Editoriales

Vender expectativas / Teodoro Barajas Rodríguez

El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas
El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas

Este próximo 1 de septiembre Morelia estrenará autoridades municipales que encabezará Alfonso Martínez Alcázar, llega con la etiqueta independiente luego de que su partido de origen le cerró el paso, inexplicablemente, porque siempre encabezó las encuestas

Morelia, Michoacán, 23 de agosto de 2015.- El principal reto que debe ser abordado como principal reto para las próximas autoridades locales es el de la seguridad pública, de allí provienen otras asignaturas que tienen conexión estrecha, nunca como ahora sucedían tantos hechos infames en detrimento de la población. Homicidios, asaltos, y una larga cadena de ilícitos que reflejan, sin duda alguna, la descomposición social y el grado superlativo de impunidad.

Este próximo 1 de septiembre Morelia estrenará autoridades municipales que encabezará Alfonso Martínez Alcázar, llega con la etiqueta independiente luego de que su partido de origen le cerró el paso, inexplicablemente, porque siempre encabezó las encuestas.

Independiente porque no contó con aval de partido político alguno, aunque sus principales operadores vienen, igual que el próximo alcalde, del PAN como Antonio Plaza, Avalos Plata y otros que se acompañaron de ex perredistas o gente con ligas priistas hasta por lazos de familia.

Morelia registra altos índices de inseguridad, ello afecta otros rubros sensibles como el de la economía, en los últimos días se han suscitado ejecuciones, riñas, lesionados, robo de vehículos y un largo etcétera. Que no salgan con cuentos como lo hacen algunas autoridades que todo lo reducen a que se trata de asuntos denominados de “percepción”, es una manera burda de esquivar los temas incómodos, o algunos que dicen que no debemos hablar de los males sino de los bienes porque son muchos, ese sería, en todo caso, un ejercicio vil y ramplón de autocomplacencia.

Sabemos que la seguridad no se abatirá por decreto ni por el número de discursos triunfalistas que parecen estar de moda. Los gobernantes electos venden expectativas, ilusiones, se abre un compás de espera para registrar los primeros resultados, cuentan con el aval y beneficio de la duda.

Al transcurrir un plazo razonable si las expectativas no se han convertido en realidades llega el desencanto y los reproches se multiplican, en torno a ello tenemos numerosos  ejemplos en nuestro país.

Morelia tiene epidemia de baches, obras públicas mal hechas que generan inconformidades, todo ello salta a la vista. En gran medida si una mayoría de morelianos optaron por la alternancia se debe a un trabajo deficiente, a la hora de votar pesan las acciones u omisiones de los gobiernos de turno y entonces se emite un veredicto al cruzar la boleta.

En estos tiempos algo que se ha convertido en la constante es la alternancia como un eje indiscutible de lo que llaman normalidad democrática, las expectativas en los gobiernos próximos son altas, esperamos se conviertan en realidades, aunque luego recuerdo lo que dijera el destacado ideólogo y “fraséologo” don Jesús Reyes Heroles: en política no debe haber ilusos para que no haya desilusionados.

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