Editoriales

Torre de Babel / Teodoro Barajas Rodríguez

El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas
El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas

Nuestra clase política es en términos generales de escasa calidad ideológica, los argumentos provienen en muchos casos de la histeria, el odio como bandera y el poder como consuelo aunque todos ellos formen parte del mismo sistema

Morelia, Michoacán, 15 de febrero de 2014.- La política no cambia casi nada porque es inherente a la condición humana, la vocación por el poder se inscribe como elemento recurrente, todos lo buscan y para Nicolás Maquiavelo cualquier ruta es válida aunque se acuda a la mentira, manipulación o perversidad.

Para el filósofo Aristóteles la política es una manifestación de la ética, solo que se impone lo terrenal más allá de las consideraciones morales. Digamos que leemos o escuchamos regularmente lo mismo, pugnas, confrontaciones reiteración de lo mismo, cada vez menos ideología cada vez más pragmatismo.

Nuestra clase política es en términos generales de escasa calidad ideológica, los argumentos provienen en muchos casos de la histeria, el odio como bandera y el poder como consuelo aunque todos ellos formen parte del mismo sistema.

Nuestro país enfrenta en muchos escenarios serias encrucijadas, nadie asume culpas pero han hecho del ejercicio público una gigantesca Torre de Babel en la que los idiomas son distintos y destinados a no encontrar los consensos que faciliten la gobernabilidad, esto significa que las vaguedades, lugares comunes y exabruptos ocupen los espacios para volverlo pobres.

Hablemos de Michoacán, recién se presentó el segundo informe de gobierno con la comparecencia de Fausto Vallejo Figueroa, anunció que se quedará al frente del Poder Ejecutivo, así como diversas acciones, en muchos casos las voces de oposición le descalifican a priori, como suele ser costumbre aunque no haya debate, nadie recuerda que tanto PAN como PRD son corresponsables de la erosión del tejido social en nuestra entidad, eso lo dicen los números no es un juego especulativo, las hemerotecas lo corroboran.

El gobierno federal que encabeza Enrique Peña Nieto ha presentado una estrategia que en su momento no propuso el ex presidente Calderón quien se concentró en declarar una guerra oscura que dejó escurrir sangre, no tenemos certeza aún de los alcances, ni se debe negar el abandono que ha sufrido Michoacán ante la omisión de diversas autoridades tanto municipales, estatales o federales, el asunto es que vivimos una realidad compleja.

Michoacán está por encima de todas las siglas partidarias, es una porción espacial en que convergen todos los signos, sus riquezas patrimonio e historia abundante nos pertenecen, somos herederos y custodios de todo ello.

Seguramente coincidimos en combatir los flagelos que han quebrantado la certidumbre porque eso afecta a los militantes de la diversidad partidista y quienes están distantes de ese juego de poder, insisto, vivimos en una Torre de Babel, cada cual con su lenguaje y así hasta llegar al hastío.

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