Editoriales

Terrorismo y crimen de odio / Columba Arias Solís

La autora es Maestra en Derecho; catedrática de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UMSNH; analista en varios medios de comunicación; y, titular de la Notaría Pública No. 128
La autora es Maestra en Derecho; catedrática de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UMSNH; analista en varios medios de comunicación; y, titular de la Notaría Pública No. 128

La masacre perpetrada en una discoteca en Orlando, Florida donde murieron 49 personas y 53 más resultaron heridas, ha conmocionado profundamente a sectores de la sociedad en diferentes países, por la pérdida de vidas desde luego, pero también por la doble motivación atrás de este hecho de barbarie

Morelia, Michoacán, 19 de junio de 2016.- La masacre perpetrada en una discoteca en Orlando, Florida donde murieron 49 personas y 53 más resultaron heridas, ha conmocionado profundamente a sectores de la sociedad en diferentes países, por la pérdida de vidas desde luego, pero también por la doble motivación atrás de este hecho de barbarie, cometido por un joven estadounidense de origen afgano quien ingresó al centro nocturno disparando un fusil de asalto y una pistola.

Diversos analistas consideran que es un acto terrorista debido a la filiación yihadista de Omar Seddique, quien juró lealtad al grupo terrorista autodenominado estado islámico, el cual ha sembrado dolor y muerte en diferentes partes del mundo, con los atentados realizados tanto en París y Bruselas, Ankara, Estambul, Yakarta, como en poblaciones de Libia, Paquistán, Nigeria y otros lugares, así como los ataques permanentes en Irak y Siria que han causado la muerte a centenas de personas tan solo en los finales del pasado año y en los meses que han transcurrido de éste.

Es también un crimen de odio, toda vez que el responsable de la matanza de la discoteca Pulse en Orlando, planeó premeditadamente asestar el golpe contra la comunidad gay. Hay constancia de que estuvo visitando varios lugares de diversión a lo largo del presente año en la ciudad de Orlando e incluso habría utilizado una aplicación para conocer personas homosexuales, por lo que el ataque al referido club no fue una casualidad, sino que el terrorista eligió precisamente al lugar que sabía frecuentado por integrantes de la comunidad gay y que él mismo según señalaron testigos, había visitado en varias ocasiones, y evidentemente su objetivo criminal fue la comunidad LGTB.

Es un contrasentido que el gobierno de los Estados Unidos haga llamados de alerta a sus ciudadanos para que no visiten determinadas ciudades y países por los hechos de violencia acontecidos en determinadas poblaciones, como ya ha ocurrido a lo largo de los años con ciertas entidades de la República Mexicana y recientemente con Europa a causa de posibles atentados terroristas, y sin embargo, descuidan a los enemigos emboscados en su propia casa, donde además les facilitan la adquisición de armas de alto poder, puesto que es sabido que cualquier persona puede adquirir el arma más sofisticada con la misma facilidad que un refresco de soda.

¿Cómo es posible que el perpetrador que ya era sospechoso por sus conexiones con uno de los terroristas de origen estadounidense que se inmolara en un atentado en Siria, hubiera sido vigilado por el FBI, y sin embargo se le permitiera la compra de las armas con las que atacaría la Discoteca?

Es un grave problema en los Estados Unidos la compra de armas a diestra y siniestra, lo que ha propiciado una serie de ataques armados en diversos centros educativos causando decenas de muertos y heridos, y sin embargo todos los intentos por controlar la compra y tenencia de armas son frenados por los poderosísimos intereses de los fabricantes y la oposición de la influyente organización de aquel país denominada Los Amigos del Rifle.

Esa organización financiadora de campañas políticas y que por lo mismo, cuanta con protectores en el Congreso estadounidense, ha mostrado su abierta simpatía por Donald Trump, a quien el desgraciado hecho de Orlando, le ha dado renovados bríos para reforzar su discurso anti inmigrante, prometiendo que si llega a la Presidencia suspenderá la inmigración de ciertos países, claro, además de la de los mexicanos que como ya se ha cansado de decirlo les levantará el muro de contención que según Trump habrán además de pagar los propios mexicanos.

Muchos casos lamentables que han dejado múltiples víctimas inocentes, se han cometido y se siguen cometiendo al amparo de una enmienda constitucional aprobada en el año de 1791, que en los Estados Unidos permite la portación de armas para la defensa propia, para repeler invasiones y suprimir insurrecciones, sin que haya sido modificada dicha enmienda a lo largo de más de dos siglos. ¿Cuántos más muertos requerirán los congresistas estadounidenses para hacer las modificaciones necesarias a la antiquísima norma para controlar la venta de armas?

Ese ataque es también considerada la mayor masacre contra la comunidad de gais, lesbianas, bisexuales y transexuales (LGBT) en aquel país, donde no obstante las conquistas logradas por esa comunidad y el apoyo de los estadounidenses a la igualdad de derechos, más del 20 por ciento de los crímenes de odio cometidos cada año en los Estados Unidos, están motivados por la orientación sexual de las víctimas, y en el caso del estado de Florida, el porcentaje se eleva al 22%, lo que hace al colectivo LGBT, la comunidad más vulnerable.

Detrás de la masacre de Orlando, un dúo de espanto: el terrorismo y la homofobia han evidenciado la falta de seguridad en uno de los países más poderosos del mundo.

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