Editoriales

#SinCorrupción (Por; Christián Gutiérrez)

Michoacán, al igual que México como país, debe mejorar en su combate a la corrupción. El sector público, el privado y el social no son ajenos a prácticas recurrentes de corrupción, lo cual, parece ajeno a los que no son corruptos, pero en los hechos, la corrupción afecta a todos

Morelia, Michoacán, 27 de julio de 2019.- ¿Es posible disminuir a su mínima expresión o desaparecer la corrupción en las sociedades del mundo? Me parece que es complicado, pero no necesariamente imposible. 

¿Qué se necesita entonces para disminuir o eliminar la corrupción en México? De inicio, voluntad para hacerlo, en sus gobernantes y gobernados. Esto parece una “obviedad”, pero modificar una conducta antisocial pasa, por principio, por el deseo implícito y explícito de querer realizar lo correcto.

En segundo término, se necesitan mecanismos legales e institucionales más claros, mejor comunicados y sencillos de operar en la práctica. Desde luego, debemos sumarle campañas de comunicación estratégica y neuromarketing, al igual que programas para culturizar a la población en dos temas fundamentales: legalidad y denuncia.

Esto es lo que se necesita, de arranque.

Michoacán, al igual que México como país, debe mejorar en su combate a la corrupción. El sector público, el privado y el social no son ajenos a prácticas recurrentes de corrupción, lo cual, parece ajeno a los que no son corruptos, pero en los hechos, la corrupción afecta a todos; es decir, corruptos y no corruptos, se verán afectados por igual, tarde o temprano.

¿Entonces, por dónde iniciar el combate a la corrupción? Bien, en realidad todos los caminos te pueden llevar a Roma, pero una buena forma de comenzar, es identificar y abordar el fenómeno de la corrupción desde un plano general, para llevarlo a uno particular.

Así por ejemplo, si se analiza el “Informe Anual, Sobre la Percepción de la Corrupción en todo el Mundo 2019”, se sabrá que: de 180 países evaluados en su nivel de percepción de corrupción en el sector público, los mejor evaluados en este año son: Dinamarca; Nueva Zelanda; Finlandia; Singapur y Suecia. Hay que aprender de éstos.

En contra sentido, los países peor evaluados son aquellos que, coincidentemente, viven sumergidos en graves conflictos, como: Somalia; Siria; Sudán del Sur y Yémen. También se debe estudiarlos, para no hacer lo mismo.

Un poco más de datos: Entre los países que han mejorado su calificación en este año 2019 respecto al año anterior, se encuentran: Estonia; Costa de Marfil; Senegal y Guyana. ¿Podemos imitarlos? Pienso que sí.

Y entre los países que han empeorado su calificación en este año 2019 respecto al año anterior, se encuentran: Australia; Chile; Malta; Turquía y México.

De hecho, México está evaluado en el lugar 138 de 180 países, es decir, México es un país percibido como corrupto.

La realidad, para Transparencia Internacional es ésta, y algo se debe hacer.

Partamos entonces, de reconocer la realidad que muestran los datos duros.

Con acciones concretas, por pequeñas que parezcan, también se puede reforzar el inicio, y lo más relevante: el combate a la corrupción se debe hacer con método, como el planteado aquí: un método deductivo (que lleva de lo general a lo particular).

Se debe iniciar con algo simple para conocer, recordar y accionar. Algo simple para hacer.

Por ejemplo: la nueva Ley Orgánica de la Fiscalía General del Estado de Michoacán, establece en su fracción XI, del Artículo 36, que dentro de las atribuciones de la Fiscalía Estatal Anticorrupción, está el: “Diseñar e implementar proyectos, estudios y programas permanentes de información y fomento de la cultura de la denuncia y de la legalidad en materia de delitos de corrupción”.

Ok. Ahora sabemos que existe esta Fiscalía y que, entre otras atribuciones, debe informar permanentemente y culturizar en denuncia y legalidad.

¿Quién puede entonces ayudarle a implementar estas acciones concretas y que pueden ser más sencillas que otras de aterrizar? De inicio, el Sistema Estatal Anticorrupción y todos los elementos que participan en éste, y en segundo término, los ciudadanos interesados en combatir la corrupción.

Las campañas de culturización, son una clave y para realizarlas, sugiero utilizar neuromarketing para aterrizar campañas de comunicación estratégica y marketing, iniciando con los conceptos de legalidad y de denuncia ciudadana. Solo son dos conceptos, pero tan amplios, que dan para diseñar meses y años de campañas estratégicas.

Estoy seguro que pueden funcionar para disminuir la corrupción en Michoacán y el oprobioso lugar que ocupa México en el mundo en percepción de la corrupción.

Sé que pueden funcionar.

* El autor, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Ciencia Política, de maestría en Neuromarketing, así como de licenciatura en Derecho.
www.esferacomunicacionestrategica.com.mx

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