Editoriales

Vivir en distintas realidades / Gonzalo Gabriel Estrada Cervantes

El autor es licenciado en Derecho, especialista en Derecho Agrario; Maestro en Ciencias en Desarrollo Rural Regional; Maestro en Derecho Ambiental y de la Sostenibilidad; Diplomado en la Unión Europea
El autor es licenciado en Derecho, especialista en Derecho Agrario; Maestro en Ciencias en Desarrollo Rural Regional; Maestro en Derecho Ambiental y de la Sostenibilidad; Diplomado en la Unión Europea

Es inevitable hacer un balance a final del año. Un balance que aunque somero toca los temas desde el personal hasta el del entorno en que nos desenvolvemos. Sobre todo de este último. Más bien quiero hacer un balance de lo desbalanceado que esta el país. Duele decirlo pero así está.

México, D.F., 17 de diciembre de 2013.- Es inevitable hacer un balance a final del año. Un balance que aunque somero toca los temas desde el personal hasta el del entorno en que nos desenvolvemos. Sobre todo de este último.

Pero del balance personal cada quien en soledad o vía redes sociales lo ventilará. Más bien quiero hacer un balance de lo desbalanceado que esta el país. Duele decirlo pero así está.

Los ciudadanos nos movemos en distintas, muy distintas realidades cada día. Los escenarios son también harto diversos. Uno para el que corre desde muy temprano cada mañana a tomar el transporte público. Otro muy distinto del que trabaja desde casa. Otro diametralmente opuesto del que tiene chofer y guaruras a la puerta de su casa que responden al parpadeo del patrón. Hablo en sentido genérico tanto de hombres como mujeres. Y la de los otros que tienen que quedarse en casa o andar en la calle en busca de empleo. Esos escenarios se dan en el medio urbano, donde mal que bien se tienen los servicios cercanos.

Pero hay otra cruda y distinta realidad que también se encarna en diferentes zonas del territorio nacional tanto urbanas como rurales. En las rurales la presión sobre los recursos naturales por compañías de todo origen es brutal. Los campesinos viven bajo la amenaza constante de dos o varias lanzas, la del narcotráfico y la de los empresarios voraces de tierras y sus recursos. Y en muchas zonas del país se vive de milagro, como de milagro de sacarse la lotería. El hambre acecha a niños, hombres, mujeres y ancianos. También la inseguridad que los hace migrar a ninguna parte segura, pues el territorio nacional esta bajo fuego.

Otra realidad muy distinta y distante es la de los “políticos” que se han enquistado así sea en la menor posición política y / o administrativa. La de los profesores, no todos por fortuna, de todos niveles educativos que en nombre de la autonomía cometen toda serie de atropellos a la misma base trabajadora a la que ellos se deben y muchos de ahí han emanado.

Y otra realidad muy distinta es la de los legisladores que legislan a modo, sin representar al pueblo que forzadamente los eligió; sacan sus reformas de prisa y corriendo sin el menor aprecio por los más de 60 millones de mexicanos que sobreviven en pobreza extrema a pesar de las cacareadas cruzadas. Legislan en favor de unos pocos.

Y otra realidad, distintísima, si vale el término, es la de los miembros del Poder Judicial Federal, sobre todo de los altos cargos que ganan sueldos indignantemente ofensivos y de pobreza y necesidades del día a día del grueso de los mexicanos solo saben por los expedientes que les toca resolver.

En fin, que hablando de realidades lo mejor será que concluyamos bien en salud por lo menos este 2013 y comencemos un 2014 con la mirada puesta en cómo desde mi persona, de cada quien, puedo aportar con ideas y acciones un granito de arena para construir realmente una patria justa en un país que lo tiene todo para todos pero que lo regentean para si unos cuantos.

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