Editoriales

¿Se avecina la tormenta? (Por: Rubén Alcántar)

Es de preocuparnos porque, aquí las cosas no van bien, tenemos un pronóstico de crecimiento apenas superior al 0%, si no es que incluso se llega a decrecer, para lo que resta de este año. Y el año que viene si bien pinta mejor oscilando el 1.5% no es para nada un logro.

Morelia, Michoacán, 22 de agosto de 2019.- Explicar los temas de la economía internacional resultan bastante complicados sin entrar en tecnicismos, y es que desde hace ya la semana pasada, se ha venido dando un comportamiento, digamos, errático. En Europa las caídas de las bolsas rondaron el 2%, Estados Unidos hizo lo propio con caídas del 3%. Los expertos comienzan a buscar causas inmediatas, para lo cual se señala una posibilidad de recesión, estos utilizan como indicador la reversión en la curva de rendimientos, que argumentan que ha sido señal inequívoca de recesión en las últimas décadas.

La curva de rendimientos es una gráfica que se construye con los rendimientos de bonos gubernamentales en sus diferentes periodos de maduración: tres meses, dos, cinco, 10 años, por ejemplo. En teoría, el rendimiento de un bono de largo plazo resulta mayor que el de uno con un plazo más inmediato, visto así, el rendimiento de un bono de 10 años debería dejar mejores dividendos que uno de 3 meses, por ejemplo, siendo estos dos los más utilizados, y que efectivamente, han invertido la relación normal históricamente antes de una recesión.

Explicando lo anterior, y utilizando los datos del Banco de la Reserva Federal (FRED), la curva de rendimientos en los bonos de 10 años y de tres meses se ha invertido en tres ocasiones: mayo de 1989, junio de 2000 y julio de 2006. Hubo recesión en todos los casos: en julio de 1990 (14 meses después de la inversión), marzo de 2001 (nueve meses después), y en diciembre de 2007 (17 meses después). Ahora, esta curva se invirtió en mayo pasado.

Esta curva se invirtió la semana pasada, y desató el pánico, aunque al cierre de los mercados el bono a 10 años logró una ligera ventaja de 0.002% sobre el de dos años. Hay que mencionar que no hay falsos positivos, es decir, una inversión de la curva sin recesión posterior. Y en los tres casos de los que se habla, las dos series mencionadas, la curva que usa bonos de dos años se ha invertido antes que la que utiliza los bonos de tres meses. Por primera vez, en todo el periodo que podemos comparar, la inversión ha ocurrido primero con el bono de tres meses.

Y, ¿por qué es que nos interesan los bonos gringos si aquí es México?, bueno, sencillo, es bien sabido que no vivimos en un país aislado económicamente, sino todo lo contrario, vivimos en plena globalización, el mercado exterior es pilar fundamental de nuestra economía, más de la mitad de la economía nacional para ser exactos, y de ese total que representa el comercio internacional, casi el 80% es con Estados Unidos (importaciones más que exportaciones); en otras palabras, casi el 40% de nuestra economía se ve relacionada de una manera directa con los Estados Unidos, si bien, ya no se da de manera tan automática como antes que Estados Unidos estornudaba y a nosotros nos daba pulmonía, aún puede su recesión arrastrarnos con ellos, tal cual ocurrió en 2009, 2001, 1997, por poner algunos ejemplos.

Es de preocuparnos porque, aquí las cosas no van bien, tenemos un pronóstico de crecimiento apenas superior al 0%, si no es que incluso se llega a decrecer, para lo que resta de este año. Y el año que viene si bien pinta mejor oscilando el 1.5% no es para nada un logro. Todo este pronóstico se da en base a un crecimiento “normal” de la economía americana, o dicho de manera más técnica, el crecimiento del producto interno bruto Nacional rondará el 1.5% céteris páribus la economía estadounidense mantenga su ritmo de crecimiento.

La duración de una recesión, de darse, o el inicio de esta resulta más que muy complejo de predecir, no es un dato duro que se pueda dar con exactitud, lo que sí sabemos es que el auge norteamericano que atravesamos ha sido ya el más largo de la historia (más de 120 meses consecutivos de crecimiento). Lo cual asusta, pues la recesión venidera podría darse con una duración un poco más prolongada que de costumbre, comience cuando comience, todo cae con la fuerza que sube.

Si le hacemos caso a lo que la curva de rendimientos de bonos a tres meses, inevitablemente ocurrirá una recesión en Estados Unidos el año entrante, ya que si somos más optimistas y observamos la de los bonos a dos años, no hay mucho de qué preocuparse. El pronóstico ya está dado, o nos cae una verdadera tormenta de duración incalculable, o únicamente es como le conocen coloquialmente en algunas comunidades “un espanta mensos”, por si llueve o no llueve, yo diría que mejor hay que estar prevenidos para lo peor, escoja usted.

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