¿Sirve el voto nulo? Sí / Jorge Álvarez Banderas

La llamada al voto nulo (esperanza marchita) en la elección de 2009 por diversos intelectuales mexicanos, derivó a la postre en una reforma política en 2014, de donde surgen figuras como la consulta popular y la reelección de los representantes populares, entre otras

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Morelia, Michoacán, 13 de mayo de 2015.- La llamada al voto nulo (esperanza marchita) en la elección de 2009 por diversos intelectuales mexicanos, derivó a la postre en una reforma política en 2014, de donde surgen figuras como la consulta popular, la reelección de los representantes populares; se dan cambios en la estructura de instituciones como el Instituto Federal Electoral (IFE) hoy Instituto Nacional Electoral (INE), aparecen nuevas reglas de fiscalización y permanencia de los partidos políticos como entes de interés público, al establecerse constitucionalmente para este último caso, la necesidad de obtener por lo menos un 3% de la “votación válida emitida” en cualquiera de las elecciones que se celebren para la renovación del Poder Ejecutivo Federal o de las Cámaras del Congreso de la Unión (anteriormente se condicionaba a un 2% de la “votación nacional emitida”); la creación de las candidaturas independientes desde otra reforma constitucional en 2012 y la generación de sus reglas específicas en 2014 fue el corolario pienso, de esa acción civil al principio indicada.

Para la elección del 7 de junio entrante bajo el amparo de la nueva legislación electoral y de partidos políticos aunado a la reforma constitucional en 2014 es conveniente preguntarnos una vez más si el voto nulo tiene una utilidad. El voto nulo si bien es cierto se disminuye de la suma de todos los votos depositados en las urnas (votación total emitida) al igual que los votos de candidatos no registrados, dando como resultado la “votación válida emitida” la cual sirve de base para la asignación del financiamiento público a los partidos políticos, financiamiento que asciende a más de 4 mil 721 millones de pesos.

El financiamiento público se clasifica en tres: dinero para el sostenimiento de sus actividades ordinarias permanentes anuales, para las actividades de obtención del voto en años electorales y para actividades específicas (educación, capacitación, investigación y tareas editoriales). Para el presente ejercicio fiscal (2015) el INE recibirá 18 mil 572 millones 411 mil 236 pesos asignados por los diputados federales en el Presupuesto de Egresos de la Federación, de donde se deberán disminuir los más de 4 mil 721 millones de pesos ya citados, teniendo un remanente para su operación de 13 mil 851 millones 40 mil 806 pesos, en realidad es un exceso el dinero que se destina para algo que la sociedad percibe como innecesario.

El voto nulo no forma parte del total de votos obtenidos para los partidos políticos, por tanto anular la boleta permite anular la posibilidad de que alguno de los 10 partidos hoy existentes sea objeto de financiamiento público, sin embargo el dinero objeto de distribución al final le corresponderá a alguno de los demás partidos políticos; anular el voto perjudica a algunos partidos, no los beneficia de ninguna manera, anular el voto es una acción cívica de protesta por el hastío de la sociedad hacia la clase política mexicana que gobierna o pretende gobernar nuestra nación. Económicamente el tema monetario se distribuye, frente al acceso al poder de los hoy candidatos y ya en funciones olvidarse de sus electores como hasta ahora la gran mayoría lo ha hecho.

El subcomandante Moisés del EZLN la semana pasada decía: “No les decimos que voten. Tampoco les decimos que no voten. No les decimos que entren de zapatistas, porque bien lo sabemos por nuestra historia que no cualquiera tiene la fuerza de corazón para ser zapatista… Simple y sencillamente les decimos que se organicen”.