Peña tendrá 4 años al menos para ejecutarlos en hacer lo que mejor sabe hacer el PRI: rentabilizarlos en aumentar su corporativismo. Si no lo creen, la primera víctima será el magisterio, al volver el gobierno federal a tener la chequera para pagarles a los 2 millones de afiliados al SNTE y sin “la maestra” de por medio.

Parece ser que la historia se repetirá, políticamente México revivirá los 70´s con un PRI aplastante, un PAN cumpliendo una función tribunicia y una izquierda segmentada y desunida.

Lo único que puede frenar este escenario de futuro, es que se cambien los transitorios, dilatar la llegada de los capitales, y con ello la extracción petrolera y sus aportaciones al presupuesto federal o en su defecto cambiar la recién aprobada reforma, en lo relativo al Fondo Petrolero para limitar el uso del mismo en nutrir el Presupuesto de Egresos anual y destinar un mayor porcentaje a la investigación y desarrollo de energías renovables, y así, ganar tiempo electoral para que los próximos 3 años del gobierno peñista no sean miel sobre hojuelas. De lo contrario, tal vez no sea en el 2015 cuando se vea ese poder aplastante, pero no pasará del 2016 cuando se haga sentir y aumentará hasta el 2018: elecciones presidenciales.

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